Diario de León

Amenábar, con «Los otros»

Alejandro Amenábar ha convertido la peripecia vital de Ramón Sampedro en el argumento de su última película. Antes de su estreno, el 3 de septiembre, «Mar adentro» ya se ha convertido en el punto de partida de un debate, el de la legalización d

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FERNANDA TABARES | texto
León

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Había mar de fondo. Hacía resaca en la costa. Sin saber cómo, me vi cayendo hacia el agua. No había remedio». Ramón Sampedro, para el mundo el tetrapléjico gallego, recordaba de esta forma los segundos que precedieron al accidente en el que se partió la espina dorsal y que lo condenó a vivir, tetrapléjico, durante 28 años más. Era el 23 de agosto de 1968 y el joven Ramón emergió de las aguas de As Furnas de Xuño, un salvaje conjunto de cavernas de Porto do Son, con la espalda tronzada y la vida rota. Esa imagen de Sampedro al borde del abismo rocoso ha sido transformada en fotograma por Alejandro Amenábar, que el próximo 3 de septiembre -habrá un preestreno el 22 de julio en el Fórum de Barcelona- estrenará Mar adentro , su particular revisión del empeño con el que Sampedro dedicó la vida a reivindicar su derecho a morir. «Aunque pueda sorprender el cambio de registro, siento que esta película no es un paréntesis, sino la continuación lógica de todo aquello que me interesa del cine y de la vida». Con la increíble historia de la vida y la muerte de Ramón Sampedro, Alejandro Amenábar se encuentra ante la tesitura de mejorar los apabullantes resultados de Los otros . Cuenta para ello con una película que las asociaciones que en España defienden la eutanasia activa convertirán en un instrumento de promoción de sus ideas. «Creo que la película va a ser un bum como el que supuso el vídeo que Ramón grabó en vida. Creo que va a conseguir que se vuelva a abrir el debate». Ramona Maneiro habla con la autoridad que le proporciona haber compartido con Sampedro la lucha que lo condujo a la muerte hasta el punto de convertirse en encausada en un proceso finalmente archivado después de que 14.000 personas confesaran su colaboración en el fallecimiento asistido de Sampedro. Fuenteovejuna en Ribeira. La expectación con la que Ramona aguarda el estreno de la película, la comparten los integrantes de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) que, como otras similares, han convertido al sonense en un símbolo de sus reivindicaciones y que en las fases iniciales de Mar adentro asesoraron a Amenábar. «Por lo menos la película va a ser polémica. Conviene recordar que estamos hablando de un director como Amenábar y de un actor como Bardem». Carmen Vázquez, presidenta de DMD en Galicia, confía en que el filme sea fiel al espíritu reivindicativo que caracterizó a Sampedro y que contribuya a normalizar un debate con algunas sorpresas. La principal está relacionada con la existencia de casos similares al del famoso tetrapléjico que mantienen una lucha parecida excepto por su vocación de mantenerse al margen de los focos. En estos momentos, Vázquez y el resto de los miembros de la asociación asesoran a un gallego que, como hizo Sampedro en vida, reclama su derecho a poner fin a sus días. «Desde la asociación está recibiendo asesoramiento, aunque inicialmente no se presentó ningún problema legal», explica Vázquez. Fuera de Galicia, DMD ayuda a otros tres enfermos que reclaman el suicidio asistido, una exigencia que en el año 2002 vio cumplida Mercedes Dopazo, vecina de Culleredo, que recibió un cóctel letal que zanjó el sufrimiento que le proporcionaba la esclerosis lateral amiotrófica que padecía. Al igual que Sampedro, Dopazo grabó su propia muerte para convertirla en un acto de reivindicación, una tarea en la que colaboró un equipo de Antena 3 que siguió la peripecia vital de Mercedes durante sus últimos meses de vida. Fue también un programa de televisión el que puso a Javier Bardem en contacto con Ramón Sampedro. «Recuerdo vivamente un reportaje de Línea 900 sobre él que me impactó mucho. Es un personaje impresionante. Tiene una profundidad, una entereza, una libertad, un amor a la vida...». Aunque Amenábar y su equipo mantienen un comprensible silencio sobre los pormenores de la trama de Mar adentro , de las declaraciones de su protagonista se deduce que el planteamiento del filme no va a defraudar a movimientos como el que representa DMD. Sereno y valiente «Javier [Bardem] -asegura Amenábar- se sometió durante más de cinco horas diarias a un intenso proceso de maquillaje, echándole mucha paciencia. Pero esta imagen expresa la esencia de Ramón: un hombre sereno, valiente, alguien capaz de encarar la adversidad sin perder nunca la sonrisa». La personalidad de Sampedro parece haber seducido por igual a su alter ego en el cine. Dice Bardem: «Es un personaje que te pone sobre la mesa temas como la tolerancia, el desprendimiento, el derecho a la elección, la paciencia. Temas que uno trata en lo cotidiano, pero que Sampedro llevó al extremo, y logró hacer de eso algo productivo y aleccionador que merece mi respeto. Yo, en su caso, me habría rendido». «Había mar de fondo. Hacía resaca en la costa. Sin saber cómo, me vi cayendo hacia el agua. No bía remedio». Ramón Sampedro, para el mundo el tetrapléjico gallego, dejó escritos de esta forma los segundos que precedieron a su accidente. Lo hizo en Cartas desde el infierno -«un libro de debate a la altura de Dostoievski», sostiene un entusiasta Bardem-, una recopilación de pensamientos y poemas sobre la conciencia humana, sobre los límites de la dignidad, escrita por un «muerto crónico», como el propio Sampedro se hacía llamar. Un revulsivo «La sociedad está preparada para aceptar la eutanasia activa. Los políticos no. Pero hay un antes y un después de Ramón Sampedro. Su caso actuó como un revulsivo. Hay muchos más Sampedros, pero hacer lo que él hizo implica mucho valor y mucho coraje. No es tan fácil». Carmen Vázquez confía en que el trabajo de Amenábar los acerque a su objetivo: conseguir que se despenalice la eutanasia, «que todo el mundo tenga derecho a elegir». Cuentan con un estado de opinión favorable constado entre la clase médica: el 60% de los facultativos son partidarios de que se legalice la eutanasia, según una encuesta realizada en octubre. por el Centro de Investigaciones Sociológicas. No sólo eso; el 16% de los médicos admite que la ha practicado alguna vez.

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