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«Tener los nuevos trabajos no dependerá de la edad, es una 'fake news' que sean solo para los milennials»

Iñaki Ortega Cachón (Bilbao, 1972) es economista y profesor universitario, especializado en el emprendimiento

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León

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Doctor en Economía por la Universidad de Deusto, director de Deusto Business School y profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (Unir), este bilbaíno también es autor de seis libros, coautor de otros 12 y responsable de un blog.

— ¿Existen los ‘ninis’?

— No existen. El principal cambio respecto a cuando existían y la actualidad tiene que ver con la irrupción de la tecnología, que ha cambiado los trabajos. Cuando se creó el concepto ‘nini’ la legislación laboral era rígida y los trabajos temporales anecdóticos y exigentes, requerían un gran esfuerzo físico. Han pasado 15 años y el avance tecnológico ha propiciado trabajos temporales que permiten ganar dinero, conciliar y mantener un nivel de vida antes imposible. Además se ha democratizado el ocio y el consumo masivo, se puede comer y viajar por menos dinero, lo que permite balancear la vida.

Antes los ‘nini’ no tenían trabajo y estaban excluidos, no tenían capacidad de consumo. Hoy en día la gente con trabajos precarios o temporales, son habituales las plataformas colaborativas, sí disponen de esa capacidad. En estos momentos la renta disponible es superior que hace 15 años.

En la actualidad, al que se podría considerar un ‘nini’ trabaja, estudia y disfruta del ocio, mientras que hace unos años estas personas no hacían absolutamente nada.

— La legislación laboral, ¿cómo influye en el ámbito del trabajo?

— Es clave. La legislación laboral es heredada del siglo pasado, protege al trabajador. Es muy positiva para este colectivo y facilita el consumo. La otra cara de la moneda es la existencia de un mercado laboral muy rígido. La legislación laboral ha costado cambiarla y adaptarla al siglo XXI. Se modernizó con los gobiernos de Zapatero y Rajoy, lo que hizo atractivo crear empleo. Las legislaciones laborales amistosas con la contratación generan efectos inmediatos en el empleo. La rigidez no genera empleo, la flexibilidad ayuda a generar empleo. Los empresarios tienen que tener la posibilidad de contar con una legislación flexible.

— Y si al final prospera la contrarreforma laboral que ha prometido el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez.

— De momento es una declaración de intenciones, hay que ser prudentes. Debemos ser conscientes de que vivimos en el seno de la Unión Europea. Es fundamental respetar la armonización y el marco que nos une a todos. Cada país no puede hacer por su cuenta lo que considere. Si el cambio es concertado entre todos los agentes sociales será una buena noticia. El Gobierno debe ser consciente de que hay un espacio económico superior al español y aprender de los errores del pasado.

— La época actual de innovación tecnológica, ¿supone una gran revolución en el mundo del trabajo, o pasó lo mismo en la revolución industrial?

— Es una gran revolución, pero para bien. La revolución industrial creó un mercado de trabajo que no existía. La tecnología puede aportar mucho y hacer mucho bien. En la actualidad predomina el ‘tech for good’ que abarca nuevos trabajos, la conciliación y una máxima actualización. La tecnología nos va a exigir estar actualizados en todo momento, las vidas laborales serán más largas y ricas, se pasará por muchos puestos de trabajo, excedencias, épocas en las que se tendrá trabajo y otras en las que no y el teletrabajo se irá imponiendo.

— ¿El mundo educativo está preparado para formar a los futuros profesionales en los trabajos más demandados?

— No. Nadie está preparado. Estamos en un momento de cambio. La actual situación exige digitalizarse. Un informe internacional sobre esta cuestión desvela que en España sólo el 4% de la industria y la educación está digitalizada. Hay que adaptarse a un mercado laboral que está cambiando. Los alumnos deberían adaptarse a las necesidades de los futuros empleadores y a la revolución tecnológica.

— ¿Cuáles serán los trabajos que van a desaparecer en breve y aquellos que aparecerán nuevos?

— Hay que ser optimistas. Van a desaparecer muchos trabajos pero aparecerán muchos más. Se extinguirán todos aquellos que puedan ser automatizados o cuenten con una gran carga burocrática. Se mantendrán los que precisen de la aportación del hombre, los que requieran innovación y creatividad. Aquellos en los que sea necesaria la aportación humana de la que no disponen las máquinas. No se debe olvidar que detrás de un algoritmo siempre hay una persona. Una máquina no podrá interpretar las sentencias, por lo que un abogado siempre será necesario.

— Estos nuevos trabajos, ¿sólo los podrán desarrollar los ‘millennials’? ¿Qué va a pasar con los que no son ‘millennials’?

— No, esto forma parte de una fake news más. Sólo los podrán desarrollar personas capacitadas y con actitud para afrontar la situación, no dependerá de la edad. Con independencia de la edad de cada trabajador, no hay que estar esperando a la jubilación o a que alguien lo haga por ti.

— ¿Desde dónde se desarrollarán estos trabajos, ya no será necesario estar en un lugar específico?

— Por supuesto. Lo de trabajar en un lugar físico de la empresa todos los días ya está superado. El teletrabajo se va imponiendo gradualmente. La presencialidad irá desapareciendo al mismo ritmo que se imponga el teletrabajo y será solo necesaria cuando sea preciso estar en contacto con el cliente. La enseñanza online funciona perfectamente y hay muchos trabajos blended (mezclados), en los que se puede combinar la faceta online y presencial, como por ejemplo en el ámbito de la enseñanza, o cuando uno quiere comprar unos zapatos, que vía online se pueden consultar colores, calidades, tallas y con posterioridad acudir a la zapatería para adquirir el modelo elegido.

— Los ‘millennials’ dominan a la perfección las nuevas tecnologías. Entonces, ¿cómo es posible que el paro juvenil sea tan elevado en España?

— Manejar las redes sociales no significa que se esté preparado para la era digital, la de las nuevas tecnologías. Lo digital se sustenta en las matemáticas, ciencias. La digitalización requiere el manejo de las últimas tecnologías, estar capacitado. Sin embargo, las redes sociales están diseñadas para ser fáciles de manejar.

— ¿Todavía quedan empresas por inventar?

— Sí, todos los días se están inventado. Esa es la grandeza de este momento. Está todo por inventar. Las diez empresas más grandes de hoy no existían hace treinta años. En la actualidad hay un dinamismo empresarial que nunca en la historia existió. Hasta ahora había muchas barreras para la entrada en el mercado del capital. Hoy no hay estas dificultades y cualquier empresa puede competir con la número uno del mundo. Quedan por inventar todas las empresas del mundo.

— ¿El trabajo fijo pasará a mejor vida?

— Iremos a otros modelos de estabilidad. La estabilidad se sustentará en si tengo la capacitación que en ese momento el mercado quiere pagar por ella. El trabajo siempre será estable si estoy en disposición de ofrecer fuerza laboral al mercado.