El vértigo de la mujer en las bajuras de la violencia

Mujer. En una pared aparece dibujado un pentágono con los rostros de varias mujeres y recortes de prensa a los que se irán sumando las noticias que la actualidad vaya escupiendo cada día hasta el 28 de mayo, cuando se cierre la exposición. In memoriam La otra instalación es un In Memoriam por todas las mujeres muertas en los últimos años: sus nombres penden, en la semioscuridad del firmamento, colgados de una estrella. Un lavabo que se traga a una mujer espigada en un hierro simboliza la intolerancia, «la intolerancia que nos traga. La denuncia se hace explícita en otra instalación de la que pende un ciclo de píldoras anticonceptivas, supuestas libertadoras de la sexualidad femenina. La pregunta es sencilla: si el aparato reproductor masculino se conoce desde el siglo XVII y el óvulo se descubre en 1827, ¿por qué cuando ahora preguntamos por el retraso en la investigación de anticonceptivos se da el argumento contrario y se dice que se conoce mejor el aparato reproductor femenino? Al final de las instalaciones de Vegohna Rgez aparece una mujer acorralada en la azotea de un rascacielos. Siente vértigo. Pero lo peor de todo es que sus pies están atados a otros pies y parece que ya nada la puede separar de ellos. Charo Acera habla, también al final de sus óleos, de los «muchos pasados» que hay de la mujer y se pregunta si la mujer ya no quiere seguir escribiendo su historia, tal vez apuntando a lo que sienten y piensan sobre lo que está pasando esas otras mujeres del siglo XXI a las que sus compañeros nos les pegan, ni las violan, ni sus costumbres justifican que las mutilen sexualmente... Y sobre todo en el riesgo de que la cadena de asesinatos inocule la sensibilidad de la gente. Mujer. Obras de Charo Acera y Vegonha Rgez. Sala de exposiciones de El Albéitar. Hasta el 28 de mayo, de lunes a viernes. De 11 a 14.00 y de 18 a 21.00 horas. Universidad de León y Caja España