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«Pretendo mostrar una visión distinta de la imaginería mediática»

El pop, la moda, la música, el cine y el cómic se convierten en un kilométrico bodegón neoclásico, en un inmenso graffiti monocromo, en la exposición «Hot or not», que la pintora berciana Silvia Prada presenta en el Laboratorio 987, del Musac

CUEVAS

Publicado por
MARCELINO CUEVAS | texto
León

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Hot or not , caliente o nada. Comprometida, directa y profundamente poética. Caliente o despreciada. Quemando el grafito sobre el muro de la actualidad rabiosa, sin perderse un instante del lujurioso mundo que la rodea. Caliente¿ muy caliente, totalmente viva y despierta para diluir el calidoscopio luminoso que la abruma en una interminable línea negra que se enreda y enreda en su interminable caminar hacia el silencio. Ardiendo en la frialdad, trasmutando en imágenes los sonidos ensordecedores de la bocinas digitales. Es berciana (Ponferrada, 1969), es artista, y es la gran sorpresa de la inauguración del Musac. Estudio Bellas Artes en la Universidad de Salamanca y, posteriormente, dos años de Comunicación visual en Kassel (Alemania. Desde 1992 está instalada en Barcelona, donde trabajó en un estudio de arquitectos, hasta encontrarse con el mundo de las revistas ilustradas que «es una manera de entender el arte que está asumida en Londres o los Estados Unidos». Silvia Prada, ha gastado sobre un sutil lienzo de papel muchas cajas de lapiceros negros conjugando el graffiti con el grafito, extendiendo por los muros del Estudio 987 de Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, su visión pop del mundo de la moda, de la música, de la pornografía¿ de los iconos de los ídolos mediáticos del siglo XXI. La primera reflexión que se le ocurre al espectador situado ante sus dibujos es, ¿por qué Silvia Prada ha empleado solamente los lapiceros para la realización de esta magna obra? «Para mí -explica- el mercado de la imagen está sobresaturado de fotografía, de color y de un exceso de información. El lapicero y el blanco y negro significan un descanso visual, como un deleite que nos redimiera de esta saturación de imágenes. La muestra es un desarrollo de diferentes situaciones de la cultura visual más contemporánea, teniendo en cuenta lo más hot de la misma, de la música, del cine, de la moda, la pornografía y la tendencia: Gwen Stefani, Macauly Culkin, De Aoakiu, Kar Lagerles, etc.». Sus personajes, Kylie Minogue, Britney Spears, Jennifer López o Madona, son amigos inseparables de quien mira la televisión o lee la prensa, pero Silvia Prada ha efectuado una síntesis, en la que «parto -dice- de la información que recojo del mundo pop, de la MTV, de toda la iconografía juvenil y luego también de mucha iconografía de la publicidad de moda y de las revistas de tendencias. Quiero dejar claro en mi trabajo un mensaje de placidez visual, de interpretación de las imágenes cotidianas de otra manera. Trato de convertir todo ese mundo visual obsesivo en un bodegón de características casi clásicas, dándoles un sentido distinto». Sorprende la inclusión de personajes del mundo de la pornografía. «Yo creo -asegura- que en estos momentos la pornografía está en todos los sitios, en la publicidad, en el cine¿ aunque para mi pornografía no es lo que entendemos por esta palabra de una forma literal. Pero sí, creo que hay una parte de material pornográfico en mi obra». Parte fundamental del enorme graffiti de Silvia Prada, son las onomatopeyas gigantescas que acompañan la danza de las figuras que representa en su mural, y que tienen un parentesco cercano con las técnicas de los grafiteros urbanos. «Son parte imprescindible de la composición y sirven para enlazar unas cosas con otras. También son una llamada de atención al espectador y están integradas en el estilo pop que suelo utilizar». Ponferrada ha sido una ciudad invadida por los practicantes de la pintura urbana, por el arte clandestino, hasta el punto de convertirse en algunos barrios en una auténtica invasión, lo que ha llevado a las autoridades locales a perseguir con cierta saña a estos artistas callejeros. «Yo creo que perseguir no es el verbo apropiado para enfrentarse al problema. Hoy en día el arte y la comunicación está en todos los sitios, sobre todo en la calle, muchas veces es más importante lo que podemos encontrar en una pared de la calle que en algún museo. Para mí es muy loable hacerlo, aunque supongo que como en todo habrá graffiti que tienen una gran calidad y otros que tienen menos, pero pienso que es una cultura que se tiene que apoyar». Para Silvia Prada ha sido muy importante poder participar en una de las primeras acciones del Musac, «Aparte de ser ponferradina -asegura- y hacerme muchísima ilusión, me parece que es un museo con una intención muy contemporánea, con una colección muy joven. Es un entorno que mí, personalmente, me interesa muchísimo». Silvia vive en los esplendores artísticos y culturales de Cataluña, muy lejos de la tradición provinciana de la que el Musac ha venido a redimirnos, según dicen. Comenta la artista berciana que «no hay mucha diferencia, porque la personas son las mismas en todos los sitios. Quizá la distancia empieza a notarse cuando hablamos de oportunidades y de medios para trabajar y expresarse. En Barcelona hay muchas más posibilidades para integrar tus y trabajos y todo lo que haces tiene una mayor difusión. Pero creo que a nivel creativo gente que merece muchísimo la pena podemos encontrarla en todos los sitios, lo mismo en Ponferrada, que en León, que en Barcelona». En Hot or not , Silvia Parada, dice la comisaria de la exposición, Tania Pardo, nos conduce con sus murales a la monstruosidad que conlleva en nuestra cultura homogénea el estar subyugados a patrones mediáticos recordándonos que, en realidad, cualquiera de nosotros podría estar reflejado sobre el muro».