Kikos en los cinco continentes

Los neocatecumenales, los kikos, están hoy repartidos por todo el mundo. Más de un millón de personas siguen las enseñanzas de este leonés, que ha formado más de 16.700 comunidades en 5.000 parroquias de 800 diócesis. Muchos de ellos, incluso familias con sus hijos, han dejado atrás todo para ir en misión a las zonas más desfavorecidas del mundo. Pero sobre todo son los jóvenes los que «son llamados por Dios para ofrecer su vida por Cristo», afirma el fundador. «Y el Camino está ayudando a las diócesis a darles un fuerte impulso misionero». Esta es una de las razones, en opinión de Argüello, de que Juan Pablo II tenga una atención especial para España. «No sólo ha dado muchísimos santos a través de la historia, sino que ahora se están gestando los que ayudarán a la Iglesia en su misión ante la nueva evangelización. España, para el Papa, atiene una misión fundamental en la vida de la Iglesia del tercer milenio». Pero también muchos de estos misioneros neocatecumenales desarrollan su labor evangelizadora en los países ex comunistas, una de las principales preocupaciones del pontífice polaco. El Camino Neocatecumenal lleva casi cuarenta años de obra evangelizadora, con una compleja organización que se extiende por 105 países. La mayoría de las diócesis en las que actúan están en Europa y América, pero también tienen una implantación destacada en Asia y África. Una de las características de esta agrupación es la cantidad de vocaciones que genera. El Camino Neocatecumenal cuenta con 46 seminarios diocesanos misioneros, que reciben el nombre de Redemptoris Mater. Alrededor de 1.500 seminaristas se preparan en ellos para ser «presbíteros para la nueva evangelización». Hay 20 en Europa, 14 en América, 6 en Asia, uno en Oriente Medio, tres en África y dos en Australia. Entre 1989 y el 2001 fueron ordenados 731 presbíteros formados en estos seminarios. Más numeroso es el grupo de jóvenes (varones) que se preparan para «realizar una primera verificación seria de su vocación». Alrededor de 2.000 muchachos son ayudados por los catequistas a prepararse para entrar en el seminario. Las vocaciones entre las chicas no son menos: 4.000 jóvenes procedentes de estas comunidades han entrado en los monasterios, sobre todo de clausura, en ese periodo de tiempo.