El Consejo General de la Región

El 21 de mayo de 1978, casi sin tiempo para el respiro desde la primera manifestación por la autonomía, se reunían en la capital zamorana tres de las asociaciones más activas por la creación de una comunidad autónoma en torno a las provincias de León, Zamora y Salamanca: el Grupo Autonómico Leonés (GAL), Ciudadanos Zamoranos (CCZZ) y el Grupo Regionalista Salmantino (GRES), para crear el Consejo General de la Región Leonesa. El detonante había sido la negativa por parte del Gobierno Civil de Zamora a permitir la celebración del Día de la Región Leonesa, lo que supuso entre los grupos leonesistas una fuerte reacción ya que lo consideraron «una vejación con respecto al trato recibido por otras regiones». Los grupos anteriormente mencionados, junto a Comunidad Castellana, difundieron el 18 de mayo un comunicado de tono bastante radical en el que consideraban una «agresión» la prohibición de este acto de confraternización entre los habitantes de un pueblo que luchaba por «la consecución de su identidad regional». «Indignante burla» Calificaban la prohibición como «indignante burla llevada a cabo desde el partido en el poder» y afirmaban además que no habían bastado cuarenta años de fascismo para aplastar la realidad del pueblo leonés y para acallar su voz en busca del reconocimiento de su identidad. También comparaban esta fiesta con Villalar, que -según ellos- había tenido menos problemas para realizarse. Finalizaban asegurando que con la negación del derecho a reunirse no se silenciarían las peticiones de un pueblo que estaba viendo «renacer con fuerza su conciencia regional». Tres días después, los firmantes se reunían para crear un organismo desde el que luchar por sus intereses. ¿En qué consistía y cuáles eran los objetivos de este organismo? El Consejo General de la Región Leonesa -cuyo nombre remitía al Consejo General de Castilla y León, organismo preautonómico formado con el propósito de crear la actual autonomía- tenía entre sus fines «extender, potenciar y consolidar el sentimiento leonesista» y «alcanzar un estatuto de autonomía para la Región Leonesa». Del mismo modo, difundir la conciencia regional y apoyar todas las actividades que trataran de desarrollar la personalidad de León, entre ellas la de realizar estudios que analizaran la problemática económica, educativa, cultural y social, eran otros de los objetivos. Por último, se proponían difundir la bandera y demás símbolos de la Región Leonesa. El 4 de junio, el Consejo elaboró un documento donde creaba como «órgano legislativo de la Región» el Concejo Regional de las Comarcas Leonesas, que, evidentemente, no podía legislar puesto que no era una institución elegida de forma democrática con arreglo a la legislación vigente en ese momento. También acordaron establecer de forma provisional la capitalidad de la región en la ciudad de Zamora, al igual que exigir al Gobierno un referéndum del pueblo de la región leonesa en relación con su futuro autonómico. Incluso hicieron propuestas de política medioambiental como potenciar las fuentes de energía propias como la hidroeléctrica, térmica y solar o rechazar el establecimiento de centrales nucleares. Su declaración más importante fue el manifiesto de Miranda del Castañar, en el que demandaban el reconocimiento oficial de la bandera púrpura de la región leonesa y la creación de la Asamblea Constituyente de las Comarcas de la Región Leonesa, a la que deberían de traspasarse competencias. 1397124194