Cerrar

Incendios, el otro gran peligro de León: 125 municipios en riesgo

Bomberos forestales trabajan en las labores de extinción de un incendio forestal. Efe

León

Creado:

Actualizado:

El noroeste de la Península Ibérica es una de las zonas más afectadas por los incendios forestales en Europa. La provincia de León tiene 125 de sus 211 municipios catalogados por la Junta de Castilla y León como zonas de alto riesgo de incendio forestal, especialmente aquellos situados en el oeste y norte de la provincia, donde se concentra una mayor masa forestal. Es más de la mitad de las poblaciones de la provincia.

«La provincia de León tiene un extenso histórico de incendios forestales, muchos de ellos recordados por el riesgo que supusieron a núcleos de población cercanos, por su elevado número de hectáreas arrasadas, por su gran afección sobre el medio natural o el medio de vida de algunas comarcas, donde el sector silvícola tiene gran importancia en la economía local», señala Adrián Melón Nava,investigador predoctoral en formación (FPU) en el Departamento de Geografía y Geología de la Universidad de León.

«Son habituales cada temporada los Grandes Incendios Forestales (GIF), aquellos que superan las 500 ha cuando las condiciones meteorológicas o el terreno son desfavorables para su rápida extinción», añade. En la memoria reciente los incendios de Castrocontrigo en 2012 (quemó más de 10.000 hectáreas), Quintana del Castillo en 2015, La Cabrera en 2017, La Tebaida Berciana en 2017 y 2022, el incendio del campo de tiro del Teleno, «que no está contabilizado en la estadística oficial de los Grandes Incendios Forestales a pesar de haber superado las 2.000 hectáreas», señala Melón Nava, Boca de Huérgano en 2022 o el reciente incendio de Castrillo de los Polvazares, en agosto de 2024, que calcinó 800 hectáreas en apenas 4 horas.

«El fuego se comporta de manera diferente dependiendo de los combustibles que existan en cada lugar, de la topografía y de las condiciones meteorológicas, siendo esta última característica la que está ligada a una mayor variabilidad a lo largo de cada día o época del año y favoreciendo la concentración de los incendios en aquellos momentos del año en los que la temperatura, viento o la humedad del aire y de los combustibles son favorables para una fácil propagación del fuego», explica este joven investigador.

Es la administración autonómica la que decreta el nivel de riesgo de incendio, siendo alto durante los meses de julio, agosto y septiembre, lo que conlleva medidas adicionales de prevención en las zonas de monte y sus 400 metros circundantes. Además, se toman medidas extraordinarias en situaciones de especial riesgo meteorológico, que son aquellas con nivel muy alto o extremo de incendio, evaluado diariamente por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), a partir de las condiciones de temperatura, viento y humedad.

«Existe un factor extra, que es el origen del fuego», explica Adrán Melón. «Se estima que cerca del 90% de los fuegos se producen son causados por causas no naturales, bien sea de manera intencionada, accidental o por negligencia, muchas veces motivada por el fuerte arraigo cultural que tiene el fuego en diversas áreas rurales de la comunidad como herramienta para la gestión y aprovechamiento del monte».

Eso sin contra con la variante de la emergencia climática.

«La provincia de León se enfrenta a un escenario más complejo en materia de incendios forestales. Se plantean unas condiciones más desfavorables como consecuencia del cambio climático, con un aumento de las condiciones meteorológicas de riesgo, a lo que hay que añadir los cambios de usos de suelo de las últimas décadas, muy ligados al abandono del terrazgo agrario desde mediados del siglo XX, la disminución de la actividad ganadera y el descenso de la explotación de los bosques como fuente de leña para el suministro de la población por el uso de nuevas fuentes de energía, que han dado como resultado que nuestra provincia sea más propensa a una mayor virulencia