Diario de León

La urdimbre de la fe

El Museo Ana Mogas, de las Pastorinas, destaca por la riqueza de su colección de tejidos, bordados y encajes y exhibe una edición ilustrada de El Quijote en cuatro tomos

La biblioteca del museo cuenta con una edición de El Quijote del siglo XVIII

La biblioteca del museo cuenta con una edición de El Quijote del siglo XVIII

Publicado por
A. GAITERO | texto DANIEL | fotos
León

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Un nuevo museo de arte sacro abre en León sus puertas la semana de Pascua. La colección de tesoros piadosos que las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, Pastorinas , han reunido en sus más de 150 años de existencia desde Córdoba hasta Villafranca del Bierzo, puede contemplarse desde el miércoles 30 de marzo en la sede provincial de la orden en el barrio de Pinilla. El Museo Ana Mogas rinde homenaje a la fundadora de esta congregación religiosa femenina que se ha dedicado a la enseñanza, la sanidad y la acción parroquial desde sus principios. Con su apertura al público, las Pastorinas sacan a la luz una cuidada selección de sus fondos textiles, encajes y bordados, orfebrería, muebles, pintura y escultura, además de una biblioteca con más de 180 obras recogidas en los últimos años en sus instituciones históricas, algunas de ellas cerradas por la crisis de vocaciones. Se trata de piezas que un día se plegaron, con toda su belleza, al servicio de la fe y que en la actualidad ya no se utilizan en las celebraciones eucarísticas por su fragilidad y alto valor artístico. El museo consta de tres salas -La buena noticia, El ciclo litúrgico y La osadía del amor y el sacrificio- a las que se accede después de contemplar imágenes de la Divina Pastora, la Virgen soñada o visionada por el beato Fray Isidoro de Sevilla en medio de un rebaño. El recorrido comienza en La buena noticia -significado griego de evangelio- donde merece la pena detenerse ante la edición ilustrada de El Quijote de 1780 en cuatro tomos que guarda la biblioteca, una biblia del siglo XIX ilustrada por Gustavo Doré, la edición de 1892 de Las joyas de la Exposición Histórica Europea de Madrid o las obras de Quevedo. Las vitrinas conservan las obras completas de Santa Teresa y otros libros piadosos como las Homilías de San Juan Crisóstomo, del siglo XVI. Manuscritos sobre limosnas, profesiones e incluso uno referente al Concejo de la Mesta enriquecen el fondo documental. La pinacoteca, con obras de las escuelas castellana y madrileña, y grabados del diecinueve, relata la vida de Jesús, desde el nacimiento hasta los momentos más emblemáticos de su actividad pública. Como piezas más singulares, la Flagelación del siglo XVI, que procede de Villafranca del Bierzo, y una Inmaculada de la escuela de Maella, del siglo XVIII, en cuyo rostro algún experto ha visto el retrato de una reina. En la segunda sala se accede al ciclo litúrgico y en especial a sus tiempos más fuertes, Navidad y Pascua. «La eucaristía como centro de la vida cristiana cobra en nuestro museo una significación especial», subraya Josefina Juárez. De la sobriedad de la anterior sala la vista pasa a contemplar la colorista vitrina con los tres nacimientos -destaca el de barro cocido de origen hispano-americano- y las figuras navideñas, además de un cuadro de la Sagrada Familia bordado en oro, plata y seda sobre terciopelo negro que data del siglo XIX, donado a la comunidad de San Pedro de Alcántara (Córdoba). La Virgen tiene un protagonismo especial en esta sala en la que los colores de las vestiduras sagradas señalan cada momento litúrgico o devoción. El morado y el rosa para el Adviento y la Cuaresma, el blanco y oro para la Pascua y otras celebraciones eucarísticas, el verde para el tiempo ordinario, el rojo para la devoción del Corazón de Jesús, el azul para la Virgen... La parte más abundante del museo es el conjunto de tejidos de los siglos XVI al XIX confeccionados artesanalmente en muchos casos y realizados con sedas, hilos de plata y oro y linos. Una casulla de color rosado del siglo XVI, que procede de Villafranca del Bierzo, es la pieza más excepcional de colección textil: está hecha con seda adamascada y ornada con encaje de punto de España (bolillos en oro), característico, según los expertos, del antiguo Reino de León. Igualmente, es única la serie de 77 palias e hijuelas para cubrir cálices y patenas bordadas y rematadas con el punto de España. Las Pastorinas han recurrido a expertas como Natividad Villoldo, directora del museo del Encaje de Tordesillas para catalogar vestimentas y ajuares eucarísticos y al joyero astorgano Santos para hacer lo propio con la colección de orfebrería y relojes. Rubís, esmeraldas, perlas de aljófar y otras joyas procedentes de donativos están incrustadas en una de las custodias que guarda el museo junto cálices y copones en las vitrinas de los vasos sagrados, símbolo de la muerte de Cristo. La última sala es un recorrido por la vida y la misión de la beata Ana Mogas, catalana ilustre que nació el 13 de enero de 1827 en Granollers y que lejos de convertirse en una señorita bien casada, como hubiera deseado su madrina, decidió a los 23 años de edad, seguir la senda de las capuchinas exclaustradas que se dedicaban a educar niñas pobres. Sus devociones a San Francisco de Asís, la Divina Pastora, el Sagrado Corazón y la eucaristía tienen su sitio y reflejo en el Museo Ana Mogas. Estas dependencias guardan piezas del ajuar doméstico (vajilla de Limoges, fuentes de La Cartuja, cuberterías de plata) y antiguas herrramientas de sus actividades sanitarias y educativas. Las Pastorinas recuerdan también su llegada a León, al barrio de Pinilla, el 9 de agosto de 1943. Museo Ana Mogas: Calle Nicaragua, 11-23. Tfno: 987 243 551. Abre de miércoles a sábado.

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