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España toca a retirada

Con la finalización de la misión en Bosnia, la posible vuelta de las tropas de Irak y el hipotético reforzamiento del contigente en Afganistán, las misiones españolas están a punto de

Publicado por
DAVID BERIAIN | texto
León

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A la sombra de los cincuenta grados del verano de Diwaniya, al teniente José Luis Cordovilla, de la policía militar de la Brilat, le dio por pensar. Se preguntó si Irak, como decía la gente, era la misión más dura a la que se había enfrentado el Ejército español. Y a renglón seguido, casi sin quererlo, recordó: 1993. Bosnia era un infierno y él sargento. Sus hombres andaban repartiendo ayuda humanitaria en las calles de Mostar cuando un granada de mortero llegada desde las posiciones croatas les calló casi encima. A su jefe, el teniente Arturo Muñoz Castellanos, le dejó 64 impactos de metralla en el cuello. Muñoz moriría días después en Madrid. «Vi como entonces, en medio de todo, de la sangre, un grupo de hombres miraba para mí como diciendo, bueno y ahora qué. Tenía que asumir el mando». Aquella conversación tuvo lugar en agosto. Unos pocos días antes acaba de morir el capitán de navío Manuel Martín Oar en Bagdad. Otros nueve españoles caerían antes de que el teniente volviera a casa allá por diciembre. Dos misiones emblemáticas El teniente Cordovilla pudo vivir los inicios las que posiblemente hayan sido las dos misiones de paz más emblemáticas del Ejército. Bosnia, porque fue el primer gran destino (tras la corta experiencia en el Kurdistán iraquí) en una situación bélica muy dura. Irak, por toda la polémica que se suscitó y porque al final también resultó ser una misión muy peligrosa. Las dos podrían estar a punto de acabar, lo que reduciría el número de militares en el extranjero a poco más de tercio. De los 3.370 se pasarían a algo más de 1.300. El Gobierno decidió retirarse de Bosnia, una medida que venía estudiando desde hacía tiempo. La zona de Mostar, donde estaba asentado el contingente, ya está estabilizada y tras las reducciones de personal que se habían efectuado meses atrás, sólo quedaba el repliegue. El contingente que ahora está destinado allí, será el último. El que está en Irak no será, seguramente el último. El relevo entre la Brigada Plus Ultra II (formada en torno a la Brigada de Infantería Mecanizada Extremadura XI) y la III (basada en la Brigada Legionaria) se producirá el 21 de abril, fecha en la que, posiblemente, ni siquiera habrá un nuevo Gobierno. Lo que no se sabe es si estará los cuatro meses que son el tiempo normal de despliegue. Eso la colocaría a principios de septiembre y Zapatero ya ha anunciado que si la ONU no se hace cargo de la situación antes del 30 de junio, hará volver a las tropas. Como compensación, y para que nadie le pueda acusar de no estar comprometido en la lucha contra el terrorismo, algunos medios han barajado la posibilidad de que aumente el contingente de Afganistán, que tiene cobertura de la ONU y de la OTAN y es una misión directamente destinada a luchar contra el terrorismo. Actualmente en Kabul sólo hay 125 soldados. Son ingenieros que se dedican a labores técnicas. Si Zapatero decide enviar más tropas allí las podría enmarcar en la operación de estabilización de la capital y de algunas zonas (pocas) controladas por las tropas internacionales, o llevarlas directamente a luchar contra las huestes de Al Qaida y los talibanes, que es lo que hace Estados Unidos y otros países en la operación denominada Libertad Duradera. Tampoco Kosovo hubiera escapado al recorte de tropas e incluso a la retirada (esto último sólo fue un rumor) si no fuera por los disturbios de hace unos días que hicieron ver que en aquella tierra serbios y albaneses están todavía en pie de guerra.