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La herencia romana de León, en jaque

El hallazgo del cuartel general de la Legio VII y la falta de apoyo de la Junta para la conservación de los restos in situ plantea interrogantes acerca de los criterios que utiliza la comisión de Patrimonio sobre la preservación del legado roma

JESÚS / GARCÍA MARCOS

Publicado por
ANA GAITERO | textos
León

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|||| Las sólidas murallas que León heredó del campamento legionario fueron una seria baza para erigirlo, en el siglo X, en la capital del reino. Apenas hubo un leve titubeo entre el solar que edificaron a lo largo de más de cuatro siglos las tropas romanas y Asturica Augusta . Pero a León le es difícil mirarse en su pasado romano y salvarlo. Después de una década de intenso rastreo del pasado romano, los restos del cuartel general de la Legio VII, hallados en el solar de la calle San Pelayo que fue vergel de una casa capitular del siglo XIV, han sido sepultados bajo la excusa de «facilitar el estudio geotécnico que precisa el proyecto de construcción» de viviendas y garajes. La comisión de Patrimonio se conforma con que los hallazgos que pueda deparar la obra sean «documentados exhaustivamente», pero no ordena su conservación «in situ» en un sótano arqueológico o bajo otra fórmula de protección. La medida contrasta con la política conservacionista que se ha seguido en los últimos años en León y de modo especial en Astorga, donde desde 1985 se han conservado restos de diferentes construcciones romanas en siete sótanos. Dos de estas criptas arqueológicas albergan restos del foso del campamento militar y del sistema defensivo, otro las termas menores y tres un conjunto de termas mayores; a través de la ludoteca municipal se puede visitar una cloaca en el jardín de la Sinagoga. Astorga conserva integrada en otro parque, el del Melgar, restos de la puerta romana, la Ergástula, un criptpórtico que forma parte del museo romano, la domus del Oso y los Pájaros en la plaza romana y en un solar sin acondicionar, pero señalizado con paneles informativos, la restos del Aedes Augusti y del foro. «Quien decide en última instancia sobre la conservación es la comisión de Patrimonio aunque puntualmente a mí me piden criterio», afirma la arqueóloga de Astorga, Ángeles Sevillano. La exclusividad de los hallazgos, salvo que los restos que se encuentren sean monumentales, es uno de los criterios de la preservación en Astorga, cuyo recinto histórico se corresponde con el que ocupó la ciudad romana altoimperial sobre unas 26 hectáreas de superficie. El campamento romano de León tuvo 20 hectáreas, pero es exclusivo en España porque es el único de la Península que permaneció ocupado por tropas legionarias más allá del siglo I. De hecho, los restos de los Principia hallados en León sólo se han podido comparar con los Principia de campamentos romanos de la línea germánica (Deva, Nimega) o de la antigua Yugoslavia ( Koenerlagerplan). En España no existe rastro de ninguno de los cuarteles generales que levantaron las legiones. Campamento único en España «León es el único asentamiento militar de tipo legionario que pervive ocupado después del siglo I en Hispania y eso le da una singularidad especial a la ciudad que no comparte con nadie», subraya el profesor Ángel Morillo, del departamento de Estudios Clásicos, área de Arqueología, de la Universidad de León. El Aedes Augusti o templo se situaba en el foro en las ciudades romanas, como sucede en Asturica Augusta ; pero en los campamentos legionarios, el recinto sagrado estaba en los Principia . La zona del templo es precisamente la que ha sido identificada en la excavación de San Pelayo, 7, junto a otras construcciones de los Principia . Trajano fue legado de la Legio VII en el año 88 d. C., una década antes de ser erigido como emperador todopoderoso del imperio, por lo que debió habitar y rendir culto a sus dioses preferidos, Diana y Júpiter, en el templo (Aedes) que los arqueólogos han visto en uno de los tramos excavados. O tal vez supervisar su edificación. Una inscripción dedicada al emperador Antonino Pio (138-161 d. C.) es otro indicio que refuerza la hipótesis de que el hallazgo se corresponde con el templo. Como se ha comprobado en las excavaciones de campamentos romanos alemanes, «a menudo