Las nuevas formas de robar

Son tantas y tan diversas las malas artes que se conocen y las que diariamente se inventan que cada vez es más difícil librarse por precaución. Los nuevos delitos están urdidos tan a maravilla que no es raro que hagan tantas víctimas. Muchas veces puede uno librarse del golpe que le amaga adoptando precauciones, teniendo serenidad o desconfiando de ciertas amistades y de ciertos servicios; pero otras, las más, resulta imposible. Los descuideros pueden tenernos tranquilos con sólo no descuidarnos, a los espadistas se les tiene a raya poniendo buenas cerraduras, a los atracadores, tan temibles, se les contesta con el bastón; a los timadores se les estirilizan sus habilidades huyendo de las ganancias que proponen. Pero existe otra clase de delincuentes más escurridizos y audaces. Ya no emplean navaja ni pistola. Sólo un ordenador. El incremento de los delitos en España en el 2002 fue del 10% -las cifras se mantuvieron el año pasado-. Este incremento vino producido, en buena medida, por el surgimiento de novedosos tipos delictivos provocados por las Nuevas Tecnologías. La Guardia Civil lleva siete años trabajando en cuatro áreas especializadas: la piratería informática, la pornografía infantil, los fraudes y los delitos contra la propiedad intelectual. El mundo gira al ritmo de las transformaciones tecnológicas y con ellas, cambia también el tipo y la modalidad de los delitos, obligando a la capacitación y equipamiento de las fuerzas de seguridad y a la elaboración permanente de nuevos sistemas de seguridad. Es una carrera sin fin. La misma actividad delictiva actualiza sus objetivos y sus métodos. Son los nuevos ladrones de guante blanco digitales. Primero se comenzó tímidamente, casi como un juego. Muchos jóvenes, alentados por películas o por un afán de notoriedad o de desafío, sentados en sus casas, con un simple ordenador y un modem, probaban sus conocimientos para encontrar el techo de sus habilidades informáticas. Le siguieron el espionaje industrial, el robo, la estafa y la aparición de nuevas formas delictivas. Este nuevo panorama, estas nuevas formas de vulnerabilidad, hace imprescindible que las fuerzas de inteligencia y de seguridad de los países adquieran una alta capacitación, reciban equipos tecnológicos actualizados a fin de poder contrarrestar estas nuevas maneras de producir daños. Internet no tiene medida. La viuda Contactos peligrosos Medidas, las que prometía una joven viuda, atractiva y sola, muy sola, que se anunciaba en una página web de contactos. Solicitaba correspondencia con hombres que pudieran hacer algo para aliviar su soledad. Fueron muchos los caballeros que sucumbieron y fueron entablando con ella una relación epistolar cada vez más intensa y tórrida. Aquellos cibercasanovas fueron poco a poco contándole a la pobre y atractiva viuda detalles personales. Algunos, los casados, llegaban a pedirle en matrimonio, jurándole que estaban dispuestos a abandonar a sus esposas. Algunos llegaron a revelar informaciones confidenciales de sus empresas. Y todo iba bien hasta que el incauto había dado los datos suficientes como para tener algo que perder. En ese momento, la desconsolada viuda estorsionaba al incauto, exigiéndole importantes cantidades de dinero so pena de revelar el contenido de todas aquellas cartas a la santa o a su jefe. Muchos pagaron sin rechistar. Lo peor es que de viuda, joven y hermosa, nada de nada. Se trataba de un barbudo de dos metros, espalda como un armario y brazos como jamones. Tarjetas duplicadas Peligro en los cajeros Vamos a otro ejemplo, el protagonizado por una banda organizada de estafadores que realizaba duplicados de tarjetas de crédito. Los detenidos colocaban micro cámaras en los cajeros automáticos para captar las claves de las tarjetas y mediante otros mecanismos conseguían copiar la banda magnética. Los detenidos colocaban un lector de tarjetas en la entrada del habitáculo de los cajeros automáticos, similar al que habitualmente se usa para abrir la puerta, la cual previamente había sido forzada por los sospechosos. De esta manera conseguían copiar la banda magnética de las tarjetas de crédito y, a continuación, grababan la clave que sus víctimas tecleaban en el cajero. Para ello, utilizaban una mini-cámara perfectamente camuflada encima del teclado, con un transmisor vía radio que transmitía las imágenes grabadas hasta el receptor, que se encontraba en su poder a unos 50 metros del lugar. Una vez conseguidas la banda magnética y la clave, mediante distintos programas informáticos elaboraban una réplica de la tarjeta de crédito y sacaban dinero de los cajeros automáticos o realizaban compras. La diferencia respecto a otros métodos de captación de tarjetas es que la víctima no se percataba de nada y, por tanto, no anulaba su tarjeta. Este ejemplo trajo de cabeza a los cuerpos de seguridad del Estado durante meses. El proyecto, denominado oficialmente Proyecto CTOSE (Cyber Tools On-line