Jornadas de los caracoles en un restaurante con encanto

Las jornadas gastronómicas se han hecho inevitables en cualquier restaurante que se precie. Se repiten una y otra vez las del arroz, la pasta, el bacalao, las setas, la caza¿ pero creemos que en la provincia leonesa, hasta el momento, no había ningunas Jornadas de los Caracoles, tal y como se han creado en un precioso restaurante rural de Santa Cristina de Valmadrigal, Casa Mayré. Decimos rural porque está en el pleno campo, en una casa que quizá fuera morada del médico de la localidad en lejanos tiempos. Se trata de restaurante pletórico de encanto, con unos modernos comedores decorados con sumo gusto, que no han roto la armonía del viejo edificio, y con un ambiente que invita al descanso y olvidarse de todo lo que cada día nos agobia. Estas jornadas de los caracoles, que tendrán lugar desde el 26 de este mes de abril, hasta el 3 de mayo, se basan en un menú degustación en el que se incluyen los siguientes platos: arroz con caracoles, pimientos de fresno con caracoles y setas, caracoles Mayré, caracoles con ancas de rana en salsa americana y un postre casero de los que habitualmente figuran en la carta del establecimiento. Con café y chupitos el precio será de 25 euros, que es más o menos el precio medio del restaurante para comer a la carta. Cristina Muñiz-Alique y Elena Redondo pusieron en marcha Casa Mayré hace un año y medio, hacen en su restaurante de Santa Cristina de Valmadrigal una interesante cocina tradicional, pero con importantes toques de cocina de autor, con platos de lo que se ha dado en llamar en los últimos tiempos gastronomía emergente. Como entrantes vamos a destacar dos quesos crujientes que combinan estupendamente con distintas confituras, el de cabra, con confitura de naranja amarga y el camenbert, con confitura de frutas del bosque. Es mucho más delicado el camenbert, pero el de cabra, una vez pasado el primer impacto de su fuerte aroma, es verdaderamente delicioso. También pueden degustar una riquísima sopa de setas. Tienen un importante apartado de ensaladas, destacando por su por su originalidad la aliñada con vinagreta de caramelo Ronchito y la de espinacas y champiñones. En pescados, además de la inevitable merluza, hay bacalao al ajo arriero y calamares en su tinta, un plato que ha desaparecido sin ninguna razón de la mayoría de las cartas de los restaurantes leoneses. Una de las secciones fuertes es la de las carnes en la que también nos vemos obligados a seleccionar solamente dos platos, el inconmensurable rabo de vacuno con setas, con una carne enormemente jugosa y una salsa espectacular y el osobucco, una tajada pensada especialmente para comensales de probado apetito. El postre degustación de la casa tiene higos con chocolate, peras al vino, tocinillo y flan caseros y tarta de queso. Un buen colofón para una buena comida Entre los guisos que realizan por encargo en los fogones de Mayré las cocineras Pilar y Marga, destacaremos el bacalao al ajo arriero, el cocido Leonés, el lechazo asado, la caldereta de lechazo (no hay que olvidar que esta es tierra de estupendos corderos), la paella de marisco, el arroz con pichones (también de los palomares de la comarca) y las tablas de marisco. La bodega guarda vinos de todas las denominaciones de origen a precios estupendos, pero sobre todo una extraordinaria colección de Prieto Picudo, el vino natural de estos lugares. La casa recomienda un estupendo blanco de Verdejo, Iuvara, elaborado a escasos kilómetros y el Castillo de Valmadrigal, un Prieto Picudo que se adapta perfectamente a cualquier plato. Para el verano el Restaurante Mayré tiene un gran patio lleno de árboles frutales y flores que es perfecto para las cenas estivales y que en estos días están terminando de acondicionar para la temporada que está a punto de empezar. Prometemos visitarlo.