había estatuas flanqueando la entrada a la capilla», indica la arqueóloga María Luz González, directora de los trabajos en San Pelayo. La dedicatoria es un trozo de mármol que posiblemente iba en el basamento de una estatua. Innegable valor «Los restos encontrados no son monumentales, pero tienen un innegable valor patrimonial», afirma Morillo. «Su destrucción me parece un atropello y un arrasamiento del interés por el pasado» -agregó- para pedir que Patrimonio «reconsidere» su decisión y recabe opiniones externas. El arqueólogo municipal, Victorino García Marcos, ha elaborado un informe en el que aboga por la conservación in situ debido a la exclusividad del hallazgo y la concejala de Patrimonio, Evelia Fernández, asegura que «no quiero otro Santa Marina» -solar permutado por una parcela en el polígono de San Pedro para conservar restos de la Legio VI- porque «ni siquiera tenemos dinero para acondiconar esos restos». Su opinión es que la mejor fórmula para los restos de los Principia sería «hacer una cripta visitable», aunque habría que compensar el sacrificio de 25 plazas de garaje. La opción de ofrecer una planta más es más que dudosa porque la volumetría que tiene el solar está muy por encima de lo que admite el plan especial, gracias a un estudio de detalle anterior al plan ganado judicialmente. Quedan dos alternativas, dinero o una compensación urbanística. Una tercera pero improbable solución, a tenor de la prisa que ha tenido por tapar los restos una vez concluida la excavación es que la propiedad decidiera conservar los restos a su costa. Los propietarios ganaron en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León un pleito contra el Ayuntamiento porque el municipio no incorporó al plan especial de la ciudad antigua el estudio de detalle aprobado con anterioridad a la entrada en vigor del PECA. Esta es la razón por la que la obra y la excavación -se hizo una primera fase en 1988-89- ha estado paralizada durante tantos años y también uno de los motivos que dificultan la conservación. «Intentaremos buscar una solución porque nuestro deseo es mantener la política de conservar e ir haciendo una ruta con restos visitables, como la cripta de Cascalerías, que se abre en junio, y la de Puerta Obispo, que también queremos abrir este año», explicó el concejal de Urbanismo, Francisco Gutiérrez. La idea expuesta en la comisión de Patrimonio es que el futuro edificio de viviendas albergue una «exposición fotográfica y documental» de los restos de los Principia encontrados en la excavación. Precedente peligroso Evelia Fernández considera que la destrucción del hallazgo de San Pelayo «sería un precedente peligroso» de cara a futuras intervenciones arqueológicas en la zona que es más que probable que saquen a luz nuevos restos del complejo del cuartel general. El área excavada en el huerto equivale al 10% de la superficie, similar a un campo de fútbol, que ocuparon los Principia en León (unos 7.000 metros cuadrados) y hay solares próximos que en el futuro serán excavados como prescribe el plan especial antes de la construcción. Para el arqueólogo territorial, Julio Vidal Encinas, la conservación de estos restos «es muy compleja» por las circunstancias del solar y echa en falta la presencia del municipio tanto en el inicio como en el fin de la excavación arqueológica a pesar de haber sido convocado. Pero la importancia de los restos, al menos desde el punto de vista científico, parece indudable para todos. Julio Vidal y María Luz Gutiérrez han presentado una comunicación al II Congreso sobre Arqueología Militar Romana que se celebrará en León en octubre para exponer los resultados del hallazgo ante la comunidad científica experta en restos militares. El director de este encuentro, Ángel Morillo, señala que al tratarse del punto focal del campamento los restos adquieren una mayor entidad científica. «Es uno de los elementos más significativos de uno de los capítulos de la ciudad más desconocidos y no estamos diciendo que no se construya en el solar», agrega. Falta de apoyo de la Junta La concejala echa en falta el apoyo de la Junta de Castilla y León tanto en la decisión sobre la conservación de los restos como en las inversiones necesarias para su puesta en valor. Aquí también se trata de forma distinta a León y a Astorga. La ciudad romana acaba de firmar un convenio