Ellos ya gastan en belleza

En los años ochenta un anuncio decía aquello de «El hombre y el oso, cuanto más feo... peor para él», y a pesar de que ya han pasado treinta años, la frase podría seguir vigente, porque sólo el 11% de los españoles se cuida el rostro con una crema específica. Es con la llegada de este siglo XXI cuando ha comenzado con relativa fuerza el cambio de tendencia entre los varones hispanos. En un año se ha duplicado el gasto en productos de belleza masculina, sector que en nuestro país tiene en el mercado 40 millones de productos y mueve unos 90 millones de euros. La situación es tal que los expertos apuntan a que en los próximos ejercicios el consumo de productos cosméticos entre los hombres crecerá un 30% por año, mientras que el mercado femenino apenas aumentará un 10%. Esto lo han visto claramente las empresas del sector -Germaine de Capuccini for Men ha invertido 150.000 euros en poner en marcha una línea de cuidados masculinos-. En la cadena Loida, un referente en belleza en A Coruña, aseguran que el 15% de su clientela en servicios estéticos es masculina, porcentaje que se eleva a un 35% en cuanto se habla de masajes. Sabela Tizón, responsable de estética del Spa, asegura que muchos hombres vencen sus prejuicios al ver que su caso es normal: «Al principio vienen a darse un masaje y aprovechan que nos le ve nadie para entrar en una cabina y hacerse alguna cosa. Pero en cuanto ven a otros hombres entrar, se animan». Del acné a la depilación Además, los varones son una clientela fácil de convencer. Marisa Fernández, esteticista de Pino, que acaba de aterrizar de Caracas donde atendía a actrices y misses, cree que «los chicos están perdiendo los prejuicios y al igual que exigen a sus novias también saben que tienen que cuidarse». La incursión en el mundo de las estética llega muchas veces de la mano del acné: «Tratar el acné en la adolescencia -dice Marisa Fernández- les hace ponerse en contacto con las cremas». El siguiente paso es el solarium, muchas veces también relacionado con algún problema de piel y ya de ahí se pasa con absoluta naturalidad a la depilación. «El que se depila -apunta Sabela Tizón- lo hace cada seis semanas». ¿Qué es lo más común? Pues cejas, oídos, nariz, nuca, pero también piernas, pecho o espaldas. Suelen ser hombres de entre 18 y 35 años, mientras que el arco de los que se hacen limpieza de cutis comienza en torno a los 25 y hay muchos clientes de 45 años. Otro aspecto diferenciador de los hombres con respecto a su relación con la cosmética es su satisfacción. Sabela Tizón no lo duda: «Los caballeros se sienten satisfechos enseguida. Seguramente porque como nunca se han hecho nada, cualquier cosa les hace mejorar y lo notan». Tampoco tienen reparos en gastar dinero, aunque eso sí, hay dos premisas fundamentales para convencerlos: la utilidad y la comodidad. Una de las estrellas del mercado es el Instant Foam de Kanebo, una marca tan famosa por su calidad como por sus precios. Este producto cuesta unos 90 euros y puede durar unos dos meses, pero sus consumidores no lo cambian por nada: es un gel que se convierte en espuma y que se extiende por toda la cara. La parte correspondiente a la barba se afeita con normalidad y después se retira el resto con agua. Es decir, en un sólo gesto, uno se depura y limpia el cutis a la vez que se afeita (es dos en uno) y como es muy hidratante el resultado es fantástico. Otro producto revolucionario es el Abdosculpt, un gel de Biotherm Homme que cuesta unos 30 euros, y que en un sólo gesto permite dar firmeza a la piel del abdomen a la vez que reduce su volumen. Ha sido tal la revolución silenciosa de este producto que ha llegado a haber lista de espera, y en ocho meses en el mercado se convirtió en la crema más vendida de la marca, con el 85% del total de la línea masculina. Cada vez más limpios La gran pregunta es hacia dónde van los tiros del hombre actual. Según un informe hecho público por Biotherm Homme a través del instituto Ipsos en toda Europa, los españoles son limpios. Por ejemplo, el 94% se afeita, aunque sólo el 43% lo hace todos los días; el 77 utiliza desodorante, y un 64% se ducha a diario. El dinero que se emplea de media en el cuidado estético es bastante bajo si se compara con lo que gastan las féminas. Por ejemplo, anualmente cada español invierte unos 50 euros en productos de belleza. Estos son fundamentalmente geles de ducha, productos after-shave, y en menor medida (sólo el 6% de los españoles) se compra alguna crema. Claro que peor es su relación con el sol. Nada más que el 32% se protege de los rayos de Lorenzo y únicamente el 1% opta por los autobronceadores. El pelo, en cambio, sí es una preocupación. No es para menos, ya que al 55% de los españoles se les cae, un porcentaje que está entre Francia (60%) y Alemania (37%). Este alto número explica que en España se vendan cada año unas 800.000 unidades de productos específicos. Todavía queda mucho camino hasta llegar a porcentajes destacables en cuestión de operaciones -aunque hay mucho que se hace liposucción, se quita las bolsas de los ojos o se borra tatuajes- pero todo es cuestión de tiempo.