El prólogo, obra de Martínez

|||| El lanzador de peso Manuel Martínez fue el elegido para realizar el prólogo de este libro. Nadie mejor que él, olimpista en dos ocasiones -y muy pronto en una tercera-, y leonés, como los dos autores, podía introducir este Citius, Altius, Fortius. Las Olimpiadas y sus mitos . Su reacción además, fue la esperada, y no dudó ni un momento en colaborar. En este prólogo hace referencia a la creación de los Juegos Olímpicos, gracias al Barón Pierre de Couberti, que trataba de alviar a la sociedad de los largos períodos de guerras que sufrían; a la primera bandera olímpica, que no fue sino una paloma de la paz, y al cambio, claramente orientado al mercado, que las Olimpiadas han ido sufriendo a la misma velocidad que la sociedad que las disfruta cada cuatro años. Por otra parte, el subtítulo del libro, Citius, Altius, Fortius , que significa «El más rápido, el más alto, el más fuerte», y que no es sino latín, fue elegido por ser el emblema olímpico, y es además, el único símbolo de los Juegos que no ha cambiado desde la celebración de los primeros.