Diario de León

LAS CONSECUENCIAS

España es el país de la UE más alejado del Protocolo de Kioto Más vulnerabilidad

Las emisiones contaminantes han aumentado un 45,6% respecto a los niveles de 1990. De seguir esta tendencia, en el año 2012 se superará el 58% sobre el año base

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Y. C. ÁLVAREZ | texto
León

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Durante el año 2004, las emisiones de gases de efecto invernadero crecieron en España un 3,5% respecto al anterior, superándose en un 45,6% la cantidad registrada en 1990, año de referencia. Es decir, se supera en 30,6 puntos porcentuales el nivel al que se había comprometido (15%) para el periodo 2008-2012. Así se recoge en las conclusiones de un estudio elaborado por Comisiones Obreras aplicando los datos y metodologías oficiales para la realización de estos inventarios. Aunque el Protocolo de Kioto eleva a seis el número de gases de efecto invernadero, la contabilidad se realiza convirtiéndolos en CO 2 equivalente. Durante el año 2004, la cifra real de emisiones superó los 416 millones de toneladas de CO 2 equivalente, 14.600 más que el año 2003, lo que convierten a España en el país de la UE que más se aleja de cumplir con Kioto. De cara al futuro, las cosas no parece que vayan a ir mejor ya que las predicciones apuntan a que en el año 2012 será muy fácil superar el 58% sobre el año base. Según los autores del informe, el sector energético fue el principal responsable de las emisiones, con el 77,9%, lo que supone un incremento del 50% respecto a 1990. La agricultura y la ganadería supusieron el 11% (un incremento del 20%); los procesos industriales han crecido un 18% y ya suponen el 8% del total, mientras que en el sector de residuos las emisiones se acercan al 3%, con un aumento superior al 60%. Política medioambiental Desde Comisiones Obreras se indica que detrás de este incremento están el crecimiento económico que dispara la demanda energética y la escasez de lluvias. El año pasado fue hidrológicamente malo con una producción hidroeléctrica del 23,3% inferior a la del anterior, favoreciendo que funcionasen durante más horas las centrales térmicas y las de ciclo combinado, mucho más contaminantes. Este año la tendencia es muy parecida ya que según el Ministerio de Industria durante el primer trimestre la producción hidroeléctrica ha sido un 40% inferior a la del año 2004. A pesar de estos antecedentes, el Gobierno sigue confiando en que con la aplicación del Plan Nacional de Asignación de Derechos de Emisiones (PNA), en el año 2012 España sólo superará en un 24% los niveles de 1990, muy por debajo de la tendencia señalada. Para conseguir el objetivo establecido del 15% comprometido con Kioto, el ejecutivo contempla reducir las emisiones en un 7% gracias a los mecanismos de flexibilidad (compra de derechos de emisión a terceros países), y el 2% restante gracias al efecto de los bosques como sumideros de CO 2 . Sin embargo, los autores del estudio indican que si continúan así las cosas, para poder cumplir sus compromisos España podría verse obligada a adquirir en los mercados internacionales unos derechos de emisiones muy superiores a los previstos en el PNA (más de 100 millones de toneladas de dióxido de carbono), lo que tendría un enorme impacto en la economía nacional. Además, instan al Ministerio de Industria para que se desarrolle el anunciado Plan de Planificación Energética, dentro del marco de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética, que se revisen el Plan de Fomento de las Energías Renovables y la Estrategia Española sobre Cambio Climático, y que se modifique el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes en el que de debe desincentivar el uso del vehículo privado y reducir problemas ambientales como el ruido, los vertidos y los daños al paisaje. Según se recoge en el informe sobre los Impactos en España del Cambio Climático, las características geográficas y socioeconómicas de nuestro país lo convierten en el más vulnerable de Europa. Habrá una tendencia generalizada de disminución de la precipitación media anual y una mayor frecuencia de días con temperaturas máximas extremas, principalmente en verano. También se prevé una intensificación de los riesgos asociados a fenómenos climáticos extremos como inundaciones, inestabilidad de las laderas, con el consiguiente riesgo de corrimientos de tierras, olas de calor o incendios forestales. Y en cuanto al consumo energético, se advierte que la producción hidráulica se verá reducida y aumentará la demanda de combustibles fósiles como petróleo y gas natural. Entre las energías renovables, la solar podría verse beneficiada por el previsible incremento de las horas de insolación. Las consecuencias también se harán sentir en los ecosistemas y en la salud de la población ya que habrá un deterioro general de la salud por las altas concentraciones de contaminantes atmosféricos, las olas de calor o enfermedades tropicales. Por último, se pueden producir efectos negativos en otros sectores (turismo, salud, agrario, forestal), habrá pérdidas de bienes e infraestructuras y una mayor presión sobre el sector seguros, en particular en el caso de desastres.

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