Search for Evidence, o Ciber Herramientas de investigación de pruebas electrónicas, en castellano) tiene como principal objetivo facilitar a los investigadores una serie de herramientas para la identificación de delitos informáticos y la recopilación de pruebas que se podrán presentar en los procesos judiciales que tengan lugar en toda la Unión Europea. La Comisión Europea informó que los internautas europeos podrán comprar por Internet con toda tranquilidad gracias a este nuevo proyecto, bautizado oficiosamente por «Sherlock Holmes» en honor al famoso detective británico, ya que protegerá de los intentos de terceros de usar fraudulentamente sus datos. La Guardia Civil recibió en un año poco más de 9.000 denuncias por delitos informáticos, de los que 7.820 estaban relacionadas con la pornografía infantil, 773 por fraudes y 443 por violación de sistemas de seguridad realizadas por intrusos o «hackers». El Cuerpo Nacional de Policía abrió el año pasado 1.100 investigaciones por fraudes o delitos relativos a Internet. Algunos de los fraudes detectados son: Casinos en Internet, donde la ruleta virtual suele estar trucada; conexiones a teléfonos 807; fraudes mediante tarjetas de crédito; ventas fraudulentas y subastas online ; timos donde se pide dinero mediante correo electrónico (para niños enfermos, negocios en Nigeria, etc); medicamentos milagrosos; oportunidades de negocio (compra de maquinaria y otros artículos a un menor coste; presuntos sorteos (de paquetes de vacaciones, artículos informáticos, etc; reventa de billetes de avión. El mayor número de denuncias a causa de engaños por Internet se produce durante los meses de verano con una media de más de 1.000 denuncias, respecto a las 200 o 300 aproximadas de los meses de invierno. Esto viene dado porque en verano los jóvenes delincuentes tienen más tiempo para hacer travesuras. Pornografía infantil El delito más perseguido La reciente desarticulación de una Red de pornografía infantil a través de Internet nos pone de nuevo ante un tipo singular de maltrato que, desgraciadamente, se produce cada vez con más frecuencia. Internet, la Red de redes, instrumento de extraordinaria importancia para la educación, la transmisión de información, la igualdad entre las personas, se ha convertido, sin embargo, en el lugar idóneo de expansión de miles de páginas en las que niños y niñas, a veces de tan sólo unos meses de edad, son sometidos a abusos inimaginables, para deleite y utilización de un, cada vez, más nutrido grupo de individuos. Estos pedófilos, cuya vida social suele ser aparentemente normal, no son más que psicópatas que se esconden tras el anonimato de sus pantallas de ordenador y que se alimentan unos a otros a través de comunidades virtuales, chats y foros en los que entierran cualquier sentimiento de culpa que pudiera aflorar en ellos. La entrada en estas páginas es perseguida de manera implacable y cada vez con más éxito por parte de las Brigadas de Delitos Tecnológicos de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. Turismo sexual Explotación de menores Una segunda forma de explotación que también va en preocupante aumento es el turismo sexual, practicado, en muchos casos, con menores de edad. España, lamentablemente, junto con algunos otros países desarrollados, ocupa uno de los primeros puestos en el ránking de viajes para buscar sexo en países económicamente necesitados. El timo del 807 Un regalo como gancho Los delitos telefónicos, agazapados bajo las líneas 807, están cada vez más de moda. Miles de gallegos fueron estafados por empresas fantasmas, que suelen llamar a los timados ofreciéndoles un regalo. Para recibirlo, supuestamente, sólo tienen que llamar a un número de teléfono que empieza por 807, y ahí, en la línea, los mantienen minutos y minutos con todo tipo de pretextos. Y de regalo, nada de nada. Las asociaciones de usuarios pusieron reciéntemente el grito en el cielo tras comprobar el poco esfuerzo que hacen las autoridades para abortar estas malas artes. Falsos técnicos «Llamo de Telefónica» Grandes beneficios sacó una banda catalana que se dedicaba a estafar a clientes de Telefónica. Los lamaban haciéndose pasar por técnicos y les pedían que marcasen su número de teléfono en la terminal particular. Con un novedoso sistema informático, a partir de ese momento podían cargar en ese número todas las llamadas que se realizaban desde un locutorio. Pero no sólo aumentaron en los últimos años los delitos relacionados con las nuevas tecnologías. Con mucha más violencia, surgieron en España de unos años hacia aquí los butroneros, arte delincuencial que tanto gusta practicar a los rateros procedentes de países del Este de Europa. La sociedad ha visto como en los últimos años también se ha producido un preocupante aumento de los delitos relacionados con la prostitución o con la inmigración ilegal, con falsificación de documentos o, simplemente, como vehículos para cruzar fronteras sin ser vistos ni oídos.