Vestidos para brindar

La forma de arreglarse es uno de los elementos que sirven para hacer especiales las fiestas navideñas, en las que se cena de forma especial, se bebe de forma especial y se viste de forma especial. Según Roberto Verino, «la Navidad es casi un mes... que nos permite disfrutar especialmente de la colección de invierno, puesto que se dan los dos requisitos esenciales para ello, hace el suficiente frío en la calle como para disfrutar de un buen abrigo recién comprado, y tenemos muchas oportunidades sociales para enseñar lo que llevamos debajo...». Pero para las dos noches más especiales de este período, este modisto orensano propone dos aspectos marcadamente diferentes. «Sigo creyendo que la Navidad es una fiesta familiar, aunque algunos excepcionales privilegiados la hayan convertido también en social _explica acerca de estas fiestas_. Propondría pues, un look de sport, algo que nos permitiese ir bien vestidos sin obligarnos a usar la etiqueta. Es un momento para permitirse algún capricho: piel y pana para ellos, piel y punto para ellas». Para la Nochevieja, Verino se permite una concesión a las costumbres foráneas importadas. «Estamos en pleno auge de un cierto contagio anglosajón... que intenta que hagamos todo lo glamurosa que podamos esa noche, así que estamos invitados a un pequeño exceso. Viva el terciopelo, el raso y la muselina...». Para Verino, aunque existen más opciones, el rey de estas ocasiones sigue siendo el vestido negro y sencillo. «Es muy difícil sustituir un vestido negro, entre otras cosas porque te permite complicarte muy poco la vida. Pero si te sobra energía que derrochar, ahí están las gasas, los lamés y los encajes de chantilly en colores dorados pálidos, granates profundos o verdes esmeralda». Kina Fernández apuesta por una mujer que «mezcla estilos sin miedo». Por eso, en el armario básico de las Navidades, según su criterio, habría «terciopelo negro opaco para tailleurs de corte decidido, inspirados en el esmóquin masculino, que combinan con vestidos rosas de satén en tonos de oro y rosa sofisticado. Y para una noche más especial, vestidos largos de chiffon de seda o encaje, vaporosos y sensuales». Para la noche de Reyes, Kina Fernández opta por un aspecto más sobrio, aunque siempre muy femenino. «Un vestido corto de línea entallada en raso color rosa envejecido, con cortes impecables que delinean la silueta», ésa es su apuesta. Pero la última noche del año es diferente. «Es una de las pocas ocasiones en que podemos vestirnos de fiesta sin miedo a exagerar», recomienda. Su recomendación: «Tejidos delicados, como el encaje o el chifon de seda y una pedrería muy especial. Vestidos largos con escotes importantes, en colores cálidos, y como novedad este año, tejidos ligeros y transparentes en un sofisticado verde oscuro». Para esta diseñadora, la mejor alternativa al negro es «un luminoso rojo cereza». La firma coruñesa Caramelo tiene sus propias recomendaciones para estas ocasiones. Para el día 6, aseguran que sería adecuado «un traje pantalón muy elegante, pero cómodo al mismo tiempo, con un gran cinturón que marque el talle y confeccionado en tejidos muy armados, tipo seda salvaje». Una de sus sugerencias, por ejemplo, se materializa en un traje de chaqueta tipo kimono con un pantalón en un color fuerte y atrevido, y al mismo tiempo tan navideño, como el rojo pasión. En contraposición, un traje largo con falda y top de pedrería en colores ácidos, como el verde, y muy trabajado es una concesión que bien podría reservarse para Fin de Año. No obstante, Caramelo destaca también la elegancia y modernidad de los conjuntos sobrios en negro que se distinguen por un simple detalle de color en los complementos.