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Mariana Pineda simboliza ya la libertad en toda la UE

León vivió a través de los ojos de Raquel Entero, la actual condesa de Pineda, el acto de inauguración de la puerta principal del Parlamento de Estrasburgo, que se ha dedicado a la heroína española. Desde su nueva atalaya, «Marianita» dará la b

León

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Los hitos históricos son difíciles de reconocer, pero, quizás, el acto celebrado el pasado 23 de octubre en Estrasburgo marca un antes y un después en el reconocimiento europeo del papel que han jugado los españoles en la modernización de la sociedad. Ese día, la heroína Mariana de Pineda 1804-1832) traspasó las fronteras andaluzas y llegó al corazón de la UE, que rindió ante una mujer de rompe y rasga, que supo adelantarse a su tiempo y que se ha convertido en símbolo de lealtad, libertad y salvaguarda de los valores constitucionales. La musa de Lorca entregó su vida en cadalso a los 26 años por no delatar a sus compañeros, los sublevados contra poder absolutista de Fernando VII. Era madre de dos niños. Su gesta, su defensa de las ideas liberales y de la igualdad entre hombres y mujeres mucho antes de que estallara la famosa Revolución Francesa, ha irrumpido en Europa, que ha sabido elevar la figura de Mariana a la categoría de otras insignes luchadoras como Juana de Arco Louise Weiss. De hecho, todos los grupos políticos respaldaron sin fi suras que la heroína española diera nombre a la entrada principal del Parlamento Europeo, que constituye el acceso más especial a un inmueble de millones de metros cuadrados. Desde esa atalaya, el espíritu de Mariana dará la bienvenida a todos los jefes de Estado que acudan a intervenir en el foro de foros, recordándoles simbólicamente la importancia de dialogar para alcanzar consensos y necesidad de anteponer la paz y la justicia a la barbarie de las armas. El acto inaugural se celebró a las nueve y media de la mañana de un día lluvioso y de temperaturas gélidas. Sin embargo, no faltaron ninguno de los máximos representantes del Parlamento Europeo, incluidos el presidente, los catorce vicepresidentes y multitud de eurodiputados, entre ellos Francisca Sauquillo y María Izquierdo, la promotora del bautizo. Todos destacaron el valor de Mariana y la actualidad que cobran sus ideas. Desde San Adrián al Parlamento Incluso León vivió a través de los ojos de una representante excepcional ese momento histórico. Raquel Entero Royo, la actual condesa de Pineda, viajó como invitada de honor a Estrasburgo desde el pequeño pueblo de San Adrián (Vegaquemada), donde reside, por ser la única pariente conocida de la mítica Mariana. En realidad, ambas mujeres comparten la misma energía ante la vida. Rebeldes, valientes y luchadoras. Las dos forman parte de una saga, los Pineda, que proceden del Norte de España, sobre todo del valle de Carranza y de Burgos, y que han adornado muchas páginas de la historia del país. Entre los seis incunables que posee la condesa se esconden peripecias reales de antepasados que lucharon en Filipinas para defender la Corona española, de aventureros, médicos, militares e innovadores. Los Pineda trajeron a España el grano de Manila, gobernaron en Perú y Guatemala y fueron cronistas y encargados de armas de Carlos III. Curiosamente, su relación con la Monarquía y los altos cargos no siempre se tradujo en ideas absolutistas. Al contrario, muchos descendientes de esta genealogía fueron liberales reconocidos, como Martín Entero Iturralde (séptimo conde de Pineda) o la propia Mariana. Incluso Raquel Entero ha llamado su casa Al Kanaá, que significa libertad y desapego, y se reconoce como una mujer «echada para adelante de ideas liberales». Vivir de cerca el pasado día 23 de octubre el reconocimiento europeo a su familiar Mariana de Pineda la colmó de emoción y satisfacción. «Yo siempre me he sentido como ella ?reconoció?, decidida y defendiendo mis principios, aunque algunos giren la cabeza. Sé que cada persona es una gota insignificante de un mismo río, pero si todas esas gotas se unen pueden formar una ola imparable. Ojalá este ensalzamiento de la figura de Mariana sirva para llevar solidaridad, paz y diálogo. Yo soy una idealista total y confío en que la labor que ahora comienza se materialice en un bien común». La condesa de Pineda repartió lirios entre los participantes en el homenaje y dejó una esencia sutil en los rincones del enorme Parlamento, precisamente, para fomentar el entendimiento de los pueblos. El tesón de María Izquierdo Si Mariana ha llegado al corazón de Europa ha sido gracias al tesón de una política socialista, María Izquierdo. Emulando a su mito, Izquierdo ha tenido que luchar durante cinco años contra la burocracia de la UE para conseguir sacar del anonimato europeo a la figura de Mariana Pineda. Siguiendo la máxima de a la tercera va la vencida, insistió ante los presidentes del Parlamento