Diario de León

Valderas cambia la cara y retira el monumento de los Caídos

NORBERTO

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León

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|||| Valderas también cambia su cara. El Ayuntamiento realiza la pavimentación de varias calles en el casco histórico con adoquines de tipo románico y al mismo tiempo aisla con fibra de vidrio a las casas para evitar las humedades que sufren en la actualidad y que han provocado la ruina en algunos edificios de tierra más antiguos, debido a la proliferación de bodegas en el subsuelo. La calle La Paloma, la más larga de la villa, está ahora en plenas obras, mientras que ya han concluido en la plaza porticada de la iglesia de Santa María del Azogue y el antiguo consistorio. Las obras están a punto de llegar a la plaza del mercado donde se reconstruye una de las casas más vistosas de la villa con su arquería. También pavimentan las calles Santiago y Valderrama. En Valderas se mantiene la tradición del mercado de los lunes y en cierto modo el espíritu de aquel viejo refrán que dice que en «En Valderas, domingos y lunes, fiestas comunes». El edificio de los Caídos ya no existe en Valderas. En la plaza de Calvo Sotelo -el Ayuntamiento gobernado por los socialistas no quiere plantear de momento la sustitución de los nombres de época franquista- se colocará una inscripción con la leyenda: «A todos los que sufrieron las consecuencias de una guerra civil que nunca debió existir». La frase en cuestión no ha sido fácil de pergeñar en una localidad donde todavía es un «tema sensible». El Ayuntamiento acaba de aprobar las normas subsidiarias para regular su actividad urbanística, que en el casco histórico está sujeta a las autorizaciones de la comisión territorial de Patrimonio. También quiere impulsar la continuación del proyecto para acceder al cerro del castillo por un paseo. Otro de los proyectos que tiene en marcha el municipio es la apertura de una ludoteca para niños y niñas de uno a tres años, ya que el Ayuntamiento no puede afrontar el coste de lo que supondría la puesta en marcha de un centro de educación infantil. «Queremos que, al menos durante unas horas, las madres tengan la posibilidad de dejar allí a sus hijos a un precio asequible», precisa el concejal Ángel Callejo. La localidad, que tuvo una gran influencia en Tierra de Campos, tiene aún grandes necesidades. Entre ellas, restaurar la puerta mudéjar del siglo XIV y la iglesia de San Juan, que está arreglada por el exterior pero no se puede utilizar por el interior. El alcalde, Donato Caño, también quiere impulsar regadíos con la construcción de una macrobalsa. Esta solicitud está pendiente de un compromiso de la Confederación Hidrográfica del Duero. En el ámbito turístico y cultural, el Ayuntamiento mantiene el propósito de organizar por segundo año consecutivo las jornadas gastronómicas del bacalao para promocionar una de las tradiciones culinarias de la comarca que los restaurantes de Valderas han sabido explotar con mayor acierto desde tiempo inmemorial.

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