«El coste personal ya lo tenía calculado»

José Antonio Alonso ha convertido su primer año como ministro del Interior en el mayor reto de su carrera, hasta ahora centrada en la judicatura. Sus prioridades son la lucha contra el terrorismo -«en una sociedad abierta nunca se puede afirmar que no se puede producir un ataque terrorista»- y contra la droga, en este último caso «porque ataca a los más jóvenes». Anuncia 2.760 nuevas plazas de funcionarios de prisiones y que ya se están invirtiendo los bienes incautados a los narcotraficantes en proyectos sociales. -Con seguridad, lo que más le quita el sueño como ministro del Interior es la lucha contra el terrorismo, sea del tipo que sea. Al margen del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo y de otros avances en esta materia, ¿se mantiene en España el peligro de sufrir atentados islamistas? -La obligación del Gobierno, y especialmente del ministro del Interior, es aumentar al máximo los medios con los que el Estado cuenta para combatir el terrorismo y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos. Esa tarea ocupa la mayor parte de mi actividad diaria. Hoy estamos más y mejor preparados para hacer frente a las amenazas terroristas, tenemos más y mejores medios, tanto humanos como materiales, y, sobre todo, conocemos más acerca de cómo se organiza y actúa el terrorismo internacional. Hacemos todo lo posible para que no se vuelva a producir otro atentado terrorista, pero en una sociedad abierta nunca se puede afirmar que no se puede producir un ataque terrorista. En cualquier caso, no se puede obviar que en el último año las FCSE han detenido a más de 300 presuntos terroristas de ETA y radicales islamistas. -Una de sus promesas electorales fue la reforma del sistema policial español, la creación de un mando único, el refuerzo de las facultades de los alcaldes en las juntas locales de Seguridad. ¿Qué hay de todo aquello? ¿Ha renunciado el Gobierno, al menos de momento, a iniciar este polémico proceso? ¿Para cuándo habrá una Guardia Civil menos precaria? -Para empezar déjeme que le diga que la situación en la Guardia Civil no es en absoluto precaria. El Gobierno no sólo no ha renunciado a poner en marcha sus proyectos, sino que algunos de ellos ya son una realidad y tienen una notable importancia. Por ejemplo, el Comité Ejecutivo para el Mando Unificado, el Cemu, se reúne cada semana y toma decisiones importantes, como la creación del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista o la unificación de las bases de datos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. También en cuanto al modelo policial hay avances que se han concretado en el desarrollo de unos planes estratégicos que los responsables del ministerio han elaborado y ya han presentado en el Parlamento y que tienen como gran objetivo conseguir una mayor eficacia policial con un empleo más eficiente de los recursos disponibles. En esa tarea jugarán un papel importante las policías locales. Estamos trabajando con los ayuntamientos, a través de la FEMP y de la firma de convenios de colaboración policial; estamos impulsando las juntas locales de Seguridad; trabajamos en la reforma de la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y estamos realizando un importante esfuerzo de modernización de la policía y de la Guardia Civil . En un año, hemos puesto en marcha buena parte de los proyectos que son prioritarios para garantizar una seguridad integral de los ciudadanos. -También en su programa habló de políticas preventivas contra la inseguridad y la delincuencia en áreas como educación, ocio, cultura y la familia. ¿Qué pasos se han dado hasta ahora? -La seguridad que demandan los ciudadanos es una seguridad integral, que afecta a todos los ámbitos de su vida cotidiana y que debe ser igual para todos, sin tener en cuenta diferencias sociales, económicas o territoriales. A esa demanda de los ciudadanos tratan de dar respuestas algunas medidas que ha puesto en marcha el Gobierno, como, por ejemplo, la Ley Integral contra la Violencia de Género o el plan de lucha contra la piratería. También tengo que decirle que la lucha contra la droga es una de mis prioridades porque ataca a los más jóvenes, precisamente a uno de los colectivos que más atención deben recibir desde los poderes públicos. Las FCSE están haciendo un buen trabajo en este ámbito. -El