20-11-2003
Baloncesto en palacio, un saqueo simbólico
a conquista de Iraq no resultó a la postre un plácido paseo militar como hacía presagiar la rapidez campaña que rindió en unas cuantas semanas al temido ejército de Sadam. Las fuerzas norteamericanas encontraron franco el camino hacia los palacios del dictador y la disciplina se relajó para ofrecer al mundo una imagen de normalidad y, también, de escasa sensibilidad. Las fotos de marines con uniformes polvorientos descansando en ostentosos sillones de los palacios de Sadam o improvisando partidos de béisbol y baloncesto en sus amplios y lujosos salones fueron recurrentes. El saqueo simbólico de las residencias enemigas ocultó durante algún tiempo el drama de una guerra sostenida por la resistencia con un constante goteo de víctimas en uno y otro bando. La tropa, pese a todo, sigue divirtiéndose cuando los iraquíes no aprietan.