Por ellas... y para ellas
Puede que «nos dejen», a los demás, llegar a conducirlo. De momento, las féminas enarbolan, en Volvo, la bandera de la feminidad con el prototipo YCC.
Lo del «sólo para ellas» puede resultar utópico porque si, como sostienen sus diseñadoras, el YCC (Your Concept Car) -de momento un prototipo- se convierte en palpable realidad... más de «uno» se apuntaría a las bondades prácticas de una filosofía de automóvil sin complicaciones... y sin complejos. El caso es que un equipo exclusivamente femenino, capitaneado por Camilla Palmertz, acaba de presentar el «coche de los coches». Un proyecto de realización automovilística adaptable a cada persona en particular y en el que cada usuario -perdón, usuaria- podrá elegir desde la apariencia interior a los ajustes técnicos, las informaciones que desea recibir de «su» coche y la configuración del puesto de conducción. Con estética de coupé y dos puertas tipo «ala de gaviota», el Volvo YCC adopta una carrocería pensada para proporcionar la mayor visibilidad posible desde un interior sencillo y ergonómico, lo que sus diseñadoras denominan Ergovisión (por ergonomía y línea óptima de visión) y que se traduce en el ajuste automático del asiento, el volante, los pedales, el reposacabezas y el cinturón de seguridad cuando el conductor-conductora se sitúa a los mandos del coche. Incluso esa suerte de minimalismo práctico se pone de manifiesto en la concepción de un cuadro de instrumentos en el que se prescinde de cualquier elemento superfluo: sólo el velocímetro, el indicador de distancias y el navegador se encuentran presentes bajo la mirada del piloto. Un panel de control situado en el volante permitirá acceder al resto de información del vehículo. La clave de este característico diseño hay que buscarla en la gran superficie acristalada, el morro bajo y en el capó, que invierte la tradicional «V» de Volvo hasta convertirla en una especie de cuna delimitada en sus extremos por los pasos de rueda. El espacio interior también se ve liberado de interrupciones gracias a la colocación de la palanca de cambios junto al volante y a la adopción de un freno de mano (estacionamiento) electrónico automático. Mientras la función principal del -supuesto- asiento trasero es la de transportar objetos (maletas, bolsos de viaje...) y está forma por un par de butacas plegables, de inspiración cinematográfica, que se levantan cuando no se utilizan. Tampoco se han olvidado las diseñadoras de dotar al YCC de un maletero convencional y capaz de albergar, por ejemplo, todo un equipo de palos de golf. Las operaciones de mantenimiento se simplifican tanto, que el coche sólo dispone de dos bocas de llenado, ambas situadas en el lateral posterior de la carrocería, una para el combustible y otra para el depósito del líquido limpiacristales. En fin que, en palabras de las madres del proyecto... «si se satisfacen las expectativas de las mujeres, se satisfacen con creces las de los hombres». Dicho queda. Ahora sólo falta ver si el proyecto pasa de la fase de prototipo a la de realidad verdadera. Veremos.