carné de conducir por puntos. ¿Sigue siendo prioritario? -El Consejo de Ministros aprobó el Proyecto de Ley del permiso de conducir por puntos el 29 de octubre del año pasado. Por lo tanto, ese proyecto es una prioridad que en unos meses se convertirá en una realidad que sin duda tendrá aspectos muy positivos para la seguridad vial. El carné por puntos es la punta de lanza del impulso de una nueva cultura de la seguridad vial que se sustenta en el incremento de los controles de velocidad, el refuerzo del número de agentes de la Guardia Civil que controlan el tráfico, en la puesta en marcha de campañas especiales, en una revisión de la formación de los conductores y en un incremento del protagonismo de la sociedad civil para hacer frente a una lacra inaceptable en un país desarrollado como España. -En qué proceso está el Plan de Construcción de Centros Penitenciarios y la renovación de los que ya hay. En el caso de Mansilla de las Mulas, por ejemplo, donde se encontraba hasta no hace mucho el presunto líder de Al Qaeda en España, Abu Dahdah, los funcionarios se siguen quejando de falta de medios. -Hace apenas unos días hemos firmado un acuerdo con los sindicatos de prisiones para mejorar sus condiciones laborales y reforzar la calidad del servicio público en el ámbito penitenciario. Ese acuerdo, que en realidad es un pacto de legislatura, servirá para mejorar los medios con los que cuenta Instituciones Penitenciarias, que ofertará 2.760 plazas de funcionarios de prisiones hasta 2007 y se elaborará un plan de prevención de riesgos laborales. Además, se han contratado ya 30 traductores de árabe, dos de ellos destinados en la cárcel de Mansilla. En cuanto a la construcción de centros penitenciarios, antes de que acabe la legislatura entrarán en funcionamiento cuatro nuevas cárceles en Cádiz, Sevilla, Madrid y Castellón. -¿Qué se ha hecho respecto a su promesa de derivar los bienes decomisados a los traficantes de drogas para luchar precisamente contra este delito? ¿Es cuantificable? -El tráfico de drogas constituye un grave problema que exige estrategias específicas dentro de la lucha contra la delincuencia organizada y que pasan por combatir tanto la oferta como la demanda de drogas. En el último año hemos potenciado los medios de los que disponemos para combatir el narcotráfico a través de la formación de grupos policiales específicos, tanto en el ámbito nacional (Greco) como en el internacional. Este esfuerzo ha permitido que en 2004 los decomisos aumentaran un 30% y las detenciones, un 11%. En cuanto a los efectos intervenidos, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se incautaron de más de 20 millones de euros, más de 1.300 vehículos y más de 20.000 armas. Por ley una buena parte de los bienes incautados a las redes de narcotráfico se está invirtiendo ya en la lucha contra este tipo de delincuencia y el resto se está invirtiendo en políticas de carácter social. -Una nevada más que previsible da un revolcón a un país que se supone preparado para este tipo de fenómenos. ¿Qué planes tiene para reorientar los servicios de Protección Civil, francamente descoordinados? -Los servicios de Protección Civil, junto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, han realizado una labor magnífica para hacer frente a las sucesivas olas de frío que han afectado a nuestro país este invierno. Si fuera realmente cierta esa descoordinación a la que se refiere los efectos de los temporales hubieran sido mucho peores. Tenga en cuenta que este invierno ha sido el más duro de los últimos 30 años. Tráfico y Protección Civil movilizaron todos sus recursos, Interior atendió más de 47 millones de consultas y la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil realizó 24.872 auxilios a personas en carretera. Además, ahora disponemos de un plan especial de actuación en caso de nevadas verdaderamente operativo. El balance global de las actuaciones en este ámbito es positivo. -Por último, podría hacer un balance personal de lo que ha supuesto este primer año como ministro: si se acostumbra a vivir dentro del Ministerio, si hecha de menos la judicatura, cómo es ahora su vida familiar... -Este es un ministerio muy duro pero también es gratificante. Evidentemente, hay un coste personal pero ya lo tenía calculado y asumido. Cuando uno decide asumir esta responsabilidad hay que dejarse de melancolías.