Los investigadores creen que, si hay información, todo tiene su explicación

El gallego Manuel Carballal es un estudioso del misterio en sus vertientes más diversas, ovnis incluidos. Su visión, lejos de querer hacer responsable de los ovnis a pequeños seres verdes, apunta más al secreto militar: «Me apuesto lo que sea a que lo del otro día -la luz que cruzó el sur de Galicia- era un misil del Ejército, de ahí vienen muchas historias», explica. El investigador recuerda que la tradición de ufólogos en España es muy antigua. Cuando en julio del 47 el general americano Keneth Arnold afirmaba haber visto platillos, el gallego Óscar Rey Brea le llevaba dos años de ventaja. El 15 de octubre de 1945, el señor Rey y la señora Brea, padres del radiosondista del Observatorio Meteorológico de A Coruña, observaron un extraño objeto sobrevolando la capital herculina. Cuando se lo contaron al hijo, éste recordó un incidente similar relatado por sus compañeros de la División Azul en el frente ruso. A partir de ahí, se puso a investigar y se convirtió en el auténtico pionero de la ufología. «Tengo claro que los ovnis, si son naves, no son extraterrestres, y si fueran extraterrestres, no serían naves», concluye Manuel Carballal, que basa su afirmación en lo que califica de verdadero «problema» astronáutico: «No se puede superar la velocidad de la luz con una nave de chapa». Y si hubiera vida inteligente fuera de la tierra, estaría a varios años luz. Para el experto, la historia de los ovnis es, en buena medida, la de la aeronáutica militar: en Estados Unidos muchos testigos veían ovnis triangulares poco antes de que se diera a conocer el bombardero B2, que tiene esta forma. «En el mundo de los ovnis hay poco fraude, pero muchas confusiones -dice Carballal-. No hay tanta mentira como ocurre con los casos de videncia o fantasmas, aquí son los militares los que mienten, no los testigos, ocultando pruebas balísticas, ensayos con prototipos o misiles que se escapan, caen en el mar y sólo los ven los marineros». Desde la Unviersidade de Santiago, José Ángel Docobo sostiene que «no hay evidencia científica de que ninguna civilización se haya aproximado a la tierra, ¡Qué más quisiera yo que la hubiera!»