Diario de León

ALAS PARA RECIBIR AL TREN

La coronación pendiente

Un grupo de expertos logra reproducir con fidelidad la aureola que coronaba la marquesina de la estación de León. Ahora, se muestra por primera vez con la esperanza de que las instituciones pongan en marcha el proyecto de recuperación que invista la marquesina de la tiara con la que se inauguró la llegada del tren al norte de España

Estación reflejada en la nueva estructura de cristal de Adif. RAMIRO

Publicado por
EDUARDO TOCINO
León

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Los ferrocarriles simbolizaron el cambio hacia un nuevo mundo que en algunos casos, se ensalzaron con vistosas coronaciones instaladas en la cúspide de las marquesinas o estaciones. Elementos arquitectónicos para exhibir el orgullo de unir a gentes diversas y territorios complementarios. No solo fueron grandes obras públicas y León, como ciudad regia, volvió a contar con una nueva coronación en este caso, sobre el edificio más relevante de entonces, y que le introduciría de pleno en la Revolución Industrial.

Los sentimientos que despertó el ferrocarril se visualizaron con este guiño arquitectónico que tuvo su máximo exponente en las estaciones francesas, cuya bandera ponía de manifiesto la gran apuesta por la unidad nacional que representaba el ferrocarril por parte del Estado y un deseo de unidad compartido por todos. Grandes inversiones en las naciones para articular territorios diferentes, con productos distintos y personas dispares. Tren, carriles y arquitectura, los ingredientes para complementarse, entenderse, disfrutar de las diferencias y enriquecerse con el intercambio de productos para lograr una sociedad más rica, precisamente por facilitar el intercambio de la variedad.

El nuevo transporte haría progresar muchas vidas y la economía como nunca antes se había conocido. Como en la arquitectura clásica, se lucirían esas emociones en símbolos altos, en coronaciones diseñadas con un punto de belleza novedosa sobre estructuras metálicas que causarían la admiración a los redactores de libros de viaje, a los propios viajeros y a toda una sociedad que emprendía rumbo a su industrialización.

Ciudades como León cambiaron sus puertas amuralladas, por aquella nueva puerta de entrada que era la estación ferro-carril. También se levantarían otros edificios privados con influencias arquitectónicas afrancesadas o modernistas, que incorporarían este tipo de remates. Además de las coronaciones en las marquesinas con las banderas nacionales, otra simbología utilizada consistía en escudos, el águila como imagen de fuerza, prestigio, poder, libertad o rapidez. También ruedas aladas que evocan a las divinidades griegas de Hermes con pies alados que le permitían volar y moverse rápidamente por cielo y tierra o Mercurio cuyo nombre está relacionado con la palabra latina merx (mercancía). A ello se unen grifos, seres voladores feroces, mitad león y mitad águila, el orbe como símbolo de dominio del mundo, o esculturas de dioses/as o alegorías. Esta simbología llega al S.XIX representando la energía del vapor, el turismo, la velocidad y el progreso.

El caso de León

La estación de León fue el gran orgullo de la primera adjudicataria, la Compañía del ferro-carril de Palencia a Ponferrada ó del Noroeste de España, una de las empresas más importantes del país. Uno de los grandes impulsores fue Juan Bravo Murillo, director de la compañía y que llegó a ser incluso presidente del Consejo de Ministros durante el reinado de Isabel II. La estructura accionarial de la compañía hacía que la influencia francesa fuera relevante y repercutiera en todo, condicionando desde en los materiales que se importaban, a los diseños de edificios. El tren dio carpetazo al antiguo régimen en León, que se transformaría de romano y medieval a minero e industrial y su unión con las demás partes de España.

La ciudad tuvo en 1863 una de las mejores estaciones de España según relatan los escritores de libros de viaje, Madrid aún era un embarcadero de madera y Barcelona o Valencia eran estaciones mínimas respecto a los imponentes edificios erigidos a finales del XIX o principios del XX. La Compañía del Noroeste tenía su punto de arranque en Palencia, pero su estación no llegó a inaugurarse ante los desacuerdos con Norte por ello, el gran lucimiento se hizo en León para exhibir la potencia de una empresa cuyos trazados atravesarían los puertos más complejos de España para alcanzar los mares de Gijón y La Coruña.

La marquesina metálica que protegería a los viajeros del sol y la lluvia incorporaría en su cumbrera, en lo más alto de la estructura, dos nobles coronaciones a modo de hito en los extremos norte y sur. Fabricadas en zinc, lucirían sendas banderas de España como símbolo común y de unidad de las gentes.

