El ojo que te vigila
Así te multa la DGT
Están en todas partes. En coches, postes, pórticos, cabinas al borde de las carretera, trípodes, helicópteros, drones... Artilugios para multar. Así en la tierra como en el cielo
Una caja al borde de la carretera, un poste, un pórtico, un coche estacionado en una travesía de un pueblo, un trípode camuflado, un semáforo... señales de alerta en las carreteras.
Si no eres infractor y estás atento, no hay problema. La mejor receta es respetar siempre los límites de velocidad y las señales de tráfico pero, ¿a quién no se le ha escapado alguna vez el pie sobre el acelerador?, ¿quién no se ha pasado alguna vez diez kilómetros por hora sobre el máximo permitido?
Hay 1.300 posibilidades de que la DGT cace a un infractor. Una media de 3,4 radares por cada mil kilómetros de vía, doce helicópteros, vehículos de todo tipo, radares móviles y estáticos, drones... hasta un camión camuflado. Y cada vez más fiables... para multar.
El radar que detecta más infracciones está en la A-66, en el término de Valdevimbre, colocado en una carcasa en el lado derecho de la calzada. Ha puesto 8.929 multas
Aunque no hay datos oficiales, las asociaciones de conductores aseguran que los radares y el resto de los instrumentos que maneja la Dirección General de Tráfico están ahora más afinados, que hay menos margen para el error. Y no sólo se encargan de medir la velocidad a la que circulan los vehículos, los sistemas cada vez más sofisticados permiten detectar otras infracciones, desde el uso del teléfono móvil a maniobras prohibidas, la ausencia del cinturón de seguridad o no haber pasado la ITV obligatoria.
Todo, dice la DGT, para garantizar la seguridad vial.
Los datos hablan por Tráfico. En España se impusieron 4.505.867 denuncias y los conductores perdieron más de medio millón de puntos del carnet de conducir, 11.500 como consecuencia de infracciones graves.
En la provincia de León, las sanciones ascendieron a 57.227 y sólo en León ciudad, el ayuntamiento recaudó algo más de cinco millones de euros en multas.
En ciudad, la mayor parte de las multas se producen por saltarse los semáforos en ámbar o en rojo, o por rebasar el límite de velocidad establecido en 50 kilómetros por hora en el único punto donde hay un radar, en la calle Real, en las proximidades del polideportivo municipal Salvio Barrioluengo. En carretera, la inmensa mayoría de las multas son por exceso de velocidad, que causa uno de cada tres accidentes mortales, seguido de las infracciones por no haber pasado la ITV y, en tercer lugar, por hablar por el móvil o no llevar el cinturón de seguridad.
Los accidentes de tráfico son una sangría humana. Y también económica. Sólo en León, han supuesto en los últimos cinco años cien millones de euros. La cifra incluye seguros, pérdida de producción, reparaciones de daños materiales, adaptación de infraestructuras, gastos sanitarios y otros desembolsos, según un informe de la Fundación del Instituto Tecnológico para la Seguridad del Automóvil (Fitsa), que cuenta con el respaldo de la DGT. Las pérdidas humanas no tienen precio, desde luego, pero el coste de los fallecimientos en accidentes de tráfico sí está tasado. En frío, cada fallecido supone 880.000 euros y un lesionado, 10.400 euros de media.
Las estimaciones económicas tienen un objetivo. Lo deja bien claro el director general de Tráfico, Pere Navarro, cuando asegura que «conocer el valor de lo que se destruye será de gran ayuda para valorar los beneficios que suponen las inversiones en seguridad vial».
Ese es el sentido último de las multas, sostienen desde la DGT, aunque a los conductores les cueste trabajo asimilarlo y la sombra de la sospecha de que se trata de un simple proceso de recaudación nunca haya desaparecido.
En los últimos cinco años, León registró 114 muertos en siniestros producidos en las carreteras. El peor año fue 2015, con 29 muertos. Diez hubo en 2016, 13 al año siguiente, en 2017. Un año después, en 2018, se registraron 21 víctimas mortales. En 2019 hubo 25 y en 2020, 16 fallecidos pese a los confinamientos generales por la pandemia del coronavirus.
Están los otros datos. Los de las multas. En 2020, con los radares colocados en la provincia —siete controles de velocidad, cuatro en la A-6, dos en la A-66 y uno en la N-120— se impusieron 27.409 sanciones, en 2019 fueron 22.049 y 37.429 en el año 2018.
El tercero de los datos oficiales es el de los lugares de León en los que se registran más multas. Son los radares que todo lo ven. Hasta el momento, encabeza el listado el radar situado en la A-66, en el término de Valdevimbre. Está poco antes de la salida Ardón-Valdevimbre en sentido León, colocado en una carcasa en el lado derecho de la calzada. Ha puesto 8.929 multas.
El segundo que más infracciones detecta está en la A-6, en el Manzanal en sentido Astorga. Está colocado en una carcasa en la autovía, en un cajón situado en el suelo en mitad de la mediana, a unos cien metros del kilómetro 348. El último registro oficial de 2020 cifra en 7.858 las infracciones cazadas y, por lo tanto, las sanciones.
En la A-6 hay otros dos radares ‘multones’, ambos colocados en dos pórticos con los que se señalizan las autovías. Están a la altura de Carracedelo, en el kilómetro 397, y en Astorga.
Entre los radares de tramo, uno de los más activos en sanciones, en donde los conductores cometen más infracciones por exceso de velocidad, está en la N-630, a la salida de León en sentido Asturias, entre La Copona y La Venta de la Tuerta, entre los kilómetros 132 y 137. Multó de media cada día a 76 conductores en 2020.
