Diario de León

El edificio más alto del mundo está bajo el agua

Ni las torres Petronas ni el nuevo Taipei 101. La construcción más alta del mundo se encuentra en el golfo de México y mide 640 metros, la mayor parte de ellos sumergidos.

Publicado por
JAVIER ARMESTO | texto M. MARIÑO | gráfico
León

Creado:

Actualizado:

Los atentados del 11-S contra el World Trade Center, en Nueva York, pusieron en entredicho el futuro de los rascacielos. Muchas empresas decidieron abandonar sus oficinas en Manhattan y se trasladaron a polígonos industriales en la periferia. Pero la caída de las torres gemelas no ha impedido que se siga construyendo cada vez más alto. La semana pasada se presentó en Taiwan el Taipei 101 (los dígitos corresponden al número de plantas). Con sus 508 metros será oficialmente el edificio más alto del mundo, superando a las torres Petronas de Kuala Lumpur. Sin embargo, el Council on Tall Buildings and Urban Habitats (CTBUH), organismo encargado de regular dicho título, ha advertido que todavía no cumple el principal requisito: estar ocupado y en uso. Para ello habrá que esperar al año que viene. En realidad, las Petronas tampoco son el rascacielos más alto, sino la torre Sears de Chicago. La explicación es simple: las Petronas están rematadas con sendas agujas a 452 metros de altura, mientras que la torre Sears culmina en una antena doble de comunicaciones que se eleva hasta los 520 metros. Pero el CTBUH considera que las agujas cuentan y las antenas no. Así, la altura oficial de la torre Sears es la de su último piso, 442 metros. Diez por debajo de las agujas malayas. Sin la ventaja de sus pináculos, el techo de las Petronas estaría en 378 metros. El CTBUH estableció en julio de 1987 cuatro categorías: la de la estructura o tope arquitectónico, la del último piso, la del tejado o azotea y la de la antena. La torre Sears domina todas menos la primera, que es precisamente la que otorga el título de edificio más alto del mundo. «Edificio: Construcción fija, hecha con materiales resistentes, para habitación humana o para otros usos». El Council on Tall Buildings no comparte la definición del diccionario de la Real Academia Española, por lo menos la última parte. Porque la construcción más alta del planeta no figura en su lista. Se trata de la Petronius Compliant Tower, una plataforma petrolífera que opera en el golfo de México, unos doscientos kilómetros al sureste de Nueva Orleans. Mide 640 metros, de los que 535 están sumergidos. El campo es propiedad al 50 por ciento de las compañías Texaco y Marathon, y produce 60.000 barriles de petróleo y 30,5 millones de metros cúbicos de gas natural al día. La construcción de este gigante de la ingeniería, que pesa más 50.000 toneladas, costó 200 millones de dólares. Los pilares se adentran 137 metros en el lecho marino y permiten a la torre un balanceo de hasta tres metros en la superficie. La plataforma está especialmente diseñada para resistir la fuerza del viento y de las olas en los peores temporales, aunque ello no impidió que durante la instalación de uno de sus módulos, en diciembre de 1998, uno de los cables que lo sostenían se rompiera y provocara la caída del módulo (que había costado 70 millones de dólares) al fondo del mar. Desde mayo del 2000, la Petronius está plenamente operativa. El segundo puesto del ranking lo ocupa la antena de la cadena de televisión KVLY, situada entre Fargo y Blanchard (Dakota del Norte, EE.UU.). Sostenida por varios cables de acero trenzados anclados al suelo, tiene una altura de 628,8 metros, lo que permite que se reciban sus emisiones en un área de 1.600 kilómetros cuadrados. A los americanos, chiflados por los récords, les gusta hacer comparaciones absurdas. Por ejemplo: «La torre es más alta que la pirámide de Keops, la torre Eiffel y el monumento Washington puesto unos encima de otros». O bien: «Si un anuncio de televisión de 20 segundos comenzara al mismo tiempo que se lanza una pelota béisbol desde lo alto de la torre, terminaría antes de que la bola golpease el suelo». La torre fue construida en 1963 en sólo 33 días por un equipo de once trabajadores, sin que hubiera que lamentar ninguna incidencia. Entre la KVLY y la CN Tower de Toronto hay otras treinta y seis antenas por encima de los 550 metros, la mayoría en Estados Unidos. La torre canadiense mide 553 metros y ocupa el puesto 39 de los edificios más elevados. En el 44 está la torre Sears y en el 58 el rascacielos que, setenta años después de su construcción, vuelve a dominar el skyline de Nueva York: el Empire State. Accidente en Polonia La estructura más alta construida jamás por el hombre, sin embargo, ya no existe. Era una antena de radio televisión polaca ubicada en Konstantynow, al noroeste de Varsovia. Levantada en 1974, medía 646 metros, veinticinco por encima de la de la KVLY y seis más que la plataforma petrolífera Petronius. Diseñada por Jan Palak, la torre pesaba 550 toneladas y las transmisiones nocturnas podían ser escuchadas en toda Europa. En agosto de 1991, durante unos trabajos de mantenimiento, la torre colapsó y se derrumbó; en el accidente murieron tres personas y otras doce resultaron heridas. El Gobierno polaco propuso reconstruir la torre, pero la férrea oposición de los residentes en la zona lo ha impedido hasta el momento. En la actualidad, de los veinticinco mayores rascacielos en construcción, dieciocho están en China, dos en Estados Unidos, otros dos en Australia y uno, respectivamente, en Taiwan, Francia y Rusia. Pero como esta es una carrera sin fin, el año que viene comenzarán las obras del proyecto que dejará pequeños a todos los demás: una planta de energía solar en Australia con una torre de hormigón armado de un kilómetro de altura. El complejo, que estará situado en la región de Buronga, a 625 kilómetros al sudeste de Sydney, será capaz de generar 200 megavatios sin contaminar el medio ambiente. Para ello combinará los fenómenos físicos del efecto invernadero y el de chimenea. La torre estará en el centro de una gran superficie de paneles solares extendidos alrededor de cinco kilómetros cuadrados. Estos paneles calientan el aire, que se dirige hacia la torre. Como el aire caliente tiende a subir y la temperatura ambiental disminuye un grado cada cien metros de altitud, una corriente recorre la chimenea permanentemente accionado 32 turbinas. Un sistema similar se probó en Manzanares (Madrid) entre 1982 y 1987, aunque la chimenea sólo tenía 195 metros. A diferencia de otros proyectos más o menos utópicos (como la Bionic Tower), el proyecto de la empresa pública Enviro-Mission ya ha recibido el apoyo de los gobiernos australiano y de Nueva Gales del Sur, y está pendiente de resolver los últimos detalles de financiación.

tracking