Diario de León

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Un cohete para el futuro de la Universidad de León

De momento, lo llaman el ‘bicho’, puede que porque cuando esté construido será un edificio vivo, un organismo en cuyo interior se desarrollará la vida de la universidad e irradiará al resto del campus el espíritu de los grandes ‘college’ anglosajones. Un gran inmueble de usos múltiples y un teatro completarán la trama urbanística de la universidad de León y serán una realidad en dos años

Imagen del proyecto que Melquiades Ranilla para el edificio de usos múltiples de la Universidad de León

Imagen del proyecto que Melquiades Ranilla para el edificio de usos múltiples de la Universidad de León

León

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Desde aquel primer edificio que albergó el germen de  Filosofía y Letras hasta hoy, el espacio conocido entonces como Huerta del Obispo se ha convertido en un campus que mira hacia la nueva era tecnológica con ambición y orgullo. A edificios como el Módulo de Investigación Cibernética se unirá ahora una nueva infraestructura que busca humanizar y relacionar toda la vida universitaria.  Un student union es una figura presente en las universidades americanas para fomentar la autonomía de los estudiantes y su promoción como parte vertebral de la institución. Para ello, la institución les concede un local dentro del campus con el fin de que en él puedan desarrollar actividades sociales y culturales organizadas por y para ellos y asumiendo también el papel de darles apoyo académico. «El rector visita de manera frecuente campus de otros países y esta siempre fue una de las ideas que quería imprimir a la Universidad», destaca el vicerrector Ramón Ángel Fernández.

Así que, manos a la obra, el arquitecto de la ULE, Melquiades Ranilla, comenzó en el mes de diciembre el proyecto de un complejo que abarcará un edificio de usos múltiples y un teatro y completará la trama urbana de Vegazana. Se instalará junto a la facultad de Educación y convertirá la universidad en un lugar que trascenderá el propio ámbito académico, aportando a los estudiantes la posibilidad de que el recinto universitario trascienda y se convierta en un espacio multifuncional.

El primero de los edificios es un gran centro donde los estudiantes puedan reunirse, realizar trabajos de forma corporativa, estudiar, socializar, recibir toda la información que les atañe a su vida universitaria, preparar y comer su propia comida, o acudir al restaurante, recibir cursos y conferencias, disfrutar de zonas de silencio para el estudio o acudir a las sedes de su asociación estudiantil. Se trata de un edificio de tres plantas que albergará numerosas aulas con medios audiovisuales y todo tipo de equipamiento de última generación, dependencias educacionales. En la planta superior estarán parte de las dependencias administrativas y de los órganos de gobierno de la universidad con el objetivo de aproximar el Rectorado al campus universitario.

Detalle de una de las portadas del nuevo edificio. UNIVERSIDAD DE LEÓN

Detalle de una de las portadas del nuevo edificio. UNIVERSIDAD DE LEÓN

En el sótano se colocará el archivo de la ULE y contará con equipamiento de última generación de almacenamiento y de protección.

Este edificio, cuya construcción comenzará el próximo año, tiene una superficie construida de unos 9.000 metros cuadrados y se ha diseñado como un panóptico, es decir, un organismo que permite ver todo desde cualquier punto. Melquiades Ranilla destaca que el inmueble se ha proyectado para que sea totalmente autónomo desde el punto de vista energético. Para ello, su orientación aprovechará la energía natural del sol, tendrá lucernarios y todos los materiales de construcción serán sostenibles. 

El arquitecto de la Universidad de León adelanta que contará con una gran cubierta que funcionará como un verdadero elemento de aislamiento térmico y acústico. «Albergará paneles solares para la obtención de energía eléctrica y posibilitará la reutilización del agua de lluvia», subraya al tiempo que revela que las fachadas funcionan  como elementos que proporcionan gran confort lumínico y visual y gran aislamiento térmico y acústico.