Todos están muy lejos de las cifras de los radares que más multan en España. Encabeza el listado el de la AP-7 en Valencia, en el kilómetro 478,1, que en 2019 impuso 59.480 sanciones. El segundo está en Huelva, en el kilómetro 79,9 de la H-31, con 58.266 infracciones detectadas. Y el tercero es de la A-3 en Cuenca, en el kilómetro 156,5, con 57.206 multas.
Así son los equipos con los que te puede multar la DGT:
• Pórticos. Son radares. Utilizan la tecnología doppler de ondas electromagnéticas. Una antena emite una señal que rebota contra el vehículo en movimiento y regresa a la antena. La variación producida en la frecuencia de la onda permite al radar calcular la velocidad del vehículo en ese instante. Son equipos automáticos, no necesitan operador.
• Postes. En su mayoría son del tipo radar pero también los hay láser. Están colocados en el lateral de la vía.
• Cabinas laterales. Pueden ser radares y cinemómetros láser. Estos últimos disparan varios haces de luz transversales a la calzada. Cuando un vehículo en movimiento los interrumpe, el dispositivo calcula su velocidad. Pueden controlar varios carriles en un mismo sentido de circulación. Las cabinas no siempre tienen dentro un radar pues se van rotando por todas las carreteras.
• Vehículos. Instalados en coches patrulla, son operados por agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y de las policías locales y pueden ser utilizados de manera estática o en movimiento. A esta modalidad se ha incorporado hace unas semanas un camión con dos ejes que simula ser un vehículo convencional de carga y que opera como una ayuda camuflada para los agentes.
• Trípode. Son radares colocados en los márgenes de las vías y operados por agentes. No es necesario que estén señalizados, por lo que es más fácil que sorprendan a los infractores.
• De tramo. Utilizan dos o más cámaras de visión artificial con horario sincronizado cada segundo por GPS, basadas en reconocimiento de caracteres. La primera tiene una cámara de iluminación láser-led para cada carril que graba la matrícula y la hora exacta a la que pasa cada vehículo. Otro sistema gemelo, instalado al final del tramo, vuelve a reconocer las matrículas que pasaron por el primer punto. Así es como pueden calcular la velocidad media que cada vehículo ha realizado entre las dos —generalmente de entre 3 y 5 kilometros— y pueden sancionar a quienes hayan superado la velocidad máxima establecida para ese tramo. También tienen otras misiones, como informar de tiempos de recorrido, velocidad media del conjunto de vehículos, intensidad y características de la circulación, control de vehículos de mercancías peligrosas o estadísticas y alarmas de tráfico. Hay 62 radares de tramo operativos.
• Drones-veloláser. Son radares de tamaño reducido y pueden operar las 24 horas del día. Sólo pueden usarse en modo estático. Con niebla, lluvia o alta humedad pueden tener hasta un 60% de fallos. La medición también se puede confundir en algunos colores de un vehículo o con la suciedad.
• Pegasus. Doce helicópteros equipados con el radar ‘Pegasus’ vigilan las carreteras desde el aire en coordinación con los Centros de Gestión y la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Según informa la DGT en su revista, el año pasado los helicópteros de la DGT realizaron 3.370 horas de vuelo de vigilancia, controlaron a 67.400 vehículos y detectaron cerca de 20.000 infracciones, las más frecuentes fueron los excesos de velocidad, pisar marcas longitudinales continuas y no mantener la distancia de seguridad entre vehículos. Sobre las denuncias por velocidad, la máxima captada por un Pegasus fue a 263 km/h. En todo el año, 120 vehículos fueron detectados circulando por encima de 200 km/h.
En la ciudad, los sistemas empleados son:
• Foto-rojo. Consiste en la instalación de cámaras en determinados semáforos para comprobar que los vehículos se detengan en pasos de peatones con semáforo de la ciudad. Las cámaras se instalan en un soporte tipo báculo aproximadamente a 25 metros de la línea de detención para permitir encuadrar completamente el paso de peatones y la cabeza del semáforo de conductores. Es obligado señalar todos los pasos con control foto-rojo. Cada foto-rojo tiene una cámara de color que toma dos fotografías del vehículo, una antes de la línea de detención con semáforo en rojo y otra una vez atravesado completamente el paso y con semáforo todavía en rojo. Aunque en las fotografías debe distinguirse la matrícula, el sistema de control dispone adicionalmente de una de una cámara de infrarrojos que permite capturar la matrícula del vehículo de día y de noche. Son capaces de sancionar a aquellos vehículos que disponen de matrícula, entre los que se incluyen los turismos, furgonetas, camiones, autobuses, motos y ciclomotores. Las cámaras de control están diseñadas para tomar fotografías sólo cuando el semáforo está en fase roja. Si la luz del semáforo está en verde o en ámbar no se toman fotografías.
En León, los foto-rojos están situados en la calle Alcalde Miguel Castaño en sentido a Santa Ana al lado de la fuente y en sentido San Francisco antes de llegar a Lope de Fenar, en Ramón y Cajal en el cruce de Santo Domingo, en la calle Santa Nonia junto a la sede social del Aero, en La Condesa en sentido San Marcos antes del centro de salud, en el Paseo Salamanca en el cruce con la Avenida de Palencia, en Padre Isla a la altura de la casa de Cristalerías Rodríguez y en Doctor Fléming.
• Radar de velocidad. Están colocados en carcasas. Funcionan igual que los que hay en autovías y carreteras. En León ciudad hay uno en la calle Real en sentido La Palomera, poco antes del polideportivo Salvio Barriolunego. Multa en los dos sentidos.