Cómo León se pasó al verde

Una transformación. Esa es la mejor descripción posible de la transición que llevó a cabo la ciudad de León en los últimos años con el objetivo de convertirse en una urbe más respetuosa, no solo con el medio ambiente, sino también con sus habitantes. Todo ese trabajo obtuvo recompensa el pasado 28 de julio, cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), propuso a León como candidata a ‘ciudad verde’.

Se trata de la consideración de ser una urbe con abundantes espacios naturales de los que puedan disfrutar sus ciudadanos, en la que las emisiones de gases invernadores están bajo mínimos, con una contaminación acústica reducida y una edificación bioclimática sostenible, que incluye unos sistemas de producción y consumo de alimentos sostenibles. En definitiva, se trata de una ciudad que hace todo lo posible por ser respetuosa con el medio ambiente y por ser más ‘amigable’ con sus habitantes. Un beneficio doble que no perjudica a nadie.

La Iniciativa se centra en mejorar el entorno urbano y fortalecer los vínculos entre los medios rural y urbano y la resiliencia de los sistemas, servicios y poblaciones urbanos ante las perturbaciones externas. Además de garantizar el acceso a un entorno saludable y a dietas saludables procedentes de sistemas agroalimentarios sostenibles e incrementar la disponibilidad de espacios verdes mediante actividades forestales urbanas y periurbanas, contribuirá a la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos y a la gestión sostenible de los recursos. Una red de ciudades verdes permitirá a ciudades de todos los tamaños, desde megalópolis hasta ciudades medianas y pequeñas, compartir experiencias, mejores prácticas, éxitos y enseñanzas adquiridas, así como crear oportunidades de cooperación entre ciudades.

En septiembre de 2020, la FAO puso en marcha su Iniciativa Ciudades verdes, que tiene como objetivo mejorar los medios de vida y el bienestar de las poblaciones urbanas y periurbanas de al menos 100 ciudades de todo el mundo durante los tres próximos años, con la expectativa de que 1.000 ciudades se unan de aquí a 2030.

¿Por qué León?

La inclusión de León dentro de esta iniciativa se justifica sola. Según el Representante Permanente Adjunto de España en la FAO, Juan Prieto Gómez, León «tiene bastantes méritos». «Es la segunda ciudad española en espacio verde por habitante. Potencia mucho todas las cuestiones que tienen que ver con el ‘kilómetro 0’: el consumo de alimentos de proximidad en los comedores escolares y demás centros colectivos públicos».

Prieto añade que, aunque técnicamente no forma parte de la ciudad, sí que se tuvo en cuenta el Sistema Agrosilvopastoril de las Montañas de León, conocido como SIPAM Montañas de León, el más grande de su tipo en Europa y el tercero más grande del planeta, que es además multiproductivo, pues en él conviven la agricultura, la ganadería, el sector forestal y, además, el valor tanto cultural como antropológico del SIPAM.

La iniciativa, que está llamada a crecer de forma exponencial en los próximos años, representa una nueva oportunidad para León y España en general para presentarse como pioneros en la transición ecológica, «Es de interés nacional que España esté presente dentro del grupo de ciudades verdes desde el principio y se convierta en una referencia», subraya el representante español.

Prieto Gómez añade que «como leonés, es un honor y un orgullo que mi ciudad sea una de las cuatro que fueron expresamente invitadas a la presentación mundial de la iniciativa», antes de otorgar todo el mérito al Ayuntamiento leonés «Cuando supimos de la iniciativa, la difundimos a través de la Federación Española de Municipios y Provincias indicando que podían presentar su candidatura todo tipo de municipalidad, desde megalópolis hasta aldeas, y el Consistorio leonés supo reconocer la importancia de ser una ciudad verde y los argumentos que tenía para conseguirlo. Nosotros nos dedicamos simplemente a apoyar la candidatura y estar en comunicación constante con el Ayuntamiento y la FAO en una labor coordinativa», precisa.