Europeo, Gil Robles, Nicole Fointaine y Patrick Cox, quien finalmente dio sus bendiciones a dedicar un espacio del edificio donde se reúnen los líderes europeos a este personaje histórico que simboliza la libertad de pensamiento. «Encontré enormes obstáculos para llevar la iniciativa adelante _admitió_, pero nunca fui pesimista. Comprobé que, además del trabajo para ganarme a los burócratas, tenía que incidir en el lado más personal. Regalé libros de Mariana, expliqué quién era y pedí apoyo a la delegación socialista. La obstinación logró que el asunto se incluyera en el orden del día de la mesa del Parlamento y que fuera votado favorablemente el pasado mes de enero por unanimidad». Izquierdo considera que los valores de Mariana Pineda, con el paso del tiempo, «cobran más fuerza, ya que la libertad que ella demostró es uno de los pilares actuales de Europa, unido a su lealtad y a su valentía». Pero, sobre todo, para esta política granadina, lo que ha ganado España es arrebatar a Francia el monopolio sobre los valores de igualdad, libertad y fraternidad. «Mariana demostró que las españolas podían defender esas ideas progresistas antes de la Revolución Francesa». «Espero _anunció_ que el dedicar la entrada del Parlamento a Mariana Pineda sea el primer paso para relanzar a este personaje y para unir más Estrasburgo y Granada, Europa y España». Su intención es lograr fi nanciación estable para organizar exposiciones y conferencias en torno a una de las Pineda más ilustres. «Si no lo movemos nosotros, no va a venir nadie a hacerlo», ironiza. Una vida de pasión y desgracia La vida de Mariana de Pineda estuvo marcada por el azar, la pasión y la desgracia. Su padre fue un marino de buena cuna y mala salud, capaz de sobrevivir a los piratas y a los ingleses, pero no a la soberbia belleza de María Dolores Muñoz, una joven de origen humilde que conoció en el otoño de su vida, cuando fue a vender sus tierras de Lucena para vivir de las rentas. Mariano de Pineda y Ramírez, capitán de navío retirado, había nacido en 1754 en Guatemala. Le llevaba treinta años a María Dolores, con la que huyó a Sevilla. Allí nació su hija Luisa Rafaela, pero no llegaron a casarse por las diferencias asociales y, dicen, que por las presiones familiares. Acabaron instalándose en Granada, en una casa de la Carrera del Darro, en 1803. Allí murió Luisa y nació Mariana, la futura heroína liberal, el 1 de septiembre de 1804. La pareja duró poco, María Dolores se fue con otro hombre y el moribundo señor Pineda expiró tras recuperar la custodia de la niña, que quedó bajo la tutoría de su tío José, solterón, achacoso y ciego, y después bajo el cuidado de José de Mesa y Úrsula de la Presa, que le dieron una educación esmerada, según las costumbres de la época. Mariana se convirtió en una de las adolescentes más bellas de Granada, rubia, con piel muy blanca e intensos ojos azules. Era de rompe y rasga. Con sólo 14 años, conoció a un militar retirado y con malísima salud llamado Manuel de Peralta, con el que se casó al año siguiente a toda prisa, ahorrándose las amonestaciones. La boda fue el 9 de octubre de 1819 y el 31 de marzo de 1820 nació su primer hijo. Su breve marido, que la convirtió en la viudita más bella de Andalucía con 17 años, le ayudó a concebir una pasión sincera por las ideas liberales, que reinaban en una buena parte de la oficialidad. Mariana frecuentó los salones nobilísimos de los condes de Teba, albergue de los enemigos del absolutismo de Fernando VII, donde se enamoró de otro militar, Casimiro Brodett. En 1828, el comandante Fernando Álvarez de Sotomayor, primo de Mariana, fue condenado a muerte por colaborar en el fracasado alzamiento de los ejércitos de Andalucía contra el Rey. Mariana logró introducir prenda a prenda un hábito completo de fraile y unas barbas postizas en la celda de Fernando, que pudo escapar. También encargó un estandarte con el lema Libertad, Igualdad y Ley para enarbolarlo en una asonada. Compró un tafetán morado y cosió en el centro un triángulo verde, los dos colores del Oriente masónico. El comisario Ramón Pedrosa y Andrade registró la casa de Mariana y, tras encontrar la bandera, la arrestó. Se atrevió entonces a pretenderla, pero sus insinuaciones fueron contestadas como sus averiguaciones, con el silencioso. Incluso trató de forzar la voluntad de Mariana cuando la condenaron al garrote vil, pero ella se negó a delatar. La víspera, serena, escribió un testamento y una carta a sus hijos para decirles que moría dignamente por la Libertad y la Patria. Antes de acostarse para su última noche, tuvo un gesto. Debían cambiarle el vestido por si tenía algo escondido y quitarle las ligas para evitar que pudiera ahorcarse con ellas. Mariana consintió el cambio de vestido, pero no transigió con las medias. «Jamás consentiré ir al patíbulo con las medias caídas», dijo. Así subió la Libertad al cadalso el 26 de mayo de 1831, en Granada. Nunca se la había visto más hermosa.