El teatro estará dotado de la última tecnología que permita celebrar funciones en las que el escenario se pueda situar, además de la forma tradicional, en el centro del recinto y con los espectadores a su alrededor. El edificio pretende albergar en su cubierta una gran zona de actividades escénicas y audiovisuales al aire libre. De esta forma lo que pasa en el interior se traslada al exterior. 

El teatro también posee las características del otro edificio y tendrá una superficie construida de unos 2.800 metros cuadrados. 

El aumento de los costes de producción debido a la guerra y al incremento de la energía ha provocado una ralentización del proyecto. Y es que en un primer momento, el objetivo era construir ambos edificios de manera simultánea, una idea que ha tenido que modificarse a la espera de las circunstancias económicas.

Las nuevas infraestructuras provocarán además el enriquecimiento del barrio de la Palomera, aportando sinergias culturales que provocarán la revalorización de toda la zona.

En el programa del rector

El desarrollo del proyecto ha contado con especialistas de todos los ámbitos: expertos en acústica, en energía, en artes escénicas, arquitectos especialistas en render... «Hay mucha gente detrás de este proyecto», precisa Melquiades Ranilla, que subraya el trabajo meticuloso con el que se ha elaborado cada detalle.

Ramón Ángel Fernández , vicerrector de Gestión de Recursos e Infraestructuras de la Universidad de León, destaca que la construcción de este ‘hub’ estaba en el programa con el que Juan Francisco Marín se presentó a las elecciones. «Estaba entre sus anhelos», recalca Fernández Díaz, que subraya que los estudiantes hacen hoy en día más vida en el campus que hace veinte años, extremo que hace necesario que tengan un espacio en el que puedan tener un sitio cómodo para trabajar.  «Ha cambiado el modelo y el estudio cada vez se valora más como un espacio de convivencia», manifiesta.

Ramón Ángel Fernández, vicerrector de Gestión de Recursos e Infraestructuras de la Universidad de León, y Melquiades Ranilla, arquitecto de la Universidad y autor del proyecto. MIGUEL F.B

Ramón Ángel Fernández, vicerrector de Gestión de Recursos e Infraestructuras de la Universidad de León, y Melquiades Ranilla, arquitecto de la Universidad y autor del proyecto. MIGUEL F.B

Ramón Ángel Fernández prefiere no hablar de presupuestos porque los costes son en la actualidad tan cambiantes que no es posible dar una cifra. «Me gustaría que diera tiempo a tenerlo todo para que en dos años pueda inaugurarse, pero hay que contar con los plazos urbanísticos y con la posibilidad de que haya afecciones arqueológicas», recuerda. Y es que en la Universidad sitúan los arqueólogos una necrópolis romana, si bien en las anteriores prospecciones realizadas en esta zona del campus nunca ha aparecido ningún vestigio.

El vicerrector explica que si bien con este edificio no se cerrará la trama urbana del campus, hay una limitación de superficie edificable. «Nos queda poco, detrás de la biblioteca y hacia el Centro de Alto Rendimiento», precisa Ramón Ángel Fernández, que advierte de que no obstante a partir de ahora la prioridad será hacer que los edificios con los que cuenta la Universidad sean más eficientes. 

No hay que olvidar que algunos de ellos, como el caso de Filosofía y Letras, Derecho o Biología tienen más de cuarenta años de antigüedad, con lo que su sostenibilidad en la actualidad es más que complicada. «Estamos en ello. De hecho, el Servicio de Ingeniería y Arquitectura está trabajando para renovar las ventanas, que parece una tontería, pero son muchísimas», explica el vicerrector.

Imagen del edificio de la student union de la Universidad de Illinois, en Springfiled.

Imagen del edificio de la student union de la Universidad de Illinois, en Springfiled.

Además, cita entre las urgencias la remodelación de las luces. La instalación de LED y los sensores de movimiento. «Hay una necesidad de dejar de contratar energía eléctrica. Hay proyectos que ya están en fase de diseño para poner placas solares en los tejados de varios edificios que estén cerca de los centros de transformación que dan servicio a los demás», recalca, si bien lamenta que, de nuevo, la guerra, ha propiciado una escasez que hace complicado poner plazos. 

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