Un ejemplo a seguir

La Junta de Castilla y León está desarrollando, junto al Ayuntamiento de León, una red de calor sostenible abastecida por un complejo de generación renovable en el que se generará calor con biomasa, biometano con la materia orgánica de la recogida selectiva de residuos urbanos, y energía fotovoltaica para abastecer el complejo y particularmente una planta de hidrógeno verde. Se trata de una infraestructura energética sostenible y de economía circular de primer orden, que supondrá la inversión de 70 M de euros, y permitirá abastecer en red a 28.000 viviendas y 150 edificios públicos, con una reducción de emisiones de CO2 de 86.000 Toneladas/año.

Según el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Terriotorio de la Junta, Juan Carlos Suárez-Quiñones asegura que «Además de la red, trabajamos en León en la construcción de 130 viviendas públicas para jóvenes con niveles muy exigentes de eficiencia energética, pretendemos dotar a la ciudad de un nuevo parque tecnológico y fomentar los procesos de descarbonización de la pujante industria farmacéutica de la ciudad». Un modelo tan ambicioso y atractivo, que pretende aplicarlo a más municipios de la Comunidad: «Trabajamos en todas las capitales de provincia y municipios de más de 20.000 habitantes de la Comunidad en procesos similares a los que vamos a desarrollar en León. Vamos a actuar con esquemas similares en Valladolid, Segovia y Salamanca. Ponferrada es una ciudad en la que estamos implantando una red de calor y hace años que trabajamos en eficiencia energética del alumbrado, Soria y Aranda de Duero cuentan con redes de calor impulsadas por SOMACYL. Castilla y León es una Comunidad pionera en el desarrollo de estas tecnologías, líder en la generación de energía eléctrica renovable y que aspira a liderar también los desarrollos de combustibles y gases renovables en España en los próximos años» declaró el consejero.

Beneficios de ser verdes

El ser considerados como una ciudad pionera en el ámbito de la transición ecológica, en las palabras de Juan Prieto, «aportará prestigio, reputación, visibilidad y recaídas económicas en el caso de organizar, por ejemplo, un congreso mundial de la red de ciudades verdes de FAO en León, las diferentes delegaciones dejarán dinero en la hostelería, la imagen de León ganará más notoriedad», además, continúa señalando que «estar dentro del colectivo de las ciudades verdes ya tiene un enorme valor en sí mismo».

El representante puntuó sus declaraciones dando protagonismo al alcalde de León, José Antonio Díez, del que dice que «fue muy proactivo a la hora de intentar dar a conocer la ciudad, sus valores y sus méritos y entendió desde el principio que se trata de un proyecto a largo plazo para León. Además, todo el trabajo llevado a cabo por el Ayuntamiento dejó tremenda satisfacción en la FAO, que espera seguir colaborando con la ciudad», puntuó.

El proceso de transición, tan profundo y duradero en el tiempo, lleva en desarrollo ya varios decenios, aunque no siempre fuera con el objetivo marcado de cumplir con el criterio para ser considerada una ciudad verde, León ha ido llevando a cabo una serie de modificaciones de su infraestructura y servicios para facilitar la vida de sus ciudadanos.

Peatonalizaciones

La transformación comenzó a ser una realidad en el año 1997, hace ya 27 años, con la peatonalización de la calle Ancha y la plaza Regla en la que está la Catedral, lo que dejó todo el barrio Húmedo con un tráfico inexistente salvando las patrullas policiales y los vehículos de residentes y marcó la primera arteria de la ciudad que no fuera una plaza que redujo drásticamente su tráfico automovilístico y el de sus calles colindantes. Siguieron la calle Burgo Nuevo, la avenida de Ordoño II, la plaza de San Marcelo, la prolongación norte de la avenida de Padre Isla, que la une con el barrio de Eras, las calles de Alfonso V, San Agustín y Gil y Carrasco, a las que pronto se unirá la calle Fuero.

Todas estas peatonalizaciones llevaron una mucho mayor facilidad para los ciudadanos para acceder a pie a algunas de las zonas más importantes de la ciudad, lo que facilitó un aumento demostrado de las ventas de los comercios, la disminución de la contaminación, tanto atmosférica como acústica y que, según diversos estudios, tiene un impacto positivo en la salud de las personas.

