La cocina de los filósofos

|||| «Las últimas palabras conocidas de Sócrates fueron un aviso para que se entregase un gallo a Asclepio (llamado Esculapio en Latín). Asclepio era el dios de la medicina y tenía también la capacidad de resucitar a los muertos, facultad que ejerció en varias ocasiones. El gallo era su animal simbólico porque, en cierto modo, hace «resucitar» al día con su canto. Esta receta de gallo relleno con hierbas, es un modo de satisfacer la petición se Sócrates, una invocación a la inmortalidad que el filósofo deseaba y que de hecho ha conseguido». Así comienza uno de los capítulos del libro La cocina del pensamiento, una invitación a compartir fogones y mesa con los filósofos más cocmnocidos, que ha escrito Josep Muñoz Redón, y que el pasado año fue galardonado con el premio Soví. Explica el autor que «la cocina es el arte de condimentar los alimentos para producir la felicidad. La filosofía se define por el ingenio de cocinar ideas para obtener preguntas. El erotismo supone la habilidad de aliñar bien el amor. Los procedimientos con determinantes cuando se come, se piensa y ama, una realidad que parece soslayarse en el ámbito filosófico». La cocina del pensamiento intenta corregir este desaguisado dando el protagonismo que se merecen a las habilidades del pensamiento. Cada técnica se relaciona en el libro con un pensador, su sistema y el contexto gastronómico apropiado para revelar los secretos de recocina del cultivo de ideas. Aristóteles, Platón, Diógenes, Descartes, Rousseau, Bacon, Galileo, Nietzche y otros pensadores pasan por las páginas de este libro, enfrentados a un interesante menú que nos lleva a conjugar la cocina del pensamiento y la del estómago a través de la historia. Una manera original de penetrar en los secretos de la filosofía a través de algo tan prosaico¿ pero tan delicioso, como el buen comer.