Diario de León

LA BUENA VIDA

VACACIONES AGOTADORAS

Disfrutar de las vacaciones es cada vez más difícil. La cultura de ver y, sobre todo, enseñar el máximo número de puntos de interés en el menor tiempo posible se ha arraigado y ha convertido un periodo que debería ser de descanso en extenuante

Dos turistas exhaustos debido a su ritmo de actividades.

Dos turistas exhaustos debido a su ritmo de actividades.Etienne Girardet/Unsplash.

Publicado por
Daniel Galilea
León

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El turismo caracterizado por muchas visitas a diferentes sitios en poco tiempo, se ha convertido en una práctica extendida en todo tipo de población y está muy relacionada con la dependencia de la exhibición y la tecnología, eso asegura Pablo Díaz Luque, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Esperar 20 minutos para fotografiar la Gioconda en el Museo del Louvre y después 2 horas para entrar a la Torre Eiffel y tomar fotos, todo ello para ‘colgar’ las imágenes en las redes sociales y llegando con el tiempo justo para abordar un crucero por el río Sena. Es un ejemplo de ‘turismo frenético’, según Díaz.

«Durante las vacaciones tendríamos que levantarnos y decidir si nos apetece efectuar alguna actividad y, si es así, decidir qué nos gustaría ver o hacer. Pero hemos llegado al punto de que si elegimos descansar, nos sentimos mal o los demás hacen que nos sintamos mal», señala Sylvie Pérez, profesora de la UOC.

El calificativo de ‘frenético’ (agitado, acelerado, ajetreado, febril, desenfrenado…), suele ser apropiado para ciertas etapas o momentos de nuestra actividad laboral o de estudios a lo largo del año, pero debería estar totalmente fuera de lugar durante las vacaciones, unas semanas habitualmente dedicadas a desconectar del ritmo vertiginoso, así como a divertirse y descansar.

Sin embargo, el ‘turismo frenético’, aquel que llena la agenda de actividades, experiencias o visitas, sin tiempo para detenerse, convirtiendo las vacaciones en otro nuevo periodo de estrés, no solo es una realidad sino que además va ganando cada vez más terreno, según los investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), en Barcelona (España).

La obsesión por mostrar todo

«Aunque no se puede generalizar, siempre ha habido cierto ánimo exhibicionista en la práctica del turismo. Los álbumes de fotos de los viajes, en especial los de los novios, probablemente tenían ese propósito en algunos casos», asegura Pablo Díaz, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC (www.uoc.edu) y especialista en turismo.

Ahora «la tecnología y las redes sociales han multiplicado este efecto, los turistas pueden sentir la obligación de hacer cosas, viajar y darlas a conocer», añade este experto.

Aunque este comportamiento todavía carece de una denominación específica, según el profesor Díaz, podría estar relacionado con el FOMO (fear of missing out, en inglés) o el «temor a perderse algo», o con el FOEN (fear of exhibiting nothing), es decir el «miedo a no exhibir nada», cuando el objetivo principal del turismo debería ser disfrutar.

El calificativo de ‘frenético’ (agitado, acelerado, ajetreado, febril…), suele ser apropiado para ciertas etapas o momentos de nuestra actividad laboral o de estudios a lo largo del año, pero debería estar totalmente fuera de lugar durante las vacaciones, unas semanas habitualmente dedicadas a desconectar del ritmo vertiginoso, así como a divertirse y descansar

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