Según el Ayuntamiento, «El desarrollo no está cerrado y se irá concretando a medio y largo plazo con propuestas técnicas conforme al Plan de Movilidad Sostenible de la ciudad, la escucha a las iniciativas vecinales y, por supuesto, los informes de idoneidad técnica». Asimismo, apuntan que las modificaciones «No se limitan a peatonalizaciones sino que también incluyen carriles bici o zonas de calmado de tráfico».

Autobuses eléctricos

El esfuerzo por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no se limita a reducir los puntos de tráfico automovilístico, sino que también renovaron la flota de autobuses urbanos tras la semana santa de 2023 con cuatro autobuses eléctricos. El modelo eCitaro, de Mercedes, fue el elegido para esos cuatro primeros vehículos que surcaron las calles leonesas. Pocos meses más tarde, fueron tres autobuses de la marca Irizar (dos medolos ieTram y un ieBus), los que completaron la formación de buses eléctricos de la ciudad, que ahora mismo cuenta con siete efectivos.

Preguntado el Ayuntamiento si piensan aumentar el número de vehículos eléctricos dentro de su plantilla de transporte público, fue indicado que «La flota de autobuses se irá sustituyendo por vehículos de cero emisiones en función de la capacidad de suministro de las empresas suministradoras», marcando el claro objetivo de obtener una plantilla de vehículos de transporte público que permita la neutralidad carbono.

Bicis de alquiler

Desde el consistorio se busca poner a disposición del público el mayor número de alternativas no contaminantes posibles a los leoneses. Por eso, no sorprende que exista un servicio de alquiler de bicicletas en colaboración con Alsa, denominado Alsa-nextbike que fue renovado de forma reciente gracias a los fondos con un total de 43 estaciones esparcidas por toda la municipalidad en las que recoger y dejar los vehículos, que incluyen bicis estándar y eléctricas.

El uso de este servicio está en constante aumento desde que fuera implementado en abril de 2022. De hecho, el propio Ayuntamiento asegura que el uso ha superado las expectativas mes a mes. Su uso creció en un 10 % entre mayo de 2023 y el mismo mes de 2024, una tendencia que, todo indica, seguirá al alza y ayudará a mejorar la calidad del aire además de reducir la densidad del tráfico urbano, uno de los grandes problemas a los que se viene enfrentando León en los últimos años.

Huertas urbanas

Los espacios verdes son muy importantes dentro del entramado urbano para aliviar el calor y aportar un mínimo de contacto con la naturaleza que es muy importante a nivel psicológico y que, demasiadas veces, queda relegado a menos aún que un segundo plano.

Las huertas urbanas son espacios ubicados al aire libre destinados al cultivo de verduras, hortalizas, frutas, legumbres, plantas aromáticas o hierbas medicinales, entre otras variedades, esto se hace a escala doméstica y para el autoconsumo.

La iniciativa conjunta de los Ayuntamientos de León y San Andrés del Rabanedo, con un total de 30 parcelas divididas de forma equitativa bajo la atención de cada uno de los consistorios además de una aparte, que fue entregada al colegio de La Anunciata. Las 31 parcelas totales se encuentran en la avenida San Ignacio de Loyola, que tiene la particularidad de actuar como frontera entre ambos municipios involucrados en esta iniciativa.

Desde el Ayuntamiento de la capital, afirman que, además de los nuevos huertos, «Estamos trabajando en la mejora de las instalaciones actuales, como la construcción de una nueva caseta en La Candamia que sustituya la destruida por un incendio», y es que a los 31 huertos nuevos de San Ignacio de Loyola hay que sumar los 176 que se encuentran en La Candamia leonesa, que cuentan con una lista de espera de nada menos que cuatro años, fueron inaugurados en 1995 y fueron los primeros huertos sociales de toda España. Su existencia sirve como recordatorio del carácter innovador de la ciudad en el ámbito ecológico.