PATRIMONIO PALEONTOLÓGICO LOS CANALES MINEROS DE LA CABRERA SAN MIGUEL DE LACIANA CAMPO DEL AGUA VILLAMOL SAHAGÚN SAHAGÚN VEGA DE VALCARCE
León consiente el expolio de fósiles únicos en todo el mundo La maleza devora la mayor obra de ingeniería romana
|||| ¿Qué fue del Leonodus ? Es un diente de tiburón, el más antiguo jamás encontrado, localizado durante las obras de la autopista con Asturias, cerca de los Barrios de Luna. Esta valiosa pieza que lleva el nombre de León se encuentra actualmente en el Museo de Historia Natural de Londres. Un fósil único que, como otros miles, ha ido a enriquecer museos de todo el mundo o ha sido objeto de lucrativos negocios en mercado del coleccionismo. Y es que León posee el mejor patrimonio paleontológico de Europa de la era cámbrica y devónica, así como de la carbonífera. Fólises que han permitido demostrar el nacimiento de los primeros mares. Los trilobites (animales marinos de apenas un centímetro de diámetro), cuyos ejempleras más antiguos se han hallado en Barrios de Luna, han permitido también demostrar que hace millones de años la provincia leonesa y lo que hoy es la ciudad de Nueva York compartieron alguna vez una franja costera bañada por un mar llamado Iapetus. La villamita es un mineral tan extraño que sólo puede encontarse en Cármenes. No sólo los trilobites más antiguos están en Barrios de Luna, también los corales más primitivos se localizan en Matallana de Torío. Algunos son conocidos internacionalmente por sus nombres, como Adradosia (homenaje a la localidad de Adrados) o Luciella (Santa Lucía). Un patrimonio que secularmente ha estado abandonado, pese a que León es punto de referencia en todas las universidades que imparten Geología o Paleontología. Estos yacimientos siguen siendo un «supermercado» para estudiosos y coleccionistas. Llegan, los cogen y se van. La desprotección legal les ampara. En Castilla y León sólo Atapuerca está protegido por ley. |||| La casualidad y el empeño que han puesto los socios de Promonumenta en salvar los canales mineros de La Cabrera les llevaba a localizar una mina que durante siglos ha permanecido oculta. La mayor obra de ingeniería hidráulica de los romanos no ha despertado de momento el interés de ninguna institución. De hecho, estos canales ni siquiera gozan de la protección que ampara a los bienes declarados de interés cultural (BIC). La mina descubierta en un paraje de difícil acceso de Benuza es de proporciones gigantescas, con cinco canales para abastecerla. La piscina de mayor tamaño tiene 90 metros de largo por 13 de ancho, mientras que las otras oscilan entre los 70 y 80 de largo por 10 de ancho. Es una explotación minera relativamente «novedosa» desde el punto de vista de la ingeniería romana. El método de extracción que se utilizaba para sacar el oro era mediante trincheras y galerías. Si las betas del metal precioso se encontraban en la superficie del cuarzo se hacía una trinchera. Y si estaban en el fondo, se practicaban galerías. Se han descubierto doce pero se cree que hay más. Pese a que la Junta fue inmediatamente notificada del hallazgo, nada ha hecho desde entonces.