EL ESCENARIO
Una tierra privilegiada
|||| La comarca de Roa, donde se encuentran los viñedos de Señorío de Nava, es una tierra añeja, en la que pueden encontrarse vestigios celtíberos. Los pequeños pueblos de la región cuentan con hermosas iglesias románicas o góticas primitivas, y en ellas se encuentran ruinas de castillos como el de Hoyales o la muralla de Roa. En la historia de esta región destaca la figura de Juan Martín El Empecinado , mítico guerrillero que puso en jaque a las tropas napoleónicas, y que era natural de Castrillo. Es un terreno en el corazón de la Ribera del Duero, consolidada hoy como una de las regiones vitivinícolas por excelencia del panorama internacional. Cultivos más tradicionales como el cereal o el girasol son sustituidos paulatinamente por la vid, el otro producto característico de la región, aprovechando las inmejorables condiciones del suelo y el clima. La temperatura media anual de once grados, las precipitaciones de entre 430 y 500 litros anuales, y una exposición solar de unas 2.300 horas, confieren a la vid una maduración precisa y segura, facilitando la aireación de sus sarmientos y esquivando las fuertes heladas que suelen apocar la zona. El suelo, por su parte, aporta igualmente al crecimiento de una vid fuerte y sana con su riqueza en sílice y elementos calcáreos, impregnados de caliza y con baja materia orgánica. Las 160 hectáreas que cultiva Señorío de Nava están junto a Nava de Roa, en Gumial, un pueblo de 300 habitantes protegido del viento del norte por sus suaves colinas. Los pagos son de un ecosistema privilegiado, que recibe la frescura y la humedad apropiada para el mejor desarrollo de la vid. Estos terrenos disfrutan una característica infrecuente en la Ribera del Duero, al tener cuatro tipos diferentes de suelo. Algo que permite enriquecer la uva que crece en ellos con esa variedad. Cada pago es vendimiado por separado cuando las uvas han llegado a su madurez fenólica y la pepita está en su mejor punto de sazón, amén del control de azúcares y acidez. Luego, los mostos entrarán en barrica, en una bodega horadada en las entrañas de la tierra, para desarrollar esa evolución que le aporta en madera.