TATUAJES CON IDENTIDAD
Dicen que tienes León en la piel
La Catedral, el rosetón, el león rampante... Los emblemas de la tierra se graban con tinta en el cuerpo
El arte del tatuaje permite imprimir en el tiempo, a aquel que porte en sí la tinta cual lienzo, los símbolos que llevará consigo —generalmente— hasta el día su muerte. Son muchas las posibilidades : un recuerdo, una fecha, el adiós a un ser querido... Aunque es conocido, de la misma manera, el arrepentimiento —ya sea años más tarde o a la mañana siguiente, y siendo posible ya su eliminación con láser—, el portador de la estampa suele lucir con orgullo su obra cual galones en traje de gala.
Es por ello que las personas que han decido plasmar en su propio cuerpo los emblemas de su tierra, muestran un personal compromiso con su cultura y tradiciones.
«La zona donde vives y el contexto donde vives marcan mucho lo que al final te puedes acabar haciendo», señala Álex, tatuador de Cold Town Tattoo. Entre sus obras se encuentra un león rampante y está tratando de retratar la estatua de San Jorge que hay sobre Botines.
«La gente, por ejemplo, —indica su compañero Víctor—lo que suele hacer es meterse la idea de León como un león realista y, al final, en León tampoco ha habido leones realistas», por lo que «una idea que yo creo que es muy idónea como para representarlo es coger un león de los que se han usado en la propia ciudad y adaptarlo a una estética que funcione», «representa más a León que un león realista», a lo que Álex, que concluye riendo, dice haberse divertido tatuando una representación medieval «de alguien que se nota que no ha visto un león en su vida».
No obstante, no es necesaria que la procedencia marque este particular homenaje. «Hay gente que viene de fuera, que ha estado de erasmus o que ha estado una temporada aquí y se quiere llevar un recuerdo de León y se llevan un tatuaje», propone Fernando Tattoo Mo-Gur.
Normalmente, señala el profesional, eligen un león en forma de escudo, aunque hay «gente que asocia su estancia a algo y lo representa después sin ser específicamente ese algo representante de León, sino una experiencia vivida».
Fernando asegura que «no hay una edad», aunque destaca como un caso recurrente el de los jóvenes que están un periodo en la ciudad «formándose o trabajando y, a raíz de eso, se quieren llevar un recuerdo», como es el caso de «uno de Cuenca que vino a hacer un curso de restauración» hasta «un italiano que estuvo de erasmus».
Es frecuente que una persona que haya pasado un tiempo en León se tatúe para «llevarse un recuerdo»
Óscar, de Metal Tattoo, indica que principalmente ve tatuajes del león rampante —al año suelen hacer 20— y de los leones al estilo de los que están esculpidos en la Plaza del Grano, pero también se demandan creaciones de la Catedral, el rosetón o de alguna vidriera.
De hecho, él mismo tiene representado en su cuello parte del rosetón de la Catedral. Óscar también asegura que se tatúan personas de todas las edades y señala, asimismo, la conducta del viajero que se inyecta un suvenir en la piel, gente que, por ejemplo, viene de Asturias y «se lleva un León», «como un recuerdo», al igual que sucede a la inversa con alguien que sale de Asturias con la cruz de la Victoria.
«Yo he hecho muchas Catedrales de León», además «del León rampante», asegura Marcos de Autopsy Tattoo Parlou. «Leones porque soy de León, menos mal que no son de Villapene, provincia de Lugo», plantea el tatuador, bromeando, mientras se ríe su cliente con la camiseta remangada y el brazo herido por la aguja. En el fondo, lo que el profesional echa en falta, como él mismo asegura, es poder tatuar otras cosas sobre la ciudad y la provincia.
En ese sentido, explica de la repetición en los motivos denominando el fenómeno en términos de «moda» y lamenta no poder acometer otras ideas más estimulantes. Tras comentar esto, recuerda haber tatuado estampas relacionadas con la historia leonesa, como la Legio VII, y cambia el gesto al recordar, sonriendo, haber retratado la fecha de conformación de La Cultural.
Natalia, del estudio Golden Bee Gallery Tattoo, también encuentra recurrente la elección de los leones y la Catedral, pero destaca la combinación de ambos elementos como una idea más original y de gran interés artístico. Ella, igualmente, subraya que muchos de los clientes que demandan este tipo de imágenes son viajeros, peregrinos del Camino del Santiago, por poner un ejemplo frecuente.
Asimismo, aunque dice no haber edad a la hora de tatuarse, distingue estilos por tramos de edad. Natalia encuentra entre los jóvenes una tendencia del estilo lineal y de reducido tamaño. Es el caso de los estudiantes que pasan un periodo en la ciudad.
Pero en este caso, destaca, se convierte en una operación en grupo, casi un ritual. Comparten entre todos un mismo tatuaje, por pequeño que sea, como también han compartido experiencia con aquellas personas que fueron sus compañeros y que ya no verán más. Este es, sin duda, un buen ejemplo que destaca la importancia de esta práctica.