El temor vencido

La noticia de que el actor Robert de Niro, de 60 años, padece un cáncer de próstata advierte de esa espada de Damocles que siempre está pendiente sobre los varones y especialmente sobre aquellos que rebasan los cincuenta años. Una amenaza que se hace muy peligrosa si no es detectada a tiempo, pero que en su fase inicial puede ser fácil de erradicar. Las estadísticas advierten, sin embargo, que el cáncer de próstata es la segunda causa de muerte en los hombres, después del de pulmón. Es responsable del 11% de todas las muertes por cáncer, aunque sólo el 20% de los hombres que lo padecen fallecen por esta causa. En su estadio más inicial, el cáncer de próstata puede pasar inadvertido, por lo que es importante someterse a frecuentes revisiones. El doctor Marcelino González Martín, jefe del servicio de Urología de la Ciudad Sanitaria Juan Canalejo, explica que la próstata se desarrolla en relación con la edad y puede tener tres tipos de enfermedades: prostatitis, una infección que se da en la gente joven, hasta 30 años; el adenoma, un crecimiento benigno, y el carcinoma de próstata, que en un 80% se diagnostica en hombres de más de 65 años. Una de las características de este tipo de tumores cancerosos es que pueden no llegar a manifestarse, según puede deducirse de los resultados obtenidos en las autopsias. Los forenses comprobaron que muchas personas fallecieron sin llegar a saber que sufrían esta enfermedad. Los resultados, según detalla el doctor González Martín, establecen una relación creciente entre las edades y los cánceres. Así, el porcentaje de afectados en hombres de 60 años, es del 15% y para los comprendidos cronológicamente en la banda de los 70, la cifra se dispara hasta el 30%. Sigue aumentando diez puntos para los octogenarios y otros diez para los que ya tienen noventa años. Estas cifras están, afortunamente, muy distantes de otros resultados obtenidos en EE.UU., en 1990, que limitan a un 8% la posibilidad de que a un varón de más de 40 años se le diagnostique cáncer de próstata. La conclusión, indica González Martín, es que una persona puede padecer el carcinoma sin que se manifieste. Es decir, que hay dos tipos de cánceres, los que evolucionan de una forma clínica y los que lo hacen de una forma latente, sin dar síntomas. La pregunta sería si hay que ofrecer tratamiento en todos los casos, pero la respuesta no es fácil. El responsable de la unidad de Urología del Juan Canalejo reconoce que no existe un conocimiento suficiente para tener esa certeza. No obstante, estudios realizados entre grupos de pacientes con cáncer de próstata ofrecen alguna pista. Se comprobó que el número de varones fallecidos era superior en el que no recibió tratamiento. Otro aspecto que los especialistas tienen en cuenta para determinar los pasos a seguir, una vez diagnosticado el cáncer por una biopsia, es si es agresivo. Enfermos de 65 años, con una evolución muy lenta, pueden llegar a los 75 e incluso a los 80, sin graves contratiempos, por lo que no sería necesario imponerles un tratamiento muy severo. Se ignoran las causas de la aparición del cáncer, pero entre los factores de riesgo aparecen la edad, la raza, (es más frecuente en los negros); una alimentación inadecuadada con abundancia de grasas, las alteraciones genéticas y la actividad hormonal. En todos los casos, según el doctor Marcelino González, un diagnóstico precoz puede salvar la vida. En la actualidad, se logra en más de un 50%, de los casos y -puntualiza- estamos hablando de una dolencia que hace poco más de 25 años era incurable. La clave está en un descubrimiento bioquímico, el PSA (Antígeno Prostático Específico), en 1979. Es un marcador que, por encima de 4, advierte de un riesgo que exige una revisión más intensa. En cifras más altas, el peligro de un cáncer es más evidente.