Nuevos aires gastronómicos para el Húmedo

En la esquina de las la calle Cascalerías con la plaza de Don Gutierre, en la que según cuentan las crónicas, allá por los comienzos del siglo XX, cuando se levantó el edificio, existió un divertido club de baile llamado Charlestón, se abre ahora al público un moderno restaurante al que sus dueños han bautizado simplemente con ese nombre: La Esquina del Húmedo. Se trata de un local amplio y luminoso en el que para, empezar, se ha buscado la comodidad del cliente, hasta el punto de que todos los accesos están perfectamente equipados para el acceso de minusválidos, incluso tiene un servicio dedicado exclusivamente a personas con incapacidad, algo raramente visto en la capital del Viejo Reino. Mari Mar Rueda y Antonio Menéndez, han creado un espacio acogedor, rescatando siempre que se ha podido las antiguas columnas de hierro sobre las que sustenta el edificio y los monumentales muros de piedra y ladrillo de más de 50 centímetros de espesor, que muestran la solidez con la que se realizaba la construcción hace cien años. La casa ha sido completamente remodelada y, naturalmente, el restaurante a pesar de conservar estos vestigios y otros aún más antiguos en el sótano del edificio, nos aseguran que de época romana, es complemente nuevo y funcional. Pero si en un restaurante el marco es importante, lo que de verdad es fundamental es su oferta gastronómica, y a eso vamos. Comentaremos en principio los platos de su carta que conocemos y luego les daremos cumplida cuenta de la misma en toda su extensión. Comenzamos con una ensalada templada de bacalao, muy acorde con los nuevos tiempos que corren en cuanto a su concepción y perfecta como entrante ligero, está formada por lechuga tomate y finas láminas de bacalao, con un aliño a base de ajo requemado. Vino después una original combinación de espárragos con cecina, rebozados y fritos, acompañados de una sabrosa salsa de pimientos del Bierzo. Entrando en mayores complicaciones nos presentó Antonio Menéndez una de sus especialidades, el foie fresco con frutas frescas y reducción de oporto. Un plato lleno de dulces sensaciones para acompañar el sabor exquisito de un foie apenas pasado por la plancha. Estupendo también su salteado de setas, gambas y panceta, con salsa de queso de Valdeón, que según nos contaron es uno de los platos estrella de la casa, uno de los más solicitados por su clientela, y no nos extraña porque está perfectamente logrado, consiguiéndose en el una extraordinaria combinación de sabores y texturas. Vendría después una extraordinaria rodaja de rodaballo fresco con compota de manzana, estupenda materia prima y perfecta la combinación de la limpia tajada pasada levemente por la plancha y la dulce compota. Finalmente, como postre, un estupendo Tiramisú, creado en el obrador de la casa y que fue buen colofón para un menú degustación de alta calidad, en el que los cocineros de la casa demostraron con nota alta su profesionalidad y su conocimiento de la cocina moderna. Antonio y Mari Mar son unos enamorados de esta profesión, que ya le están enseñando con el mayor cariño al auténtico «jefe» del establecimiento, Rodrigo, que con un año recién cumplido está empezando a conocer los fundamentos de un trabajo apasionante. Nos aseguran que «lo difícil en un enclave como este, en pleno Barrio Húmedo, es combinar la nueva cocina con las raciones tradicionales que aquí pide mucho la gente, sobre todo los turistas que llegan con el afán de conocer hasta sus últimas consecuencias las cocina y los productos leoneses. Por eso nosotros tenemos dos vertientes bien diferenciadas pero que se complementan., la cocina actual y la tradicional, buscando siempre unos precios populares». Repasando la carta nos encontramos como entrantes con Ensalada de lengua marinada, Ensalada la Esquina del Húmedo, que lleva lechuga, piña, mango, salmón ahumado y tomate, Timbal de pimientos, anchoas y queso fresco. Después los típicos embutidos de León, mollejas de San Antonio y ragú de morcilla, setas y crema de alubias de La Bañeza. Como carnes destacaremos su solomillo al Pedro Ximénez, las chuletillas de lechazo y el magret de pato con piña agridulce. En pescados la merluza al vapor con salsa de oricios, y el rape con angulas y gambas. Los postres cambian con mucha frecuencia por lo que no se incluyen en la carta. Como sugerencias especiales ofrecen lechazo de León al horno, berenjenas rellenas de villeroi de lengua y la caldereta de pescado y marisco. Como menú especial de los viernes el Cocido leonés con postre casero, por 12,50 euros y el menú del día (de lunes a viernes) a elegir entre dos primeros, dos segundos y postres, por sólo 9,50 euros. Una de las grandes pasiones de Antonio es la bodega «tenemos muchísimos más vinos de los que presentamos en la carta, algunos verdaderamente raros e interesantes -nos dice- pero en cualquier caso una de las virtudes especiales de nuestra oferta en vinos es que hemos procurado ponerlos a unos precios espléndidos». Enumerarlos sería largísimo, simplemente digamos que están casi todos los interesantes de la provincia de León y después una selección que va desde los Burdeos franceses hasta los albariños gallegos. Y cerramos la visita con unas sugerentes palabras de Baltasar del Alcázar que figuran en la carta: «La mesa tenemos puesta/ lo que hemos de cenar junto/ las tazas de vino a punto/ falta comenzar la fiesta¿»