La aparición de las Juventudes Leonesistas

Cuando comentamos, en entregas anteriores, la primera manifestación leonesa, señalamos que los jóvenes predominaban con respecto a otros grupos de edad; sin embargo, dentro del Grupo Autonómico Leonés (GAL) no existía una representación concreta de la juventud. Eso fue lo que se intentó paliar con la creación de un colectivo que pasaría a llamarse Juventudes Leonesistas (JJ. LL.), y que se configuraba como una vocalía dentro del Grupo Autonómico Leonés, en junio de 1978. De esta manera, no se constituyeron de forma independiente a su grupo de referencia, como sí lo habían hecho a lo largo de la historia las Juventudes Socialistas con respecto al PSOE, o las Juventudes Comunistas, en relación con el PCE. También fue un rasgo distintivo y peculiar de las JJ. LL. el de situar su edad tope para entrar en ellas en los 18 años. Luis Herrero Rubinat, que fue su primer presidente, inició de esta forma su larga trayectoria política dentro del leonesismo. De esta forma, pasaría a formar parte de la candidatura del Partido Regionalista del País Leonés (PREPAL) en las elecciones municipales de 1983, y más adelante -en 1987- ocupó el primer puesto de las listas autonómicas por Unión Leonesista (UNLE). Ya en la década de los noventa sería uno de los dirigentes destacados de la Unión del Pueblo Leonés, en la que ocupó y ha venido ocupando diversos puestos de responsabilidad. El primer comunicado Las reivindicaciones de las Juventudes Leonesistas englobaban las comunes de las organizaciones juveniles y las, más concretamente, del movimiento leonesista. En su primer comunicado, que titularon Comunicado a la Juventud Leonesa , aseguraban que pretendían luchar contra el caciquismo, los intereses capitalistas y «por una Región Leonesa más próspera, solidaria y dueña de su propio destino». Por eso habían creado la comisión de Juventudes Leonesistas dentro del GAL, aunque con una actuación independiente de éste. Sus exigencias en relación con la juventud se basaban en el derecho a una enseñanza pública libre y gratuita hasta los 18 años, y que se promoviera la creación de puestos de trabajo, a partir de esa edad, para paliar el grave problema del paro regional leonés. También el reconocimiento de la mayoría de edad a partir de los 18 años, pues en ese momento se encontraba en los 21. Asimismo, reclamaban la creación de centros de cultura, de estudio, de recreo y polideportivos. En el ámbito leonesista aseguraron su colaboración en cualquier tipo de actividad «en pro de nuestra Región Leonesa». Finalmente, también exigían la movilización popular para que «la fuerza de una minoría aprovechada no ponga en peligro los legítimos intereses de la Región Leonesa». En un comunicado posterior, las Juventudes resaltaban su exigencia de una enseñanza pública, que fuese libre, es decir, consistente en la libertad para elegir el centro académico, y además, gratuita, para que nadie careciera del acceso a la enseñanza por no tener los suficientes medios económicos. El colectivo insistía especialmente en la necesidad de crear centros escolares en todas las comarcas de la región leonesa, para que de esa forma la juventud rural tuviera una escuela próxima y se evitara la necesidad de desplazamientos. Junto con todas esas demandas, también pedían la creación de un centro de parvulario en todos los pueblos que tuvieran más de 1.000 habitantes. 1397124194 ??