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BIODIVERSIDAD

Monte Santiago, un inolvidable rincón en los confines de BurgosNumerosas especies de animales, flora y fauna

En este espacio natural destaca el Salto del Nervión, una cascada de 300 metros que se convierte en un asombroso espectáculo que queda grabado en la retina

Publicado por
Y. C. ÁLVAREZ | texto
León

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Situado al noreste de la provincia de Burgos, en tierra de Merindades y a un paso del puerto de Orduña, el espacio natural de Monte Santiago ocupa una superficie de 2.411 hectáreas. En 1996, y tras la aprobación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales, la Consejería de Medio Ambiente declaró como Monumento Natural 529,5 hectáreas (por su interés paisajístico, geológico, geomorfológico y florístico), mientras que las restantes corresponden a su zona periférica de protección. La zona norte del puerto de Orduña se caracteriza por sus acantilados allí donde abundan las calizas compactas, mientras que en los niveles más blandos, compuestos por materiales margosos, se desarrollan laderas que se van suavizando hacia el fondo del valle. La existencia de tramos de distinta consistencia favorece la presencia de gradas. El elemento más destacado del paisaje, por su belleza, es la cascada del río Nervión sobre un cortado vertical cuyo color contrasta con la variada tonalidad estacional que proporciona un rincón portentoso: el hayedo de Monte Santiago. Aunque el enclave pertenece a los términos municipales de Berberana y Junta de Villalba de Losa, en su interior no existen núcleos de población. Visita obligada El Salto del Nervión, como se le conoce vulgarmente, son 300 metros de caída libre, una de las más altas de Europa, aunque el río no está siempre dispuesto a ofrecer espectáculo. La mejor época para disfrutar con el potente chorro de agua es el otoño, en época de lluvias o la primavera cuando comienza a producirse el deshielo en las sierras. El acceso se hace desde Berberana, a través de una pista forestal asfaltada que sale a la derecha del pueblo en dirección al puerto de Orduña y que lleva hacia el interior del Monumento Natural. Después de tres kilómetros sin dificultad se llega a una bifurcación que indica la existencia de dos espectaculares miradores, el de Aranda y el del Nervión, desde los que se observan el valle de Délica y el amplio cañón tallado por el río, ya en tierras alavesas. Si se ha llegado en vehículo, es preciso aparcarlo en las instalaciones recreativas de Fuente Santiago y dirigirse a pie, sin dificultades ni desniveles, por un camino que enlaza ambos observatorios. El primero de ellos, al que se accede atravesando un soberbio hayedo tras caminar poco más de un kilómetro, ofrece a los ojos de visitante un espectáculo irrepetible del fondo del valle, sembrado de pueblos, que invita a cerrar los ojos y captar con el resto de los sentidos las sensaciones disfrutadas con la vista. Desde aquí, un camino de tres kilómetros bordea los atrevidos precipicios hasta alcanzar el Mirador del Nervión. Se trata de un monumento natural único en el que, tras atravesar un hayedo con ejemplares majestuosos y centenarios, se accede a un amplio espacio abierto desde el que se observa el precipicio, que depara un vértigo casi insuperable por el viajero. Si tenemos suerte, se puede ver cómo salta al vacío el agua para caer, 300 metros más abajo, contra una maraña de piedras, para alcanzar el llano y aumentar su cauce con el aporte de los afluentes que se le unen. El regreso hacia el área recreativa son dos kilómetros de pista forestal que podemos aprovechar para curiosear los restos de una antiquísima lobera, junto a la que hay un cartel que ofrece las oportunas explicaciones. Se trata de una trampa a la que eran conducidos los lobos a fuerza de emboscarlos y de la que no tenían posibilidad de escape. El Monumento Natural de Monte Santiago está ubicado en la transición entre las zonas atlántica y mediterránea, que se manifiesta en su variada y rica vegetación. Así, en las cotas medias y bajas se sitúan encinares y quejigares, mientras que en las más altas abundan los hayedos y las repoblaciones de pinar. En las formaciones de matorral se distingue el de encina mezclado con brezos, jaras, aulagas, sabinas, o gayubas. en cuanto a la fauna, se han catalogado 20 especies de mamíferos entre las que destacan gato montés, tejón ibérico, marta, garduña y jabalí, cada vez más abundante. Entre las cerca de 60 especies de aves, se distingue el vuelo de los buitres, muy abundantes, junto a otras especies como avión común, roquero, chovas y cuervos, que abundan en los cortados. También es posible localizar algún ejemplar de alimoche, el más pequeño de los buitres, cuyo plumaje blanco perfilado por el negro de sus alas, pone el contrapunto con la silueta del buitre leonado. Otras especies más escasas son el águila calzada o el halcón peregrino, con sus velocísimos picados, mientras que entre las nocturnas se hace patente la presencia del búho real, desgraciadamente ausente en muchas otras zonas.

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