Diario de León

La producción de petróleo descenderá un 3 por ciento

Los expertos creen que en el año 2006 se alcanzará el punto máximo de producción, por lo que se plantea que la fusión nuclear, una energía inagotable, limpia y barata podría ser la solución

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Y. C. ÁLVAREZ | texto
León

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El punto máximo en la producción mundial de crudo se alcanzará, previsiblemente, el año que viene y, a partir de entonces se calcula que se inicie un descenso constante estimado en el 3% anual. Así concluye un informe elaborado por el geólogo especialista en yacimientos petrolíferos C. Campbell. Según ha afirmado, se han extraído hasta el momento cerca de 950.000 millones de barriles y quedan en el subsuelo otros 750.000 millones, a los que se suman los más de 140.000 millones que se supone están sin descubrir. Sin embargo, el análisis de Campbell no se corresponde con las cifras oficiales que afirman que el citado declive no llegará al menos hasta dentro de tres décadas. Por su parte, las empresas petrolíferas aseguran que, al ritmo actual, hay reservas de petróleo hasta mediados de siglo y de gas natural hasta que éste finalice. Este optimismo no es compartido por muchos expertos al creer que se inflan las cifras interesadamente. En este momento, la producción supera los 80 millones de barriles diarios, estando previsto que en poco tiempo comience a extraerse crudo de los yacimientos de Angola, Azerbaiyán y Golfo de Méjico, entre otros. De cualquier forma, las reservas se agotan a un ritmo mayor del descubrimiento de nuevos yacimientos y en un próximo futuro la oferta será incapaz de satisfacer la demanda, lo que provocará un aumento de los precios del transporte, la calefacción y el comercio, así como la intensificación de los conflictos entre los países para controlar las reservas existentes. Fusión nuclear La sociedad actual tiene tanta dependencia de los combustibles fósiles que cuesta imaginarse la vida sin la gasolina que impulsa los vehículos, el carbón que se quema en las centrales térmicas para producir electricidad o el gas o el gasóleo que alimentan las calderas de los hogares. Si a esta servidumbre se añade la producción nuclear, que emplea el uranio como combustible, resulta que la mayor parte de la energía primaria utilizada procede de recursos agotables. Gran parte de la comunidad científica apuesta por una nueva economía basada en el hidrógeno, el elemento más abundante de la naturaleza. Aunque en estado libre sólo se encuentra en la atmósfera en cantidades muy pequeñas (0,2%), combinado con otros elementos está presente en el agua, la materia viva, en todos los hidrocarburos y en buen número de minerales. Los investigadores trabajan desde hace años en la fusión nuclear, consistente en la unión de dos núcleos en uno más pesado con la consiguiente liberación de energía. Es un proceso similar al producido en el interior del Sol, donde a enorme presión y temperatura, cada segundo se combinan toneladas de hidrógeno convirtiéndose en helio y produciendo casi toda la luz y el calor que libera el astro rey. Para conseguir la fusión se utiliza un gas muy caliente e ionizado (plasma) de deuterio y tritio (dos isótopos de hidrógeno) que debe alcanzar temperaturas de varios millones de grados. El futuro reactor experimental ITER es un proyecto científico destinado a obtener una energía inagotable, limpia y barata. Consta de un reactor en cuyo interior los átomos de hidrógeno son sometidos a presión y temperatura altísima provocando que se venza la repulsión electrostática que separa los núcleos, fundiéndose dando lugar a átomos de helio y liberando gran cantidad de energía. Las ventajas de la fusión son enormes porque se trata de una fuente ilimitada de combustible, que no contamina por la emisión de CO2 y, además, es segura porque no puede desencadenar una reacción en cadena. Por otra parte, apenas produce residuos radiactivos ni problemas de seguridad en el reactor, como las centrales nucleares, ya que la cantidad de combustible empleado es muy pequeña.

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