Diario de León

Peugeot 1007, capricho admisible... y seductor

La fantasía del león. Minivolumen de puertas correderas, interior modulable, estética personalizada e inmejorable acceso. El capricho de Peugeot, urbanita vocacional, llegará a principios de junio. Su tarifa oscilará entre 14.000 y 17.000 euros

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JAVIER FERNÁNDEZ | texto
León

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La imaginación al servicio del automóvil. Peugeot ha dejado volar la suya, su imaginación, hasta horizontes insospechados. En poco más de tres metros y medio (3,73 para ser exactos) el fabricante del león ofrece soluciones hasta hace poco exclusivas de los prototipos de concepto que suelen poblar las moquetas de los más afamados salones. Sólo que, aquí y ahora, las fantasías han tomado carta de naturaleza en un modelo de inspiración monovolumen que cada cual podrá «decorar» a su antojo gracias a la oferta de lo que el constructor da en llamar «Cameleo», una suerte de coloristas y camaleónicos adminículos (rebordes de aireación, tapizado central de los asientos, panelado interior de puertas, alfombrillas...) capaces de modificar el aspecto visual de nuestro protagonista en combinación -o no- con la tonalidad exterior. La consecuencia es que, por una razonable cantidad (menos de 300 euros y de regalo en los primeros meses de lanzamiento) puede disponerse de un coche «varios en uno» muy del gusto de los tiempos automovilísticos que nos toca vivir. La sugestión está servida... Por aquello de la importancia del primer golpe de vista, Peugeot ha tenido buen cuidado en confiar las pinceladas estéticas a una firma de toda confianza... Pininfarina ha realizado un trabajo tan atractivo que el 1007 entra por los ojos. Por no faltar, ni siquiera falta el detalle del enmascaramiento de la corredera lateral por la que discurre el mecanismo de las puertas deslizantes, que acaba por entroncar con el embellecedor cromado que separa la luneta de la totalidad del portón trasero. Tan sencillo... que parece imposible. Lo de las puertas eléctricas correderas, herencia el prototipo Sesame -ábrete... ya saben- resulta ser la guinda de un pastel con el Peugeot pretende hacerse con un hueco en el corazón de los amantes de las realizaciones singulares. Se trata, en palabras del mismísimo PDG de la firma, Frèderic Saint-Geours, de «responder a la evolución del mercado y a las expectativas de nuestros clientes». Una especie, cabria añadir, de popularización de conceptos técnicos hasta ahora exclusivos de segmentos superiores, solamente hace falta fijarse en el monovolumen 807 o en el «primo-hermano» C8, para constatar tal aseveración. Casi un metro de anchura propician las tales puertas para acceder al interior del 1007... con sólo apretar un botón o accionar el mando a distancia. Practicidad a ojos vista que, como fácilmente puede suponerse, cobra todo su sentido en la utilización ciudadana del modelo; lo que no significa que el 1007 le haga ascos a los recorridos interurbanos, también ahí el nuevo producto de Peugeot sale airoso por mucho -o quizá por ello- que la contenida batalla propicie un comportamiento un tanto «nerviosillo» de la zaga. ¿Quién dice que no pueda disfrutarse con un pequeño?. La generosidad del hueco con las puertas abiertas hasta su tope máximo (pueden abrirse sólo a medias) proporciona una «panorámica» accesibilidad a los asientos traseros sin necesidad de contorsionismos ni de arrastrarse por la tapicería. La altura de los asientos está tan medida, se accede al habitáculo de la forma más natural posible... sin despeinarse. Todo un ejemplo de estudio ergonómico que se acentúa en una envidiable postura de conducción (el volante se regula en altura y profundidad) con unos mandos que caen perfectamente a la mano y con la delicadeza añadida de un pedalier en aluminio perforado que contribuye, también eso, a la sugestión del conjunto. Tres motores Tres son las iniciales propuestas motorísticas sobre las que se estructra la gama del Peugeot 1007: dos gasolina de 1.4 y 1.6 litros que entregan 75 y 110 caballos respectivamente y, como siempre en PSA, un «imprescindible» HDI (turbodiesel common rail) que cubica 1.4 litros y rinde 70 caballos. Las cajas de cambio son manuales de 5 marchas, con la posibilidad opcional unida a la mecánica más potente de elegir el cambio 2Tronic de embrague pilotado, que se convierte así en una excelente propuesta para la filosofía urbanita del coche, a la que le viene de perillas la solución de una dirección asistida eléctricamente. Las previsiones del fabricante (alrededor de 10.000 coches al año) apuntan hacia un mayor volumen de ventas para la versión HDI 75 CV, aunque tampoco habrá que despreciar las posibilidades dinámicas y comerciales del gasolina 1.6 (110 CV), por aquello de la generosa romana (entre 1.140 y 1.216 kilos) que adorna a nuestro protagonista. Por lo demás, el 1007 sale al mercado, lo hará a primeros de junio, con el marchamo de haber conseguido 5 puntos en los ensayos EuroNCAP, con lo que la seguridad está más que asegurada... por muy contenido que sea su envoltorio y porque, eso también, se cuenta en su equipamiento de serie con elementos como el ESP, los frenos ABS y 9 airbag. En suma, que Peugeot lanza todo un órdago, sugerente y preciosista... con puertas correderas «panorámicas».

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