Diario de León

¿El fin de la maldición bíblica?

La implantación generalizada en León de la anestesia epidural es un gran avance que no acaba de convencer a todo el mundo

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NANI ARENAS | texto A. MANZANO | gráfico 1397124194 Es la gran anestesia. Soñada por mujeres y desea
León

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Pero la ciencia ha venido en nuestra ayuda. Y ahora son los políticos quienes han empezado a actuar para que esa posibilidad se transforme en un derecho para las mujeres que quieran tener a sus hijos en León. Y por fin, tras años de lucha, todo parece indicar que a finales de año, la ansiada anestesia epidural estará a disposición de todas las mujeres que lo soliciten en todos los hospitales de la red del Sacyl. Eso al menos es lo que aseguran desde la Consejería de Sanidad. La promesa ya es una realidad en algunos centros, donde la anestesia ya se administra durante las 24 horas a las mujeres que la soliciten, desde el pasado 17 de enero. Pero ¿en qué consiste esta famosa, aunque también en ocasiones polémica analgesia epidural? Es un tipo de anestesia que adormece el abdomen y las extremidades inferiores. Así, se reduce el angustioso dolor que producen las contracciones desde el momento en el que se desencadena el parto pero sin que se elimine del todo la consciencia materna, de manera que la mujer puede colaborar y seguir con relativa consciencia las instrucciones de los profesionales que la están atendiendo. Se administra por medio de un pequeño catéter que se coloca en la parte baja de la columna vertebral, entre la cuarta y quinta vértebra, y a través del cual se introduce la anestesia con la ayuda de una pequeña aguja. El esperado efecto calmante suele tardar entre 10 y 20 minutos. La conquista de la anestesia epidural no es más que la materialización de uno de los derechos más demandados por las mujeres y profesionales de la medicina de los países desarrollados. «La mujer no tiene por que ser la gran abandonada. Ya es hora de olvidar esa maldición bíblica. Si existen analgesias que pueden aliviar ese dolor, y está demostrado que en un alto porcentaje de casos sus beneficios son mayores que sus contraindicaciones, no se porqué la mujer tiene que seguir sufriendo» asegura el doctor José Luis Gómez Parga, jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital coruñés Juan Canalejo. El doctor Parga tiene claro que una vez comprobado que la anestesia puede aplicarse -los especialistas aclaran que la epidural está contraindicada médicamente en pacientes con tensión baja, escoliosis o ciertas hernias discales, alteraciones de la coagulación sanguínea, alergias a medicamentos... -esta técnica es siempre más beneficiosa que perjudicial. Un principio básico en medicina que ratifica Humberto Aymerich, coordinador de anestesistas del Hospital Materno Infantil Teresa Herrera. «Es el dolor, sea del tipo que sea, el que no produce nunca beneficios», insiste Aymerich. Una vez analizados los riesgos, los ginecólogos suelen coincidir al asegurar que prefieren trabajar con una paciente anestesiada antes que enfrentarse al parto de una mujer angustiada por el dolor. «La madre está relajada, lo que favorece que no haya estrés fetal; el parto está adecuadamente instrumentado lo que facilita la capacidad de reacción ante complicaciones imprevistas como por ejemplo, la necesidad de hacer una cesarea, y no está en absoluto demostrado que la anestesia pase al feto», explica Carmen García, ginecóloga del hospital La Paz de Madrid. Coincide Carmen con el doctor Parga. «La epidural es la gran anestesia en todo el mundo y se aplica en otras muchas ramas de la medicina. Hasta para tratar el dolor post-operatorio», aclara el ginecólogo. Pero la medicina no es una ciencia exacta. Y cuanto menos riesgos se corran, mejor. Por eso son tan importantes las consultas de anestesia, que en muchos lugares ya se aplican de forma continuada. En estas citas, que suelen tener lugar en el tercer trimestre de gestación, se estudia el historial de la paciente, la viabilidad de la analgesia y se explican sus posibles efectos secundarios. «No se trata de contar la parte mala de la película. Es sólo cuestión de informar para que la paciente tenga todos los datos y pueda decidir libremente si quiere o no ser anestesiada», matiza Aymerich tras recordar que el mismo anestesió a su mujer. «No entraña más riesgo que ir en coche. Estar vivo es lo que tiene riesgos», sentencia. La práctica de la medicina siempre desata polémicas. Se calcula que alrededor de un 6% de mujeres rechazan la oferta de tener a sus hijos con anestesia. Son muchas las matronas que aseguran que las mujeres no actúan igual con epidural. «Al no sentir la contracción, no se sienten ganas de empujar lo que dificulta el resultado y hace que hoy en día cada vez se utilicen más instrumentos como fórceps o ventosas», explican fuentes consultadas. También son muchas las críticas contra la tendencia médica hospitalaria de tecnificar el parto. Cada hay más voces contrarias al «excesivo intervencionismo» en los partos. «Un alto porcentaje de los nacimientos podrían desarrollarse por sí solos sin problemas» expresa Ana Fornero, matrona de primaria. Opinión que muchos ginecólogos no comparten argumentando que un parto es una urgencia que no tiene vuelta atrás. Y no se sabe si va a haber complicaciones hasta que se ha acabado. De ahí la importancia de seguir un riguroso control durante todo el proceso para garantizar la máxima seguridad de la madre y del niño, aseguran fuentes profesionales consultadas.

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