con la Junta para redactar el proyecto de musealización de sus sótanos arqueológicos. La Junta comprometió hace ocho años su apoyo al acondicionamiento del solar y la casona de Santa Marina para hacer un aula arqueológica con la presencia del entonces (1998) director general de Patrimonio, Carlos de la Casa, a pie de excavación. Pero todavía hoy no existe un proyecto para rescatar los restos arqueológicos. En el solar de Santa Marina esperan los restos de conturbernia de la Legio VI, las fases de la muralla y vestigios de la iglesia altomedieval de Santa Marina (de la que se recuperaron unos modillones de lóbulos del estilo de San Miguel de Escalada). Pero también alberga una gran cantidad de ladrillos desmontados en el acueducto romano que fue encontrado en 1999 durante las obras de la ronda interior entre la carretera de Asturias y Carbajal. La existencia del acueducto al norte de la ciudad se conoce desde los años 70 gracias a las excavaciones que realizó Antonio García Bellido. Según las descripciones de los expertos, la obra hidráulica discurre por el campamento de noroeste a sudeste y está fabricada en muros de ladrillos trabados con argamasa. La conducción entraba en el campamento por la Puerta Decumana , puerta Castillo, y se distribuía en diversos ramalaes. Uno de ellos inauguró en 1985 los hallazgos arqueológicos en la ciudad desde que la Junta de Castilla y León se hizo cargo de las competencias de Patrimonio. Estaba por debajo de la via decumana , que sale de la puerta del mismo nombre; ahora se puede ver en el jardín del Cid. Los canales discurrían vistos durante una primera fase para luego ser cubierto en época tardorromana. Las inscripciones tienen todas los epítetos de Gemina y Felix , por lo que la cronología de su fábrica discurre entre la llegada de la Legio VII a León y finales del siglo II. Cien metros del acueducto En las obras de 1999, se hallaron más de 100 metros de la conducción externa al campamento, que quedaron enterrados bajo las obras de la carretera, al igual que la villa romana que salió a luz al año siguiente en la zona de Puente Castro durante las obras de la ronda Sur. Tampoco se conservaron los restos de unas termas menores encontradas durante las obras del polígono de La Palomera en la calle San Lorenzo en 1993. Las calles del campamento eran de cantos rodados, mezclados en ocasiones con restos metálicos y latericios, apisonados y englobados en una matriz acilloso-arenosa. Se sabe que la via sagularis , entre Puerta Castillo y el ángulo noroeste del campamento, fue sobreelevado posiblemente para poder soportar «el acarreo de los materiales necesarios para la construcción de la muralla», escribe Victorino García Marcos. Esta vía, de seis metros de ancho, es algo inferior a la via principalis que se ha localizado a su paso por la Puerta principalis Sinistra en Puerta Obispo. Las piedras con las que se construyeron las edificaciones del interior del campamento son ricas encalizas, areniscas y cuarcitas tan propias de la cordillera cantábrica. Se cree que las trajeron de una distancia de 20 a 30 kilómetros de la ciudad, o bien de la zona occidental asturleonesa, lo que implicaría más recorrido. Los cantos rodados de las murallas y calles fueron extraídos de los depósitos de los dos ríos que abrazan el campamento. Para los zócalos de los muros de edificios corrientes se utilizaban sillarejos que completaban con tapial, adobes y maderas. Las cubiertas se hacían de un entramado de vigas sobre el que se asentaban las tejas y puntualmente llegaron a utilizar pizarras. El campamento contó con fábricas de ladrillos y también con una fundición, de la que se hallaron restos al sur de la fortificación romana. También se han localizado dos necrópolis en la zona suroeste (San Claudio) y nordeste (campus de Vegazana). Un mar de peces bajo la Catedral Los Principia , el Praetorium y las residencias de los tribunos eran los edificios más emblemáticos del campamento, además de sus puertas y sistema defensivo. Precisamente, las termas que se hayan sepultadas bajo la catedral fueron vinculadas por García y Bellido a la residencia del legado de la legión, debido a su cercanía a la vía Principalis -a donde miraba la cara sur de los Principia - pero la arqueología moderna cree que se trata de unos baños de uso más genérico. Sus primeros restos inauguran