Opel Astra, tercero con vocación de primero
La tercera generación del compacto de Opel se llama... Astra. Sólo el nombre se mantiene, todo lo demás, estética incluida, nada tiene que ver con su antecesor: mayor tamaño, más equipamiento y evidentes mejoras dinámicas.
Los compactos crecen. Y lo hacen con vocación de segmento superior. Aunque también con la mirada puesta en la modernización de un escalón tan comercialmente activo como que en el pasado año 2002 se vendieron 4 millones de unidades «compactas» en Europa, lo que viene a representar el 22% del mercado total. Con estas premisas, parece evidente que Opel, un fabricante que iniciara su andadura en esta categoría allá por 1962 con el Kadett, haya puesto toda la carne en el asador con esta su tercera generación del Astra, donde... sólo el nombre permanece. Estructurada en torno a cuatro acabados (Essentia, Enjoy, Cosmo y Elegance) la la gama del nuevo Astra cuenta con quince versiones, resultado de la combinación de seis motores (4 gasolina y 2 gasóleos), cuatro tipos de cajas de cambio, los cuatro mencionados acabados y una sola carrocería de 5 puertas. Aunque hay otras, una de las principales bazas que juega Opel con la quinta generación de su incombustible Astra es la habitabilidad interior, de forma que los pasajeros encuentran ahora mucho mayor -y mejor- acomodo en un coche que mide 4,25 metros de largo (1,75 de ancho) y cuya romana oscila alrededor de los 1.300/1.385 kilos; es decir, un puro segmento medio... con aspiraciones de evidente superioridad. Eso sí. El fabricante tampoco se ha parado en barras a la hora de poner en práctica ciertos «trucos» para sacar más partido a los 380 litros de capacidad del maletero: el abombamiento de la bandeja trasera; la contrapartida es que cuando se abaten los asientos, no queda una superficie demasiado plana. Tampoco el Astra podía sustraerse a la actual «polémica de la rueda de repuesto». Mientras el fabricante incorpora de serie una rueda de emergencia (la impopular galleta ) la rede comercial española parece haber realizado todos los pedidos con la rueda de repuesto normalizada, lo que supone un sobreprecio de 50 euros para el comprador y dejar el maletero en 350 litros de capacidad. En la versión Turbo no se puede poner rueda normalizada, el hueco previsto sólo admite hasta 16 pulgadas y el modelo monta la llanta de 17 pulgadas. La solución, tampoco nada querida por el usuario español, será la del kit de reparación de pinchazos, en sustitución de la rueda de repuesto. Por lo demás, el nuevo Astra hace gala de un impecable comportamiento en carretera, con una excelente postura de conducción y una remarcable visibilidad, para un conjunto muy homogéneo, sólido en su construcción y con una evidente personalización estética. Opel, no se lo pone fácil a la competencia.