MOMENTOS DE INFANCIA
«Las raíces de Cistierna las llevo siempre conmigo»
|||| «Las raíces de Cistierna las llevo conmigo a todas partes», asegura Isabel Pérez. Después de vivir en varias ciudades, por el trabajo de su padre, Isabel acabó en el Carmel. Comenta con gracia una conversación que mantuvo este invierno en Barcelona, cuando nevó y la nieve llego a cuajar en la arena: «Un amigo me dijo que nunca había visto nevar de aquella manera y le contesté que yo sí, que recordaba no poder ir al colegio por las nevadas de Cistierna». Este es uno de los recuerdos más nítidos que Isabel conserva de su estancia en tierras leonesas. El amor a la naturaleza es otra de los aspectos que le ha dado nacer en la montaña oriental leonesa, un respeto que aún conserva. El matrimonio quería celebrar sus bodas de plata haciendo un recorrido por el norte, en busca de los orígenes de ella. Él es andaluz. Pero el año pasado no pudieron viajar a Cistierna por la situación que ya comenzaba a vivir su casa y este verano creen que tampoco podrán hacerlo. Uno de sus hermanos se acercó hace poco a Cistierna y visitó la casa en la que habían nacido. Además, estuvo hablando con uno de sus vecinos que, a pesar del tiempo, aún se acordaba de cuando la familia vivía allí. A pesar de los años y la distancia Isabel recuerda la época vivida en Cistierna. Unos pocos años que le aportaron unos valores con los que después ha ido creciendo y que también ha inculcado a sus tres hijas. Su padre, natural de Burgos, y su madre, de Cantabria, acabaron en Cistierna para intentar mejorar la situación económica familiar. El trabajo de la imprenta, al que se dedicaba el cabeza de familia, les obligó a vivir en muchos lugares, como Reinosa o Aguilar de Campoo, después, Barcelona. Desde el primer año en la ciudad condal ha vivido en el barrio de el Carmel. Primero con sus padres y después con la familia que ella formó. Ahora, después de 42 años, ha tenido que abandonarlo por unas obras que supuestamente revalorizarían la zona.