Internet, el chollo de los estudiantes
Los tiempos cambian, pero las costumbres, a menudo, se mantienen. Internet se ha convertido en la mejor aliada para los estudiantes menos aplicados
La integridad de casi la mitad de los universitarios de Estados Unidos está bajo sospecha. «Muchos estudiantes han crecido con Internet, y están convencidos de que cualquier cosa que encuentren en la Red es de conocimiento público y no tiene por qué ser citada», dice Donald L. McCabe, profesor de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey (EE. UU.), y responsable del estudio que ha puesto de manifiesto la falta de escrúpulos de muchos de los alumnos de su país a la hora de «documentarse» para sus trabajos académicos. McCabe es toda una autoridad en todo lo referente a la ética en el ámbito educativo: no en vano, es uno de los fundadores del Centro por la Integridad Académica, una institución dedicada a «afirmar los valores de la integridad académica y conseguir que se conviertan en una costumbre». En vista de los resultados de su última investigación, una encuesta realizada a 18.000 estudiantes de 23 universidades estadounidenses, a McCabe le queda un largo camino por delante: entre otras cosas, el 38% de los alumnos encuestados reconoció haber plagiado total o parcialmente algún trabajo de Internet durante el curso pasado. Una cifra, cuando menos, llamativa, sobre todo si se tiene en cuenta que hace sólo tres años el porcentaje en un test similar fue de sólo el 10%. «Hoy, los chicos se fijan en los adultos y en la sociedad para adoptar sus propios valores morales, y cuando observan sus comportamientos, no entienden por qué su conducta debería ser diferente o más honesta». Así explica McCabe la dudosa ética demostrada por muchos de los alumnos de su estudio: más de la mitad de ellos considera que plagiar un trabajo de Internet es algo «absolutamente banal», y que no supone ningún tipo de fraude. Estados Unidos, el país donde se gestó la Red de Redes, es, con diferencia, el que número de usuarios de Internet acapara: un tercio de los internautas de todo el mundo. Está a la cabeza en número de empresas on - line , ordenadores, usuarios, producción de software ... Por ello, no es de extrañar que los estudiantes norteamericanos sean, también, los más proclives a valerse de la inestimable ayuda de la Red de Redes en sus fatigosas obligaciones académicas. La proliferación de sitios web como cheater . com (algo así como timador . com ) o phuckschool . com (que, fonéticamente, se traduciría como un expresivo y contundente «que le den al colegio»), dedicados, no ya al mero intercambio de trabajos, apuntes y demás material escolar, sino a su venta, así lo atestigua. El precio de los trabajos, por cierto, no es precisamente bajo: la media está en unos 10 dólares por página si el estudio en cuestión ya ha sido elaborado previamente, y hasta 30 dólares por página si es necesario escribirlo expresamente para el «cliente» de turno. De todas formas, el fenómeno no es, ni mucho menos, exclusivo del país de las barras y estrellas: en el ámbito hispanohablante, todavía no hay un Donald McCabe obsesionado por la integridad de sus pupilos, por lo que no existen estadísticas que determinen qué porcentaje del alumnado echa mano de la socorrida fórmula del «recorta, pega y aprueba». Pero los portales de intercambio de apuntes, desde luego, los hay, y desde hace ya bastante tiempo. Ahí está el caso de «El rincón del vago», una página web con sede en Salamanca (España), que desde hace cinco años se ha convertido en referencia ineludible para los estudiantes españoles y latinoamericanos más perezosos. En este portal, que cuenta con versiones para Argentina, Estados Unidos, España, Colombia, México, Puerto Rico y Venezuela, se recopila prácticamente de todo: desde apuntes hasta trabajos, pasando por tesis doctorales, ejercicios prácticos... de todas las disciplinas existentes, generosamente «donados» por alumnos de universidades españolas y latinoamericanas. Afortunadamente para sus usuarios, de momento, los responsables de esta web han decidido no seguir el ejemplo imperante en Estados Unidos, y sus contenidos son totalmente gratuitos. Quizás en ello resida la clave de su éxito; lo que empezó como un modesto portal de intercambio de apuntes, se ha consolidado como una potente herramienta de recursos no sólo educativos, sino también de ocio y viajes. «El rincón del vago» es el pionero, pero no es, desde luego, el único. Hay otros muchos, con nombres sumamente indicativos, como lasalvacion.com (un metabuscador, o lo que es lo mismo, un buscador capaz de localizar información en otros portales), apuntesonline.com , unamosapuntes.com. .. y un largo etcétera. ¡Cuidado, copiones! Pero los aficionados al «recorta y pega» no deberían bajar la guardia. En EE.UU., los profesores no están del todo indefensos ante esta plaga de recursos para los estudiantes menos aplicados: ya existen portales como plagiserve.com o plagiarism.com , que permite detectar trabajos que han sido literalmente «fusilados» de Internet, gracias a los más de 800 millones de documentos que recopila e indexa. Aunque su efectividad, eso sí, es relativa: si el alumno en cuestión no quiere ser cazado, bastará con que se tome la molestia de utilizar sinónimos que camuflen su argucia...