Diario de León

CLS, el atrevimiento de la estrella

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|||| La revolución de la berlina clásica se declina, en versión Mercedes-Benz, con un preciosista CLS definido por los observadores como una suerte de mestizo en tanto que combina las virtudes de un cuatro puertas con la imagen deportiva de un coupé, trufado de tecnología por calidad de fabricación y ayudas a la conducción. Mercedes rompe las hostilidades -si es que alguna vez las había suturado - con sus «enemigos naturales», los bávaros de BMW, al Serie 6 le ha salido un serio competidor. Jürgen Bräuchle, responsable de diseño en Mercedes-Benz, es tajante: «El CLS es uno de los Mercedes más atrevidos que hayamos fabricado nunca». Y no es poco decir si se tienen en cuenta realizaciones tan históricas como el 300 SL alas de gaviota de los años cincuenta... por poner un ejemplo. El CLS viene a ser -de hecho lo es- una especie de diseño coupé sobre la base del Clase E, que comenzará a venderse este mes de octubre con, inicialmente, dos versiones de motorización: un V6 de 272 caballos y un V8 de 306 CV, ambos unidos a una caja automática de 7 relaciones que, además de convertirse en toda una «pieza» tecnológica, propicia aceleraciones fulgurantes. Aunque no sólo la caja de cambios es novedosa en el CLS, también las suspensiones electrónicas, por aire a presión y que rebajan la altura al suelo con respecto a un «E», o los frenos eléctricos pueden presumir de sofisticadas innovaciones en el conjunto del coche. En enero del próximo 2005 la gama se redondeará con la llegada del CLS 55 AMG, firmado por el preparador de culto de Mercedes y que añadirá un compresor a la mecánica, con lo que el V8 entregará entonces 476 caballos. Incluso está prevista la aparición (sin fecha confirmada) de un también nuevo gasóleo V6 cuya potencia podría situarse en torno a los 230 caballos. En el plano puramente estético, el Mercedes CLS hace gala de un depurado diseño, que tampoco sacrifica la funcionalidad, fundamentado en una generosa batalla (distancia entre ejes) y en una perfilada capota que alarga la silueta del vehículo hasta una zaga rematada en un elemento aerodinámico solidario con la tapa del maletero. El techo arqueado y las ventanillas sin marco acaban por conferir la forma de inspiración coupé que Mercedes ha pretendido para su CLS. Eso sí, sin renunciar a las cuatro puertas que dan paso a un interior amplio y lujosamente realizado, donde no faltan cuatro «butacones» individuales y un maletero de 500 litros de capacidad.

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