Tenían relieve en las partes visibles hacia el público y lisas en la parte no visible. La parte inferior de la pieza incorporaba una base alada adaptada a la forma triangular de la marquesina y otras dos secciones rectangulares. Posteriormente, esta base sujeta un cuerpo que eleva un elemento rectangular almohadillado. Finalmente otra pieza soportaría un orbe que incorporaba el mástil y la bandera. El remate se perdió entorno al año 25 del siglo pasado, fecha en la que la estación se benefició de inversiones para su ampliación.

El desarrollo la investigación y reproducción a escala fue compleja, por ser escasos los documentos. Se tomó como referencia la fotografía realizada por Jean Laurent, que captó gran cantidad de imágenes de la España en el siglo XIX para la Casa Real. En el reportaje fotográfico la inauguración del ferrocarril hasta La Coruña el 1 de septiembre de 1883, se realizó la primera instantánea de la estación leonesa y sobre ella generamos el archivo digital que serviría para imprimir la coronación en 3D.

Estaciones con coronaciones

Hay ejemplos destacados como la coronación espectacular de Valencia Norte con banderas, orbe, águila, escudos regionales y tantos otros símbolos modernistas ubicados en el edificio dejando exenta la marquesina. Madrid Atocha ya en 1892, incorpora en un alarde de arquitectura, una gran coronación para ubicar la bandera, además del símbolo de la rueda alada en su imponente reloj, grifos y los escudos de Madrid, Zaragoza, Alicante y Sevilla. Madrid Delicias también y P. Pio o Norte también hay numerosa simbología.

En Cataluña las banderas ondean en Barcelona Francia o Término sencillamente con mástiles estando el edificio libre de otros recursos arquitectónicos. Mataró, Sarriá, Badalona, Villanueva y Geltrú o Reus tuvieron unas pequeñas agujas. La Barcelona Norte inicial, tuvo coronaciones en piedra y mástil en los dos cuerpos de los edificios pero también su peculiar marquesina contó con un sencillo remate. Tras la reforma de principios del S. XX de Demetrio Ribes, se optó por dotarla de un cuerpo frontal y coronar el frente de la marquesina con el escudo de España. En Andalucía los principales ejemplos se centran en Sevilla cuyo elegante remate incorpora la leyenda de la ciudad, Almería, Cádiz, Málaga, o Huelva.

En las estaciones de Gran Bretaña, Francia, Alemania o Italia hay elementos arquitectónicos para la colocación de la bandera del país o coronaciones en el punto más elevado de las marquesinas como realce arquitectónico, otras veces se ubican en las torres de los edificios, partes centrales o destacadas de los cuerpos de la edificación; también suelen estar presentes símbolos regionales o locales. En los países nórdicos es frecuente la rueda ferroviaria alada y en Estados Unidos también existen ejemplos. En otras ocasiones las banderas se ubican también colgadas en el interior de las marquesinas o vestíbulos.

Pero sin duda, Francia que es la nación que influyó en la estación leonesa, es la que más utiliza este recurso arquitectónico, destacando estaciones de Saintes, Lille, Amiens, Roubaix, Le Havre, Tourcoing, Arras, Valence, Tours, Anvers, Broteaux, Toulouse Matabiau, Tours, Niza. Por supuesto en Paris Gare du Nord, L’Est, Austerlitz o Saint Lazare.

El ferrocarril ha ido acompañado de una simbología importante, cuya pretensión fue, no solo la de transportar personas, sino también la de unir sentimientos para la convivencia en los convulsos siglos XIX y XX. Esa era la intención aunque en demasiadas veces se truncase.

Propuesta para su recuperación

Tras la realización de las investigaciones sería deseable recuperar esta coronación afrancesada en el centenario de su pérdida y que hizo destacar a la estación leonesa de entonces entre las más destacadas de España.

Será propuesto a los grupos políticos municipales para que lidere la institución la creación de un grupo de trabajo para poner en marcha la iniciativa con consenso y también para que el encargo de la pieza no se pudiera financiar con aportación pública, sino que una campaña de suscripción popular aporte aún más valor ciudadano a la propuesta.

Nuestra estación como puerta de entrada a la ciudad, podría recibir a los viajeros de hoy como a los de entonces. Con los escudos de León en la fachada y coronando la imponente marquesina, la bandera que recuerda que estamos unidos a toda España gracias a nuestros caminos de hierro.

Detalle de la coronación de la marquesina de la estación de Atocha, un globo del mundo con los grifos a cada uno de sus ladosDL

Imagen de la estación del tren de León en el momento de su inauguración en el siglo XIX. DL

Imagen de la recreación realizada de la corona que culminaba la marquesina de León.dl

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