Diario de León

Y llegó la reivindicación...

Después de la dictadura resurgió con fuerza un leonesismo político y cultural a través de asociaciones como el Grupo Autonómico Leonés, que entre otras iniciativas difundió la bandera y apoyó un estatuto propio para la región cisastur

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DAVID MARTÍNEZALBERTO FLECHA | texto
León

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En la transición democrática leonesa fueron realmente poco importantes y casi se podría decir que inexistentes las asociaciones e instituciones que defendieran abierta y entusiasmadamente la comunidad autónoma de Castilla y León. A pesar de las tibiezas e indiferencias iniciales, la población y varios partidos políticos se posicionaron a favor de la autonomía, y ya que la región leonesa comprendía entonces las provincias de León, Zamora y Salamanca, defendieron la autonomía para León, bien para las tres provincias, bien con el fin de configurarse como comunidad uniprovincial. Así, tras las primeras elecciones democráticas de junio de 1977, se produjo el renacimiento del leonesismo posterior a la dictadura. El seis de agosto de 1977 surgió el Grupo Autonómico Leonés (GAL) con la voluntad de difundir la conciencia regional leonesa, apoyar las actividades culturales, dar difusión a la bandera de León y conseguir el estatuto de autonomía para la región leonesa. Se trataba de una asociación cultural, pero, como es evidente, temas como el estatuto de autonomía y la conciencia regional eran plenamente políticos. Ésa será una de las características del GAL a lo largo de su historia, su carácter bifronte, cultural y político. No pudo ser un partido político, porque incluía a un importante número de militantes del PCE -entre ellos su primer presidente, Carlos Llamazares-, que no habían estado de acuerdo con el pronunciamiento de su formación (sucedió ese verano) a favor de la autonomía de Castilla y León. También se encontraba vinculado a otros grupos de la izquierda como el Partido Socialista Popular, liderado por Tierno Galván y que defendía posiciones de un socialismo intelectual y moderado. En este caso no sólo algunos de sus militantes lo fueron a su vez del GAL, sino que su local, situado en la calle Dr. Fleming de la capital, pasó a estar ocupado por el grupo leonesista después de su disolución. Su propuesta territorial El Grupo funcionaba de forma asamblearia, es decir, mediante reuniones en las que los afiliados tomaban las decisiones de forma democrática y por mayoría. En sus primeros meses de existencia publicó un importante número de colaboraciones en la prensa provincial, e incluso tuvo un programa semanal de quince minutos en la cadena de radio La Voz de León . El GAL proponía como opción autonómica la unión de las comarcas del Reino de León, que englobaría a las provincias de León, Zamora y Salamanca junto con la palentina de Guardo; siempre que esta posibilidad autonómica contase con el respaldo popular. El reconocimiento de las comarcas como entidades institucionales fue otro de los logros de este grupo. En definitiva, el Grupo Autonómico, pionero de una reivindicación leonesista que luego fue adoptada en muchos otros ámbitos sociales, consideraba que León debía constituirse en autonomía porque contaba con una clara personalidad regional basada en características culturales, económicas, históricas y sociales propias. Alcanzar la autonomía sería, pues, la única manera de desarrollar la región a todos los niveles, desde la protección y el fomento de su identidad, su cultura popular y su dialecto autóctono, hasta su crecimiento industrial y la mejora del nivel de vida de sus habitantes. Sus integrantes también creían que los leoneses estaban preparados para comenzar a resolver su problemas, centrados sobre todo en la emigración, la salida del ahorro a otras regiones o el aprovechamiento de los recursos naturales. En comparación con otras autonomías que estaban surgiendo, consideraban que León poseía una entidad geográfica y demográfica suficiente, y una cantidad de recursos superior. Veían económicamente viable la autonomía leonesa puesto que dejaría de ser una «colonia» de la que se obtenían materias primas y hombres; y además, no querían que la desaparición de la región supusiera el desmembramiento de comarcas como el Bierzo. Según esta asociación, León reunía condiciones «esenciales» para desarrollar su amplio potencial. Por último, pretendían que los centros de decisión estuvieran en la región leonesa y fueran elegidos por el pueblo leonés.

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