La lengua del león
Escribe sólo en leonés y sólo en las redes. José González Fernández utiliza Facebook para divulgar la lengua de la tierra en la que nació
Le enseñaron la lengua de sus antepasados en Babia donde, como los reyes de León, iba a pasar los días de solaz. En Villafeliz, la puerta del valle, hablaban por aquel entonces leonés cerrado, pachuezo. «Les costaba el español, apenas sabían usarlo». Lo recuerda aún con nitidez José González Fernández, Xose, el hombre que utiliza Facebook para escribir en lengua leonesa. Una invitación a conocer las raíces. El caballero del león rampante en las redes.
En la casa de los Hidalgo no entraba ni una palabra que no fuera la de la tierra. Como en tantos hogares de Babia, pudientes o no, solariegos o no, blasonados o no, no había más lengua que la del lión. Así se llamaban también los mastines, uno tras otro, el perrón grande y desconfiado, manso y guardián, valiente y leal que fue de siempre la mejor guarda de los ganados.
«Había una vegada un maxestosu perru mastín l.leonés l.lamáu L.lión. Tenía una imponente presencia cola so pelame escura ya’l so cuerpu fuerte ya musculosu. Mientras muitos anos, L.lión viviú nun formosu xardín al pía de el so amáu dueñu, el señor Manuel. Xuntos, esquizaban los montes cercanos ya esfrutaban de l.largos paseos pola montaña. L.lión yera’l fiel compañeru del so dueñu ya la l.lealtá yera la so virtú más destacada», ha dejado escrito Xose, quién sabe si para siempre, en las redes sociales.
El niño que fue José González llegaba al hogar de los Hidalgo, a los que consideraba sus abuelos aunque no lo fueran, para dejarse arrastrar por una vida al aire libre, soñando con dejar de ser zagal para ser pastor nómada, hombre trashumante. Más allá de los puertos de Lumajo.
Allí, en aquellos veranos, en navidades, en domingos y fiestas, aprendió aquella lengua ancestral antes de que se ridiculizara la manera de hablar del güelu, olvidando que en ella vivieron la vida y contaron sus emociones muchas generaciones antes que ellos.
«Sólo se hablaba leonés puro y duro. Creo que la única influencia del español no leonés que tenían era la nuestra», cuenta González.
Trashumante ha sido aunque no pastor. La vida le ha llevado de acá para allá y ahora a Galicia, donde vive y cría a su hija Lucía, de 9 años, a la que él llama en cariñoso diminutivo leonés Llua, Luci.
En su casa, dice, son trilingües. «Aquí se habla indistintamente leonés, gallego y español», cuenta dando carta de naturaleza a lo que otros niegan este leonés con sangre de todos los territorios de León, del Torío, Maragatería, del Valle de Fornela, de Burbia y el Páramo... «una familia diseminada», explica.
Cuando no escribe en leonés en las redes sociales, lo estudia. «Es una lengua muy interesante, de una gran variedad, en cada valle de una manera, rica y hermosa», describe. Y bebe en fuentes directas. En los trabajos de Faceira, la asociación cultural dedicada al estudiu, divulgación y protección del patrimoniu cultural, históricu y llingüísticu de Llión. Y del que considera gran maestro del patsuezu, Roberto González-Quevedo, filósofo, antropólogo, lingüista español y columnista en leonés en el Diario de León desde su tribuna dominical ‘El Molín del Tiempu’.
Cree firmemente que el leonés podría tener futuro. Económico, apostilla. Defiende que la conservación y preservación del leonés tiene atractivo turístico. «Nun atractivu turísticu únicu para la rexón de L.lión. Los visitantes interesáos na cultura, la hestoria ya las l.lingüas minoritarias pueden sentise atraíos pola oportunidá d’esperimentar ya aprender sobro’l l.leonés. Esto puede xenerar un aumentu nel númberu de turistas que visitan la rexón, lo que de la mesma puede impulsar la economía local», apunta.
«La preservación del l.leonés puede contribuyir al fortalecimientu del sentíu d’arguyu ya pertenencia a la comunidá l.leonesa. Esto puede motivar a los habitantes locales a valorar ya sofitar los productos, servicios ya emprendimientos propios de la so rexón, lo que de la mesma puede fortalecer la economía local ya promover el desenvolvimientu sostenible», añade.
Sostiene que puede permitir el desarrollo de actividades turísticas, centradas en la lengua y la cultura leonesa, valorar y apoyar los productos servicios y emprendimientos propios de la región y el fomento de la enseñanza de la lengua e intercambio de conocimientos entre instituciones dar lugar a la creación de nuevos puestos de trabajo vinculados al leonés.
Y algo más: «El caltenimientu del l.leonés puede axudar a promover ya caltener las tradiciones ya productos locales. Por casu, pueden impulsase iniciativas pa rescatar recetas tradicionales l.leonesas, promover productos artesanales fechos por artesanos locales o fomentar el turismu gastronómicu basáu na cocina l.leonesa. Esto puede favorecer a los productores locales ya’l sector de l’alimentación ya l’artesanía, xenerando beneficios económicos pa la rexón».
Coge el teléfono y vuelca sus sentimientos, a veces poesía, a veces reflexiones, a veces gramática, otras una palabra o traducciones de otros textos que le han conmovido. Sólo en las redes. Sólo en leonés. La lengua de su corazón. La de L.lion.