Mercedes Clase M, renovación al alza

La segunda generación del Clase M, que llegará el próximo verano, supone un paso adelante en los planteamientos de un modelo que ha venido manteniendo una posición de liderazgo desde que iniciara su andadura comercial en 1997. El cambio automático de siete marchas (7G-Tronic), el sistema previsor de protección a los ocupantes (Pre-Safe), la suspensión neumática (Airmatic) y un mejorado sistema de tracción permanente (4-ETS) son las principales cartas de presentación de un modelo que, además, abandona el chasis de largueros a favor de una estructura monocasco mucho más acorde con los tiempos tecnológicos que corren en el panorama de los 4x4 o, por mejor, decir en la conjunción todoterreno/SUV. En comparación con el anterior modelo, el nuevo Clase M es más bajo y tiene un mejor coeficiente de penetración aerodinámica (de 0,39 a 0,35) a la vez que crece en todas sus cotas. La longitud alcanza ahora los 4,73 metros y su anchura llega hasta 1,9 metros. Aunque lo más significativo, desde el punto de vista práctico y de renovada capacidad interior, es que la batalla incrementa en 9,5 centímetros su longitud. La estética, tanto exterior como interior, también conoce interesantes pinceladas de modernidad: líneas más perfiladas, parabrisas más tendido (una de las causas del beneficio aerodinámico), aletas musculadas y una ascendente línea de cintura hacia la zaga, lo que acaba por acentuar la deportividad del revisado diseño del Clase M. El apartado mecánico se configura en torno a cuatro mecánicas, dos de gasolina y otras tantas turbodiesel (tres de estos cuatro motores son inéditos) que superan en prestaciones a las que se montaban en la anterior Clase M. El gasóleo V6, turbodiesel common rail de tercera generación y 190 CV, se estrenará en la Clase M bajo la denominación ML 280 CDI, compartiendo «estrellato» con el ML 320 CDI (224 CV). Las propuestas de gasolina vienen dadas por el ML 350 (272 CV) y el ML 500 (306 CV). Independientemente de la mecánica elegida, la nueva Clase M adoptará de serie en toda la gama el innovador cambio 7G-Tronic de siete relaciones y funcionamiento secuencial con mandos al volante. Las mejoradas condiciones de utilización off road de la nueva Clase M -las de asfalto eran ya lo suficientemente buenas-, vienen dadas por el sistema de tracción integral y permenente 4ETS, ingenio que Mercedes ha mejorado con nuevas funciones: control de descenso, ABS de tipo todoterreno y ayuda al arranque en pendiente. Incluso los puros y duros todoterrenistas pueden estar de enhorabuena, habida cuenta la inclusión opcional, además de la reductora convencional, del Pack TT que contempla un diferencial bloqueable al cien por cien entre ambos ejes y una reductora con dos etapas de desmultiplicación. La suspensión neumática Airmatic es otra de las guindas del modelo: ajusta el tarado de los amortiguadores según las condiciones del asfalto y en utilización todoterreno ofrece una distancia libre al suelo entre 110 y 300 milímetros y una profundidad de vadeo de 600 milímetros. En el capítulo de seguridad, el nuevo Clase M monta hasta 8 airbag, adaptativos los delanteros, laterales en todas las plazas y de cortinilla en las ventanillas, así como pretensores y limitadores de tensión en los cinturones de seguridad de todas las plazas. También se montan los reposacabezas activos Neck-Pro (conductor y acompañante) y la posibilidad opcional de montar el sofisticado sistema Pre-Safe, que previene a los pasajeros ante la inminencia de un accidente adoptando diferentes medidas de protección.