Diario de León

Wind... el roadster interpretado por el rombo

Bi o Tri-plaza... según convenga. El nuevo «concept» que presenta Renault en el Salón de Ginebra extrapola la tradicional filosofía roadster (biplaza descapotable) en un modelo de diseño sencillo y aspecto audaz.

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JAVIER FERNÁNDEZ | texto
León

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Según los diseñadores del rombo, con Patrick le Quément a la cabeza, el primer golpe de vista evidencia las «formas suaves del Wind evocan encanto y sensualidad». Fluidas pinceladas con el dinamismo de unas líneas de esquinas achaflanadas, envoltorio de un elegante interior que, además, se mantiene fiel al concepto del «Touch Design». El habitáculo parece envuelto -»como un guante»- por una lámina de cuero, mientras en cada mando predomina la ergonomía y la sencillez de manejo. Dos líneas principales estructuran el diseño del Wind. La primera atraviesa el costado del vehículo y se curva a la altura de los pasos de rueda; de ella nacen las aletas delanteras y traseras. La segunda línea, bastante más marcada, rodea el habitáculo y refuerza la sensación de protección para los ocupantes. Incluso los grupos ópticos, muy potentes, contribuyen también poderosamente a la estética del Wind. Se estiran a lo largo del capó y acaban por acentuar la vivacidad estética del concept-car con su forma alargada, semejante a un huso. De aspecto sencillo, estos faros esconden una compleja tecnología: un largo tubo transparente, atravesado por un potente haz luminoso azulado, se prolonga a través de unas láminas de vidrio verticales. A su vez, los faros traseros, en forma de almendra, prolongan la línea de carrocería con su arista viva, mientras propician un flujo luminoso longitudinal y lateral al mismo tiempo. Donde el Wind rinde mayor culto al tradicional concepto roadster es en el parabrisas. Su cristal panorámico, y envolvente, se prolonga por los laterales de la carrocería mediante una acusada curvatura en la que se integran las ventanillas laterales. El habitáculo puede protegerse por una capota de lona de triple espesor, que incluye una luneta trasera redondeada y de cristal. La tonalidad «agua-marina» de la carrocería se combina con un interior recubierto por una gran lámina de cuero en color «siena», formando una especie de caparazón envolvente que, a su vez, se complementa con unos asientos de cuero fruncido en color «tabaco». De acuerdo con el espíritu roadster, son fijos, mientras que la regulación se encuentra en el volante y en el conjunto de pedales, que retroceden automáticamente al abrir la puerta para facilitar el acceso a bordo. Dos arcos de seguridad retráctiles, forrados de cuero, prolongan la sólida estructura sobre la que están fijados. El Wind es un roadster 2+1, de contenidas dimensiones (3,87 metros de longitud), y con una parte central que une los respaldos de los asientos delanteros y que puede soltarse. Está fabricada en carbono forrado de espuma y cuero y, si se gira, se convierte en una silla de montar que, de esta forma, puede utilizarse para alojar al tercer pasajero en la zona trasera del vehículo. El prototipo monta un motor 2.0 litros gasolina (16 válvulas) de 136 caballos.

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