Diario de León

Pero... ¿qué es el Fórum?

La convocatoria catalana ha servido para vestir una reordenación urbanística y recuperar los 10 kilómetros cuadrados más deteriorados de la urbe, pero también contribuye a cohesionar socialmente la ciudad y a proyectar sus ofertas.

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FRANCISCO ESPIÑEIRA | texto
León

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El Fórum es el cascabel con el que el Ayuntamiento barcelonés ha adornado el gato de un ambicioso plan parcial urbanístico. «El espacio anónimo y afásico que antes era la desembocadura del Besós, la Mina y (los restos del área industrial de) la Catalana eran los barrios lógicos en un lugar ilógico», estas palabras del alcalde de Barcelona, Joan Clos, resumen la intención y el objetivo de la operación Fórum, que no es otro que reordenar un área urbana de litoral de algo más de 10 kilómetros cuadrados. ¿Cómo implicar en el proyecto al mayor número posible de agentes sociales y económicos? La respuesta la insinuó Pasqual Maragall y la vistió el gabinete de su heredero en el consistorio, Clos: «¿Qué os parece una convención sociocultural que además proyecte internacionalmente la imagen y las ofertas de la ciudad?» Dicho y hecho. En el 2001 se pusieron en marcha las engrasadas maquinarias barcelonesa y catalana. Urbanismo «La arquitectura habla», teorizaron. «Un espacio urbano humanizado es más rentable», añadieron. Se trataba, en resumen, de levantar media docena de edificios de oficinas y de viviendas de lujo de 15, 20 y hasta 25 plantas con amplias zonas verdes, más cuatro hoteles, al tiempo que se abrían un bulevar y una rambla, se completaba una vía rápida soterrada (la llamada Ronda de Litoral), se recuperaban cuatro playas urbanas, se creaba un nuevo espacio público para convenciones y, de paso, se habilitaba una dársena que, según las previsiones, será posteriormente convertida en zona de ocio y puerto de barcos de recreo. El utilitarismo catalán, excesos al margen, tiene sus innegables ventajas. Inversión En números redondos, la Barcelona del Fórum habrá requerido una inversión global de 2.500 millones de euros, de los que la mitad serán aportados por la hacienda pública (Ayuntamiento, Generalitat y, en grado menor, la Administración central). El resto, inmobiliarias, constructoras y compañías patrocinadores, las cuales, a sus vez, se han visto favorecidas al ver recalificados solares hasta ahora yermos. Tal mes son los casos de Endesa, Indra, Telefónica o La Caixa. Otros patrocinadores recuperan o rentabilizan su aportación al asumir contratas, como es el caso de El Corte Inglés, que ha instalado y gestiona la infraestructura informática a través de una empresa filial de nuevo cuño. Cohesión El primer éxito del Fórum, tal como pretendían sus impulsores, consiste en haber cohesionado la sociedad barcelonesa. Sin embargo, la profusión de rentabilísimos negocios paralelos (sobre todo los urbanísticos) también ha generado desencanto y alimentado inquinas. Pero la peor cruz de la moneda es el deterioro físico y humano en el que siguen sumidos dos barrios de viviendas sociales que colindan con el Fórum, la Mina (donde tres de cada cinco residentes son de etnia gitana) y el polígono del Sudoeste del Besós, construido en los primeros años 60 y algunas de cuyas casas amenazan ruina. Cultura La oferta es variada pero sus exposiciones están dirigidas a niños y jóvenes. Mucho espectáculo, mucho audiovisual y poca chicha. Las conferencias y seminarios organizados merecen elogio. Lástima que no sean gratuitos. Asistir a las sesiones del Parlamento de las Religiones, por ejemplo, exige el pago de 450 euros. En todo caso, ver los ocho guerreros del complejo funerario chino de Xián justifica una visita.

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