Rolling Stones: «Somos tan viejos como el rock and roll»
«Estoy en forma, trabajo y me siento feliz», declara Mick Jagger al ser preguntado por el secreto de su vitalidad; al igual que su líder, los demás componentes del mítico grupo viven una segunda juventud a una edad de prejubilados; ahora sacan
Cuando sus críticos dicen que debería haberse retirado hace décadas, Mick Jagger (60 años), Keith Richards (59), Charlie Wats (62) y Ronnie Wood (56) disfrutan de vacaciones tras concluir el «Forty Licks Tour», que les ha llevado por todo el mundo en el último año y medio. «Hemos dado 120 conciertos y todos con éxito», resumió Jagger en Hong Kong, donde a mediados de noviembre concluyó la gira. Eso sí, sus satánicas majestades aprovechan el descanso para seguir engrasando la gigantesca máquina de facturación en que se han convertido el grupo en los últimos años. Cuatro DVD, con el título de Four Flicks , explican con todo detalle su trayectoria sobre y detrás de los escenarios de esta gira, con un total de 5 horas de música y más de 50 temas en directo, en los cuales se puede seleccionar la cámara que sigue a cada uno de los músicos. Además, el grupo británico ha sacado a la venta el primer libro en el que cuentan su vida en primera persona; con el título de Acoording to The Rolling Stones (Editorial Planeta), cada componente del grupo que tomó su nombre del blues de Muddy Waters (I got a boy child¿s comin, he¿s gonna be a rollin stone) repasa sus experiencias a lo largo de estas cuatro décadas dedicadas al rock and roll. Debutaron el 12 de junio de 1962 en el Marquee Club de Londres, con un grupo formado por Jagger, Richards, Brian Jones, Ian Stewart, Mick Avory y Dick Taylor. Después de aquel concierto se incorporaría Charlie Wats, y más tarde, en 1976, tras algunas bajas y la muerte de Jones, Ronnie Wood. Los Rolling supervivientes (Mick, Keith, Charlie y Ronnie) han abierto sus archivos fotográficos personales y de la banda, para completar este libro de más de 360 páginas, a lo largo de las cuales resumen las entrevistas mantenidas entre noviembre de 2002 y mayo de 2003 con Philip Dodd, Rob Bowman, Tim Rice y Dora Loewestein, en las que cuentan cómo sus vidas han contribuido o perjudicado a su música, sus raíces y cómo el éxito afectó a las relaciones del grupo, además de recuperar la figura del desaparecido Brian Jones, ahogado en una piscina. Eran chicos blancos de clase media que se inspiraron en figuras como Buddy Holly y Elvis Presley. La génesis del grupo está en Richards y Jagger, que se conocieron en la escuela primaria de Dartford, la localidad de Kent donde nacieron, y volvieron a encontrarse años después, cuando Jagger estudiaba en la prestigiosa London School of Economics. Mick Jagger tenía muy clara su vocación, según cuenta en el libro: «He sido cantante desde niño, desde que tengo uso de razón. Era uno de esos chavales que disfrutan cantando. (...) Lo que más me gustaba de la televisión o del cine eran los cantantes de rock and roll de aquellos días. En realidad, ni siquiera recuerdo quiénes eran; eran cantantes de pop. Me daba igual quiénes eran o qué representaban. (...) En un momento dado, sin embargo, fui decantándome por un grupo de vocalistas realmente buenos, como Buddy Holly, Eddie Cochran, Elvis Presley y Cuchk Berry». Por su parte, Keith Richards recuerda: «En la época en que conocí a Mick en el tren de Dartford sólo había oído una o dos canciones de Muddy Waters, pero no poseía ninguno de sus discos. Mick tenía una copia de The best of Muddy Waters . Yo quería saber de dónde sacaba esos discos. Al cabo de poco tiempo, ya había ido varias veces a su casa a escuchar música, o él a la mía. Nuestra relación fue, desde el principio, algo inexplicable. Nos dimos cuenta de que entre nosotros había química, y de hecho, todavía la hay, aunque de esa manera tan extraña, con nuestros métodos de trabajo intensivo». El guitarrista de los Rolling añade: «En lo que respecta a la música, cuando trabajamos juntos, sucede algo que no sabemos definir. Desconocemos cómo y por qué nuestro trabajo da frutos: supongo que son los misterios de la alquimia». Y Mike Jagger confiesa: «Keith y yo tenemos una relación muy complicada. No pretendo entenderla. Me parece demasiado difícil. Él es una persona muy introvertida; muy meditativo y tímido. Muchas veces, le cuesta expresarse. Yo soy, en cambio, extrovertido y muy gregario». Charlie Wats relata cómo componían en aquellos años 60: «Mick y Keith se quedaban hasta tarde sentados en la cama tocando la guitarra. Yo me acomodaba en el otro extremo y golpeaba el listín telefónico o cualquier otra cosa que tuviese a mano». Con ese sencillo método de creación surgió en 1965 el tema que les convertiría en estrellas mundiales: (I can¿t get no) Satisfaction . Llegó entonces la hora de competir con el fenómeno de los Beatles. Charlie dice de ellos: «Tenían una imagen fantástica, pero no eran muy buenos en directo. En realidad, no se movían, agitaban las cabezas, pero supongo que no lo necesitaban para tocar». Según cuenta en su libro, la supuesta rivalidad entre ambos grupos británicos no sería más que un invento de la prensa, a juzgar por lo que cuenta Keith Richards: «A medida que la cosa iba haciéndose más grande, empezamos a llamar a John, Paul o George para acordar las fechas de lanzamiento de los discos. Todo el mundo hablaba de los Beatles frente a los Rolling Stones y toda esa porquería, pero entre nosotros lo que hacíamos era ponernos de acuerdo incluso en eso. Había sitio de sobra para los dos grupos». Después vendrían temas tan conocidos como Let`s Spend The Night Together , Ruby Tuesday, Jumping Jack Flash o Simpathy for the devil , grandes canciones que alimentaron la leyenda de una banda que eclipsó a otros conjuntos coetáneos de la talla de The Animals y The Who . Frente al tono blando y melodioso de las canciones de los Beatles, muy trajeados al comienzo de su carrera y reputados como los «chicos buenos» del pop británico, Jagger y compañía irrumpieron con el estruendo del rock y tomaron por bandera la provocación. Aquellos jóvenes con descaro y talento parecían un «quinteto de cavernícolas», de acuerdo con la revista NME, que sorprendieron por «sus bocas abiertas como puertas, sus mejillas pálidas y sus cabelleras despeinadas», según la descripción del Daily Express. En el libro hay confesiones, incluso algunas de ella escritas a mano, como ésta de Jagger que dice: «Sucedían tantas cosas en aquella época. Queríamos dejar de ser un grupo de pop. Deseábamos madurar. Por otro lado, estaban las drogas y nuestro apetito por las mujeres».