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Cada hogar emite cinco toneladas de CO2

El consumo doméstico y el automóvil suponen la tercera parte del gasto energético español. En nuestras manos también está compaginar el progreso y el cuidado del medio ambiente

Con el coche bien mantenido se gana en seguridad, se ahorra energía y se contamina un 10% menos

Publicado por
T. FERNÁNDEZ | texto
León

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Aunque la industria española se ha concienciado de la importancia de ahorrar energía, los hogares han duplicado en 20 años el consumo eléctrico. La reducción de las tarifas y la abundancia de electrodomésticos pueden más que las políticas de ahorro y eficiencia energética. Por eso, el Ministerio de Economía y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía acaban de hacer pública la «Guía práctica de la energía» con la que se pretende concienciar a los ciudadanos sobre la importancia de aprovechar eficazmente los recursos energéticos y poder compaginar el progreso con la preservación del medio ambiente. Sirva como ejemplo que mientras un frigorífico gasta diariamente 2 Kw. (hasta el 18% del total del hogar al estar conectado todo el día), uno de bajo consumo, que presta el mismo servicio, tan sólo la octava parte. Según se recoge en el texto, el consumo doméstico y el automóvil representan la tercera parte del gasto energético español, calculándose que cada hogar emite a la atmósfera unas 5 toneladas de CO2 al año de las que más de la mitad proceden de ambos apartados. En la actualidad, cada unidad familiar destina entre 600 y 700 euros anuales para la factura energética y otros tantos en combustible para el coche. Si en 1980 una familia de cuatro miembros venía a consumir 1.928 Kw. anuales, la cifra se ha elevado hasta los 3.000, calculados sobre una de 3,5 personas. Esto es algo insostenible, especialmente si tenemos en cuenta que en nuestro país la dependencia energética es del 75% y del 95% de los combustibles fósiles, muy superior a la media europea. Consejos para ahorrar A la hora de comprar un electrodoméstico conviene decantarse por aquellos que tienen la etiqueta energética de clase A (los más eficientes). Son más caros que los convencionales pero se amortizan antes del final de su vida útil porque gastan menos energía y, en el caso de las lavadoras y lavavajillas, menos cantidad de agua y detergente. En la cocina, utilice baterías de mayor diámetro que la vitrocerámica o zona de cocción y aproveche el calor residual de la placa. Abrir el horno sin necesidad supone perder cada vez hasta el 20% del calor acumulado. Los microondas ahorran tiempo y energía y sirven para preparar algunos platos. Regule el termostato del termo de agua caliente a 60ºC porque a más temperatura se producen corrosiones en el depósito. Es mejor ducharse que bañarse porque se gasta casi la cuarta parte de agua. En verano, instale toldos y baje las persianas para reducir los efectos de los rayos solares. Procure ventilar a primera y última hora del día porque el aire de la calle es más fresco que el de las viviendas. El aislamiento también reduce el consumo de calefacción y aire acondicionado. Si tiene un acondicionador coloque el termostato alejado de fuentes de calor (sol, lámparas) y déjelo regulado a 25ºC. Una temperatura más baja no es confortable y supone un gasto innecesario de electricidad. Aproveche la luz natural para iluminar el hogar. Utilice fluorescentes en aquellos lugares que necesiten más luz y durante más tiempo, así como lámparas halógenas y de bajo consumo.

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