la arqueología en León sin que entonces se percibiera como tal. Fue en el siglo XIX, hacia el nordeste de la catedral, en el crucero, cuando Demetrio de los Ríos se topó al levantar el suelo con restos de un muro de ladrillo y un suelo de mosaico figurado, «un mar lleno de algas y peces», de acuerdo con el testimonio que dejó de la restauración de la catedral. En 1888 se descubrió una red de hipocaustos que calentaban subterráneamente algunas de las salas. Con estructurada adintelada y muros de 1,20 de grosor se encontraron algunos ejemplares en la puerta occidental o principal, y también al oeste del trascoro con estructura abovedada. Los hallazgos de estructuras termales continuaron con la restauración de Menéndez Pidal en los años 50 y, más recientemente, con la excavación de la cripta de Puerta Obispo. Las letrinas localizadas aprovecharon parte de una piscina o depósito anterior, a juzgar por los gruesos revestimientos impermeabilizantes encontrados. Para convertirla en colector levantaron muros de mampostería y ladrillo. La revuelta de astures Una larga década de plan especial del casco histórico y más de 130 excavaciones al albur del crecimiento inmobiliario han deparado «incontestables pruebas» sobre el origen del asentamiento romano y la existencia dos campamentos y amurallamientos anteriores a los otros dos de la Legio VII Gemina . La Legio VI Victrix , que acude a sofocar una revuelta de los astures en el año 25 a. C., es el cuerpo legionario que escogió la última terraza formada por el curso natural del Torío y el Bernesga, para su acción estratégica. Se conoce aproximadamente el 5% de las 20 hectáreas del recinto romano y los restos que se conservan son contados. Pero la arqueología todavía no es un bien de disfrute público en León, ni los leoneses perciben la herencia romana como algo importante, señero y exclusivo del único campamento que permaneció habitado y administrado por una legión -se calcula que había unos 5.500 hombres más la población civil que vivía extramuros- a partir del año 70 d. C. Los hallazgos se los disputan los arqueólogos como una valiosa pieza científica para congresos, pero no existen programas didácticos de la herencia romana que acerquen a la ciudadanía los conocimientos adquiridos en las excavaciones. Sólo con ocasión de las catas en la plaza Mayor se organizaron visitas de escolares para mostrar y explicar los hallazgos arqueológicos destruidos después para la construcción de un aparcamiento. La colección de lápidas del Museo de León -muchas de ellas salidas de la destrucción de cubos en la calle Carreras a principios del siglo XX- es lo más accesible para los leoneses, pero también difícil de contextualizar. Tramos de muralla salvados Hay restos romanos que están en casas privadas sin posibilidad de visita. «Puntualmente se ha conseguido que se mantengan tramos de muralla, no tanto para la visita sino como una actuación de salvamento», explica el arqueólogo municipal Victorino García Marcos. Así, un solar entre la calle Pozo y la plaza del Conde Luna ha perdido una parte del sótano para conservar un trozo de muralla, pero no es visitable. Tampoco forma parte del patrimonio público los restos de la Puerta Praetoria -puerta del Rey, en la Edad Media- de Platerías, que conservan parte de una de las torres de flanqueo del acceso sur del campamento. La otra torre se encuentra debajo de unos almacenes comerciales. «Era una puerta doble, que se salva posiblemente porque uno de los vanos es clausurado en época tardorromana», precisa. Salvo la muralla y restos aislados que se conservan en espacios públicos -depósito de agua y canal romano en el parque del Cid- el común aún no ha tenido ocasión de tomar contacto con los hallazgos romanos. Hay dos criptas musealizadas con restos de la Puerta Principalis Sinistra , puerta Obispo en el Medievo y una galería abovedada de un edificio civil, pero sólo esta última será abierta en breve. El ajetreo belicoso, comerciante y capitalino del medievo arrasó las construcciones romanas de puertas para adentro levantadas por los soldados de la Legio VI Victrix entre el año 25 a. C. y el 68 d. C. y los de la Legio VII Gemina Felix hasta finales del siglo IV. El románico de San Isidoro y el gótico de la Catedral de León, con su imponente belleza, han oscurecido otras señas de identidad de la ciudad.